En los años 80, cuando la moda española comenzaba a tomar su lugar en el panorama internacional, Trucco emergió como una de las firmas más codiciadas, especialmente entre la alta sociedad. Con una propuesta que reflejaba elegancia, sofisticación y un toque de rebeldía, Trucco se convirtió rápidamente en la marca favorita de mujeres que buscaban vestirse con distinción. Como si de un relato de la Generación del 27 se tratara, donde la tradición se fusiona con la vanguardia, Trucco consiguió convertirse en un símbolo del lujo accesible. No era raro ver a mujeres de la jet set española luciendo sus diseños en cenas de gala o en eventos exclusivos, como si fueran las protagonistas de una novela de Mario Vargas Llosa, entrelazando la tradición con el glamour de la modernidad.
Ahora, más de 30 años después, la firma renace con Andrea Castillo al frente, quien, tras su paso por el mundo de la abogacía y el emprendimiento, se enfrenta al reto de llevar a Trucco a una nueva etapa.
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La transformación de Trucco no ha sido un camino fácil, pero sí necesario. Desde su llegada a la marca, Castillo ha trabajado en una reestructuración profunda, no sólo a nivel de diseño, sino también en los procesos internos de la firma. Su visión empresarial, influenciada por su perspectiva industrial, ha sido clara: hacer que la marca vuelva a ser relevante en el mercado actual, manteniendo su legado.
«Me pareció un proyecto emocionante y exigente. Crear un rebranding de una marca histórica como Trucco tenía que ser sutil a la vez que impactante», afirma Castillo, quien reconoce el desafío de gestionar una marca con más de tres décadas de historia, pero también el privilegio de contar con un equipo que lleva años trabajando en la firma. «La gran mayoría del equipo lleva trabajando en la compañía más de una década, y algo que podía suponer un obstáculo fue todo lo contrario. Hemos aprendido mucho juntos en este último año, nos hemos escuchado y hemos llegado al lugar donde todas sentimos que es el correcto».

Cuando le preguntamos cómo trabajó para cambiar la cultura empresarial de una marca con más de 30 años de historia, Sandra lo tiene claro: «Pienso que no me dejé llevar por las jerarquías que estaban impuestas y comencé desde cero, dando el lugar que les correspondía a cada uno por el valor que a mi me aportaban para llegar a donde la compañía necesitaba».
«Es una marca histórica y que representa a España»
Uno de los aspectos que Andrea Castillo ha logrado mantener es la esencia que hizo de Trucco un referente en la moda española: su tradición y su relación con la alta sociedad. Trucco no sólo era una marca de ropa; era un símbolo de estatus. Durante los años 80 y 90, la firma vistió a algunas de las mujeres más influyentes del país, posicionándose como una firma de lujo accesible, con diseños que eran sinónimo de elegancia y sofisticación.
«Trucco para mí es tradición, es una marca histórica y que representa a España. Somos una marca familiar, donde sigue primando la calidad y el diseño», explica Castillo. En su camino hacia la modernización, Trucco ha sabido fusionar estos elementos con un enfoque contemporáneo, apostando por nuevos patrones y una mayor sostenibilidad. «Estamos apostando por nuevos patrones, un estilo renovado y priorizando la sostenibilidad», asegura la directora general.

Una de las decisiones más acertadas de Trucco para recuperar ese halo de alta sociedad que la caracterizó en sus primeros años fue la elección de Ana Boyer como embajadora de la marca en 2024. Hija de la famosa socialité Isabel Preysler, Boyer representa la sofisticación y el glamour con los que Trucco supo conquistar a las mujeres de la élite española. La imagen de Ana Boyer, una mujer moderna, elegante y con un vínculo indiscutible con el mundo de la alta sociedad, aportó el toque perfecto para revitalizar la imagen de la marca ya el pasado año.
«Me gustaría ver cómo mujeres de todas las edades encuentran su lugar en la marca»
Con la incorporación de Andrea Castillo al timón de Trucco, la marca ha dado un giro importante, pero sin perder de vista su ADN. La directora ha sabido rodearse de un equipo diverso que refleja la amplitud de mujeres a las que Trucco quiere llegar: mujeres de diferentes edades, estilos y personalidades, pero todas con algo en común: la búsqueda de calidad, diseño y comodidad. «El equipo lo formamos 180 mujeres con edades entre 23 hasta 65 años. Cada una con su personalidad y su estilo, pero con algo en común: al vestir buscamos calidad, diseño y comodidad. Queremos ser una marca con la que nuestras clientas se sientan identificadas con nuestros valores», destaca Castillo.

En cuanto a la colección de este año, el objetivo es claro: mantener la esencia de Trucco mientras se adapta a las tendencias actuales. «El print en Trucco seguirá siendo la joya… Y una nueva colección de evento muy especial», adelanta la directora, quien no duda en destacar que el foco está en la versatilidad y la inclusión: «Me gustaría ver cómo mujeres de todas las edades encuentran su lugar en la marca, ya que eso es un punto en el que nos estamos esforzando. Ser versátiles y transmitir valores como marca y no limitar edades».