El año 2025 está siendo uno de los más controversiales del mundo de la moda. Una ola de emociones, cambios y corrientes creativas está sacudiendo a las casas más icónicas de la alta costura. Pero lo que acaba de paralizar el Olimpo de esta industria es el último anuncio de Anna Wintour. Mejor dicho, su última despedida: adiós a la revista Vogue. No sólo estamos hablando de una de las mujeres más influyentes del mundo de la moda, sino de la mujer que lleva más de cuatro décadas dictando las directrices de la industria. Alguien así sólo podría dejar tras de sí looks icónicos. Hoy, los repasamos.
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La emperatriz del imperio de la moda
Silencio en la sala, si Anna Wintour habla, es capaz de cambiar el rumbo de tu carrera. Quizá sólo fuesen habladurías sobre el mito del gran rostro tras la dirección de Vogue. Pero ha tenido la suficiente fuerza como para haber inspirado personajes como Miranda Priestly, interpretado por Meryl Streep, en El Diablo Viste de Prada. Aunque sólo esta frase demuestra el poder que una sola mujer fue capaz de ejercer sobre toda una industria.
Porque la industria de la moda nunca volvería a ser lo que era cuando en 1988, pasara a ocupar el cargo de editora jefe, tras llevar desde 1983 ocupase la dirección creativa. Claro que la magnitud de un imperio se explica desde sus conquistas. La primera y más importante, las celebrities. Anna Wintour hizo de las citas y los escenarios del mundo de la moda un evento de la jet set internacional. Daba igual tu profesión, nacionalidad u origen: si querías ser alguien tenías que estar donde estuviera ella.
Dejando como su gran proyecto la Met Gala. Misma filosofía de invitar a las celebrities y así consiguió hacer de un encuentro del Costume Institute a la cita más importante del mundo. Y el mayor espectáculo social de nuestra generación.
Damos paso a las portadas: sólo ella fue capaz de hacer de las portadas un signo de status. Ya con la primera que publicó como directora creativa dio un golpe en la mesa, dando pistas de hacia dónde iba a ir el rumbo de Vogue. Porque presentó a Michaela Bercu con unos vaqueros, algo nunca visto antes en una portada de Vogue, con una camiseta Christian Lacroix de 10 mil dólares.
Ahora bien, parte de los grandes momentos que la emperatriz de la moda ha brindado a esta industria también han formado parte de sus estilismos. De este modo, hemos podido ver sobre ella crear un look identitario con un claro mensaje intrínseco de poder, misterio, seriedad y soberanía. La propia revista Vogue recogió sus imprescindibles y su estilo: «un corte de pelo bob con flequillo, unas sempiternas gafas de sol negras de Chanel, unas sandalias de Manolo Blahnik y unos abrigos, de corte similar, firmados por Oscar de la Renta, Chanel, Fendi, Givenchy o Prada».
De su última Met Gala
No puede faltar el último look de la que hoy supone su última aparición como directora creativa de la revista en el que fuese su gran proyecto, la MET Gala. El protagonista fue el impresionante vestido lencero con un precioso tejido de flores en relieve firmado por Louis Vuitton. Acompañado de un abrigo y un gran broche en forma de corazón sobre su solapa. Claro que este look dejó una anécdota por la pequeña mancha que podía observarse en su frontal. Hasta las grandes divas sufren percances.
A su primera Met Gala
Fue en el año 1995 cuando Anna Wintour acudía por primera vez como organizadora de la Met Gala. Por aquel entonces, elegiría un vestido de Dior diseñado por John Galliano de cuello halter y tono azul bebe, acompañado de guantes de seda del mismo color y una imponente pulsera en pedrería.
Vestido midi de Marc Jacobs
En los primeros años de Anna Wintour, había una prenda que no podía faltar y eran los vestidos midi. A poder ser con el máximo brillo y lentejuelas. Estilo que podemos ver con uno de los modelos de Mark Jacobs con el que acudiría en los 90 a la presentación del libro Holy Terror: Andy Warhol Close Up.
Funeral de Karl Lagerfield
Ese fue el momento en el que el virreinato de la moda perdió a uno de sus grandes exponentes. ¿Y qué mejor manera de homenajear a un grande de la industria que a través de sus looks? Eso debió pensar Anne Wintour al elegir un abrigo Chanel durante el funeral de Karl Lagerfield. Elegante y sin sus gafas, como muestra de respeto al que fuese uno de sus grandes amigos dentro del mundo de la moda.
Met Gala 1997
Otro de los grandes homenajes de Wintour a las figuras del mundo de la moda fue durante la Met Gala de 1997. Unos meses antes, el 15 de julio Gianni Versace falleció agitando una de las casas más auténticas y revolucionarias de todos los tiempos. Siguiendo su lujo maximalista, opulento y siempre con ese toque maxi-fashion, acudió a su encuentro anual con la moda con un vestido metalizado de Versace, acompañado con un abrigo con un gran cuello de pelo rosa.
Relanzamiento de Garrard
No es su mejor estilismo, ni el sello de identidad con el que solemos verla. Pero sí que es una declaración de intenciones, una muestra de la versión más camaleónica de Wintour que mostró durante el relanzamiento de Garrard en Londres en 2002. Sencillo, rompedor y lo más importante: la huella estética de una moda que marcaría los 2000. Porque si se salía del molde, desde luego, era para algo.
Zapatos Manolo Blahnik
Se dice que podía ser la única persona del mundo en tener todos los zapatos del mundo y, pese a ello, no le importaba repetir modelos. Es más, hay unos Manolo’s que prácticamente se convirtieron en parte de su sello de identidad. ¿La última vez que los lució? En los AFTD’s 2025 Hope Rising Benefit en The Ziegfeld Ballroom de 2025.
Estilo reinventado
Tenía su estilo, sí, pero también durante sus primeros años liderando la casa Vogue experimentó con otras formas de llevarlo a cabo. Porque su amor por los vaqueros no es algo que quedaría inmortalizado únicamente en aquella primera portada. También en sus paseos por Nueva York y en las salidas de los restaurantes. Con abrigo, sí, pero no el clásico que marcaría tantos años y apariciones en eventos.
Cuidado por la joyería
En la moda, las joyas también importan. Por eso alguien como Anna Wintour sólo podía personarse frente al rey Carlos III luciendo un collar de amatistas de la reina María de Teck. Culminando el conjunto con un espectacular traje de chaqueta y falda de Alexander McQueen.
Simplemente, ella
Poco más hay que añadir sobre sus looks, sólo la demostración de que un vestido, un abrigo y unos Blahnik eran suficientes para crear un legado. Hoy se despide del mundo de la moda, no sin antes haber construido sobre él el sello Wintour.
