Sarah Jessica Parker no sólo conquistó Nueva York con sus icónicos stilettos en Sexo en Nueva York, sino también con su impecable gusto inmobiliario. Ahora, una de sus antiguas casas en el codiciado Greenwich Village sale a la venta por la asombrosa cifra de 29,99 millones de dólares (27,72 millones de euros). Una mansión histórica, detalles de ensueño y una conexión con la realeza de Hollywood hacen de esta propiedad mucho más que una simple dirección en Manhattan. ¿Quieres conocer todos los secretos de la impresionante casa de Sarah Jessica Parker en Nueva York?

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La casa-vestidor de Sarah Jessica Parker
La emblemática actriz Sarah Jessica Parker, conocida mundialmente por su papel como Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, ha dejado una huella indeleble en el panorama inmobiliario de Manhattan.
Recientemente, una de sus antiguas propiedades en Greenwich Village ha salido al mercado por la impresionante suma de 29,99 millones de dólares (27,72 millones de euros), reflejando no sólo el valor arquitectónico del inmueble, sino también su conexión con la estrella de Hollywood.

Esta majestuosa casa adosada de cinco pisos y 7.912 pies cuadrados (aproximadamente 735 metros cuadrados), ubicada en el número 20 de la calle East 10th Street, se distingue por su fachada de ladrillo rojo y su proximidad a la Quinta Avenida.
Construida en 1864, la residencia ha sido meticulosamente renovada para preservar su encanto histórico, manteniendo detalles originales como molduras intrincadas y siete chimeneas de leña.

Entre sus características más destacadas se encuentran seis amplios dormitorios, una cocina espaciosa con comedor, una bodega con capacidad para 1.000 botellas y un jardín privado de dos niveles, un oasis de tranquilidad en el corazón de la bulliciosa ciudad.
Parker y su esposo, el actor Matthew Broderick, adquirieron esta propiedad en 2011 por 18,99 millones de dólares (17,55 millones de euros). A pesar de realizar una renovación completa, la pareja nunca llegó a habitar la casa; en su lugar, según informes, Parker la utilizó como un gigantesco vestidor, reflejando su pasión por la moda y su icónico personaje en la serie que la catapultó a la fama.

En 2012, pusieron la propiedad a la venta por 25 millones de dólares (23,1 millones de euros), pero tras varios ajustes en el precio, finalmente la vendieron en 2015 por 18,25 millones (16,86 millones de euros), asumiendo una pérdida en la transacción.
Los actuales propietarios, Scott Sullivan y Anna Marrs, adquirieron la vivienda en 2020 por 15,85 millones. Bajo su tutela, la casa ha conservado su esencia histórica mientras se han incorporado comodidades modernas que satisfacen las exigencias del estilo de vida contemporáneo.

La combinación de elementos clásicos y actualizaciones modernas hacen de esta propiedad una joya en el mercado inmobiliario neoyorquino.
La relación de Parker con el mercado inmobiliario de Nueva York es extensa y refleja su profundo vínculo con la ciudad. Además de la mencionada propiedad, en 2000, ella y Broderick compraron una casa en el West Village por casi 3 millones de euros, la cual renovaron y habitaron durante años.

En 2020, vendieron esta residencia por aproximadamente 14 millones de euros, tras haber iniciado la construcción de otra propiedad en el mismo barrio.
Posteriormente, la pareja adquirió dos casas adosadas contiguas en el West Village por alrededor de 31 millones de euros, con la intención de fusionarlas en una mansión de más de 1.000 metros cuadrados, incluyendo un jardín privado de casi 200 metros cuadrados, destinado a ser su residencia principal junto a sus tres hijos.

Para los entusiastas del diseño y la arquitectura, esta propiedad ofrece una combinación única de historia y modernidad. Los techos de 12 pies (aproximadamente 3,6 metros) en la entrada, las puertas corredizas personalizadas y las amplias ventanas que inundan los espacios con luz natural son sólo algunas de las características que hacen de esta casa una obra maestra arquitectónica.
La suite principal, que ocupa todo un piso, cuenta con un baño tipo spa, chimenea y acceso a dos terrazas privadas con vistas al jardín, proporcionando un refugio de lujo en medio de la metrópolis.
