El arte es un componente cultural de nuestra sociedad y los años han ido ampliando su abanico, abarcando cada vez más áreas. La RAE lo define como: «actividad consistente en crear obras que, mediante recursos principalmente plásticos, visuales, sonoros o literarios, produzcan estimulación estética o visual» y la música es uno de los elementos que se ubica dentro de su paraguas. Cuando escuchas las palabras que una artista crea, uniéndolas a su voz y un sonido único, nos genera un viaje interior a través de los sentimientos. Eso es lo que sucede con la siguiente artista, un nombre que ha crecido de forma paulatina en la industria y cuenta con colaboraciones con artistas como Ana Mena y Lola Índigo. Entrevistamos a la cantante Belén Aguilera.
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La joven artista se dio a conocer en el año 2014, cuando acompañada por su piano y cantando versiones de temas de otros, comenzó el camino para hacerse un hueco en el mundo de la música.
A través de sus vídeos en redes sociales, empezó a crear su propia comunidad de seguidores y ha terminado cautivando a miles de personas con su potente voz y un tono bastante personal.
Muchos cantantes crean un personaje, pero después de una década, vemos que Belén Aguilera sigue siendo una persona natural y su transparencia delata una extrovertida personalidad. Le preguntamos cómo se define a sí misma y nos confiesa: «Nunca sé muy bien describirme y no suelo quedarme contenta con la respuesta que doy. Soy muchas cosas, pero bueno, en resumen, soy cantante». No necesita definirse, porque lo hace a través de sus temas.
Los que la conocen lo saben y los que no, lo desvelamos sobre estas líneas: es autodidacta. Comenzó a estudiar solfeo por su propia cuenta, aprendiendo de lo que leía y escuchaba. Sus vídeos caseros cantando mientras tocaba su inseparable piano le llevaron a convertirse en toda una influencer musical, con una cantidad de suscriptores a su canal que iba en constante crecimiento. Ahí nació su alter ego, The Girl and the Piano, pero más tarde el tiempo le haría evolucionar y tomar su nombre como denominador principal en su carrera, Belén Aguilera.
Es un camino que se ha labrado ella y le preguntamos sobre ello: «Para mí ha sido progresivo, es decir, muy paulatino y ascendente, gracias a Dios. Noto que ha habido una evolución en poco tiempo y estoy muy agradecida. Ha sido una lección de paciencia y a la vez de enseñarme qué es lo que quiero. Al final, cuando las cosas se cocinan lento, con mimo y al detalle, se saborean mejor», nos cuenta. Esto le ha permitido reconocerse a sí misma en todas sus etapas, en las diferentes fases de su carrera y hacer colaboraciones como la de Ana Mena.
Su historia podría ser como la de Ana Mena, que también apareció en TV, pues Belén ha pasado por concursos como La Voz y estuvo a punto de entrar en la academia de Operación Triunfo, dos plataformas que son capaces de impulsar la carrera y la fama de una persona. Si hubiese obtenido el pase en la segunda, su historia sería otra. Aguilera nos confiesa: «Si llego a haber entrado en la Academia, me vuelvo loca (se ríe). Creo que hubiese cambiado todo, pero lo veo como una lección. Es evidente que el rechazo no nos gusta a nadie, sea en el ámbito que sea, aunque es verdad que enseña cosas y creo que cada vez que me ha pasado, ha sido necesario para aprender más y tener todo lo que tengo a día de hoy que siento que me ha tocado la lotería». A veces estas situaciones pueden ponernos en un compromiso y que nuestro ánimo se caiga, pero es cuestión de uno mismo verlo como una oportunidad para construir nuevos caminos. Belén Aguilera supo allanar el suyo y de forma inteligente. Al fin y al cabo, como afirma ella, «cuando te lo trabajas más, el fruto final sabe mejor».
Su sonido ha tenido un avance y en su último lanzamiento vuelve un poco más a sus raíces musicales. Muchos artistas pasan meses buscando sonidos nuevos con los que avanzar más en la industria, mientras que ella ha vuelto a sus raíces. «Todo es cíclico y siento que, en general, funciona como una rueda que en algún momento nos devuelve a ese comienzo. Hay veces que necesitamos rebelarnos contra nuestra etapa anterior y avanzar, pero llega ese punto en el que anhelamos eso de lo que hemos huido y que hay que volver».
La joven marca tendencia y, antes de suceder esta entrevista, la vimos desplegar su talento en un nuevo proyecto musical que ha lanzado Miravia. Hacen sus propias tiny sessions, en un ambiente más distendido donde puedes vivir al artista de cerca y en una esencia original, además de cercana. «Para mí ha sido emotivo y divertido. Me gusta porque me permite hablar desde un punto personal, vivir las emociones de la gente, ya que la tienes muy cerca. Les ves reír y llorar, por eso es un formato bastante interesante y que me gusta». Es una propuesta íntima y muy atractiva que en España se ha visto poco y la marca promete ponerla en valor. Con Belén Aguilera como cantante que lo estrena, ya sabemos que el triunfo está asegurado.
Los sonidos de sus canciones son cambiantes. Podríamos decir que a veces alternativos, pero mezclados con un toque clásico… Algo personal y poco visto. «No tengo referentes en sí, aunque me encanta Lana del Rey. Me gusta su manera de reivindicar esa feminidad que, ocasionalmente, es tóxica. Es lo contrario al empoderamiento, porque a veces está envenenado. Es complicado de explicar, pero el que la escuche, seguro que me entiende (se ríe)». Del Rey es una de sus colaboraciones soñadas, además de iconos como Céline Dion. Aunque ya ha conseguido colaborar con referentes nacionales como Lola Índigo o Ana Mena.
La fama se puede entender de muchas maneras, lo sabe ella y sus colegas como Ana Mena. Es una realidad que cada uno la lleva a su forma, pero Belén Aguilera es diferente. Su cercanía, su frescura y el amor puro que siente por la música le hacen ser una persona natural con los pies en la tierra. En definitiva, la podemos definir como un conjunto de atributos cuyo resultado es uno: el éxito.
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