Durante décadas, la moda en los pies ha sido una cuestión de estética o dolor. A menudo, ambas iban de la mano. Tacones imposibles, hormas estrechas y materiales de dudosa calidad que convertían cada jornada laboral o cada evento en una batalla contra las propias pisadas. Pero algo ha cambiado. Y desde la firma española Mimao, fundada con el propósito de romper con estos dogmas, su cofundador Aaron Vilas lo tiene claro: la revolución empieza desde abajo. Y sí, también puede ser bonita.
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«Uno de los errores, a mi entender, a la hora de elegir calzado es priorizar criterios como el precio, sin valorar la calidad y la comodidad como valores fundamentales para seleccionar un calzado responsable con nuestra salud podal», apunta el cofundador de Mimao. ¿El resultado de esta falta de conciencia? Dolencias que van desde juanetes hasta fascitis plantar o dedos en martillo, muchas de ellas irreversibles.
«La Reina Letizia seguro que ha ayudado a visibilizar los problemas podales por el calzado y a crear conciencia»
En este contexto, la reciente visibilidad que ha dado la reina Letizia a su dolencia (la metatarsalgia) ha tenido un curioso efecto dominó. «Seguro que ha ayudado, es de agradecer que se dé visibilidad a este tipo de problemas generando consciencia en su importancia. La reina Letizia siempre ha dado ejemplo de su cercanía y humanidad», explica.
Que una figura pública hable abiertamente de un problema tan común ha abierto la puerta a una conversación más honesta sobre los pies, esa parte del cuerpo tantas veces olvidada… hasta que duele.
Hay quien aún piensa que un zapato cómodo no puede ser bonito. Pero en Mimao no están de acuerdo. «Desde Mimao creemos firmemente que la estética y el confort no son antagónicos, ese ha sido nuestro objetivo desde el principio. No creo que las mujeres hoy en día tengan que renunciar a nada, solo hay que saber encontrar el equilibrio perfecto», afirma.
Ese equilibrio se ha convertido en el motor de su propuesta. Y lo están logrando. «Nuestras clientas están en la misma sintonía que nosotros y podemos observar cómo cada vez más mujeres se suman a esta nueva forma de caminar por la vida», asegura. La pandemia, de hecho, ha tenido un efecto liberador: «Creo que están cambiando muchas viejas creencias limitantes, sobre todo desde la pandemia, algo de lo que me alegro mucho».
«Muchas mujeres de más de 40 han crecido calzando un zapato inadecuado durante años, por lo que es habitual esta población sufra de alguna dolencia»
Uno de los segmentos donde más está calando esta conciencia es el de las mujeres a partir de los 40. «Cada vez las mujeres son más responsables con su salud en general, y por supuesto, también con la salud podal», comenta. Aunque advierte: «Han crecido bajo otras creencias, calzando un zapato inadecuado durante muchos años, por lo que es habitual que un tanto por ciento muy elevado de esta población sufra de alguna dolencia podal».
Y aunque el tacón no está prohibido, sí recomienda una nueva mirada: «Recomendaría la elección de aquel calzado en el que cada mujer se sienta identificada, cómoda y segura. Cada mujer es diferente y cada una tiene que sentirse cómoda en su autenticidad. Pero eso sí, siempre bajo los valores de elección de un calzado responsable con su salud, de calidad y, si puedo añadir algo más, me encantaría que las mujeres sean conscientes de elegir un calzado con responsabilidad ética en su fabricación».
«Las nuevas generaciones, acostumbradas a las zapatillas, tienen dificultades para adaptarse a zapatos tradicionales, pues su anatomía ya no tolera hormas rígidas»
En esa filosofía nace Baresoft, la línea estrella de la firma. «Baresoft es una colección exclusiva lanzada por Mimao como respuesta a la escucha social de nuestras propias clientas», señala. Esta gama aúna lo mejor de dos mundos: el confort inspirado en la filosofía barefoot (calzado que respeta la anatomía natural del pie) con el diseño y la elegancia que exige un entorno laboral o un evento formal.
«El valor diferencial básico es el haber sabido encontrar ese equilibrio perfecto del que antes hablaba entre comodidad y estética», dice. Algo que han reclamado no sólo mujeres maduras, sino también las nuevas generaciones: «Las nuevas generaciones, denominadas generación sneaker, al incorporarse al mundo laboral o a eventos más formales, necesitan incorporar en su armario otra tipología de calzado diferente, pero la anatomía de sus pies ahora ya no les permite sentirse cómodas en zapatos de hormas tradicionales».
Uno de los mayores retos de diseño ha sido crear una puntera que respete la forma natural del pie sin perder el estilo. «El mayor reto fue deconstruir nuestra propia percepción de lo que considerábamos estiloso, como una creencia a superar. Pues, por qué una puntera que siluetee la forma natural de los dedos no puede ser estilosa», reflexiona.
Y detrás de esa transformación hay trabajo técnico y artesanal: «El segundo reto fue hacerlo realidad, desarrollando hormas, lijándolas y moldeándolas hasta conseguir el volumen perfecto. Y luego todas las muestras que necesitamos para que las piezas del zapato en la puntera quedaran bonitas y proporcionadas, subiendo y bajando milímetros. Fue un reto inspirador e ilusionante”.
