Los planes en la terraza, los atardeceres en la playa, los tirantes… Septiembre todavía tiene mucho de verano en el ambiente, aunque cada vez menos en nuestra piel. El tono bronceado que tanto hemos peleado durante las vacaciones va desapareciendo y, a estas alturas, nadie está dispuesto a renunciar a él. Cuando el tiempo para pasar bajo el sol desaparece, el maquillaje puede ser el aliado que la piel necesita para poder rescatar ese tono veraniego. Solo hay que saber qué puntos potenciar y cómo ejecutarlo.
No entierres las tendencias del verano
Que un maquillaje funcione en verano quiere decir que cumple una serie de características, bien sea por los colores o por los acabados, que recuerdan a esa estación del año. Eso sirve de base, pero también debe seguir todas las tendencias que han tenido cabida durante la temporada. Te ayudará a mantener en tus estilismo ese espíritu summer kiss que te ha acompañado durante los meses de vacaciones.

Extrapolado a todos los sentidos: en este caso, el maquillaje debe ser ligero, fresco, poco cargado y con mucho glow y rubor. Hacemos repaso de todos ellos para ver que no es momento todavía de guardar productos que han liderado estas tendencias, como son las sombras pastel, los coloretes en polvo o los gloss. Ahora sí, ha llegado el momento de saber qué trucos son infalibles para que ese efecto moreno perdure en tu piel.
Piel morena es sinónimo de calidez
Antes de hacer un maquillaje, la primera pregunta que debe determinar el rumbo de los productos que vayamos a escoger es: ¿cuál es el efecto o el resultado que estoy buscando? En este caso, está claro que lo que queremos es que el moreno se vea un poquito más resaltado, así que toca empezar por lo más primario: el color.
Si, la calidez y el punto de bronceado es precisamente lo que debe primar en todo el maquillaje. Así que lo primero que debemos tener en cuenta es que todos los productos que apliquemos deben ir en búsqueda de tonos cálidos, precisamente para imitar la coloración que adquiere la piel durante las vacaciones. Ojo, no es lo mismo tonos cálidos que un acabado marrón y aquí debemos jugar con los límites para no caer en un efecto piel manchada que tire por la borda todo el trabajo.

En la base: un punto más de cobertura
Durante el verano algo que solemos hacer es reducir drásticamente la cantidad de productos que utilizamos en cada maquillaje. El bronceado sienta bien y, con ello, sentimos como un corrector y un poco de bronzer son suficientes para completar un maquillaje. El efecto que buscamos es el mismo: natural. Y eso comienza por saber trabajar una buena base en la piel. En este caso, una de las que pasa inadvertida.
Cuando la base de nuestra piel no alcanza el tono suficiente de color que buscamos o ha perdido ese grado de moreno con el que nos sentíamos cómodas, podemos darle una ayuda extra antes de empezar a aplicar los productos. El sérum de Glow Recipe Watermelon Glow Hue Drops puede ayudarnos a cuidar la piel, gracias a su base de niacinamida y a unificar y subir un punto el tono de la piel, ya que incorporan cierta pigmentación.

Para la base de maquillaje, opta por productos de baja cobertura, como puede ser una BB Cream. Son productos de base ligera, que consiguen unificar el tono sin proporcionar una sensación de pesadez. Además, opciones como la BB Cream de Erborian están disponibles en varios tonos para poder ajustar más el color al de tu piel, de forma que el acabado es mucho más natural y permite mantener ese efecto sin maquillaje.

¿Todavía queda alguien que no haya sucumbido al efecto sunburnt? Ese que te deja el sol cuando colorea las mejillas después de unas horas bajo su efecto y que el maquillaje nos ha ayudado a resaltar. Pues bien, perdurar con la búsqueda de este efecto en el maquillaje puede ayudarnos a mantener la huella del verano en el rostro. A diferencia que durante el verano, esta vez sí que hay una base aplicada en la piel, por eso la integración de este paso tiene algo más de matices.
En este caso hay varias versiones. Si quieres un matiz más persistente, utiliza la técnica blush combo o, lo que es lo mismo, la combinación de producto en crema y en polvo para conseguir un efecto rubor más duradero. Si, por el contrario, prefieres un acabado menos marcado recomendamos los coloretes en crema como la mejor opción para quien prefiere un acabado más natural, como el Pillow Talk Original de Charlotte Tilbury.

Estos productos en crema suelen ser ricos en emolientes, lo que hace que su textura sea más fácil de aplicar y de fundir con otros productos. En este caso, permitiendo que se integren con la base y que el acabado quede mucho más natural, satinado y duradero.
En los labios: hidratación y efecto difuminado
Algo que podemos rescatar (y que deberíamos aplicar durante todo el año) es el efecto gloss, el hecho de mostrar y mantener un toque jugoso e hidratado constante en los labios. En este caso, haciendo acopio de otra de las grandes tendencias: el efecto difuminado. Ahora bien, ¿cómo va a ayudar esto a mantener un efecto bronceado?

Es sencillo. La realidad es que un pintalabios no puede hacerte más morena, pero sí tiene la capacidad de realzar o matizar el tono de tu piel y esto nos interesa si lo que queremos es potenciar el moreno. Así que en este punto no hay un tono salvavidas o una fórmula universal que sirva para todo el mundo, pero sí unas pequeñas indicaciones de qué tonos deben protagonizar el efecto difuminado de los labios.
Y estos se encuentran en la teoría de la colorimetría. Para subtonos cálidos los tonos corales y duraznos aportan vitalidad y calidez. En caso de tener un subtono predominante frío, optar por tonos frambuesas ofrece un toque más vibrante.