La Casa Batlló todos sabemos que está en Barcelona, en el litoral mediterráneo. Y es uno de los edificios más icónicos de la ciudad. La Casa Batlló, ubicado en el número 43 del Paseo de Gracia, es una de las más bonitas de esta calle que en su origen unía la Villa de Gracia con la ciudad.
Es en 1860 cuando surge esta calle como uno de los ejes principales del Plan Cerdá, el plan urbanístico más importante de la Ciudad Condal. Poco tiempo después se construye esta casa, construida por uno de los profesores de arquitectura de Gaudí, Emilio Sala Cortés. Pocos años después, en 1903, esta casa fue adquirida por Josep Batlló y Casanovas, empresario de la industria textil de Barcelona.
Este edificio empieza en este momento su evolución porque en ese momento D. Josep Batlló le da vía libre a Antonio Gaudí. En un primer momento se quería derrumbar, pero fue el propio Gaudí el que desechó la idea. Entre 1903 y 1904 esta casa sufre una transformación. La fachada cambió, la zona del interior de la casa también, se transformó el patio de luces… Y la casa consiguió un valor artístico excepcional. La casa, además de ser más bonita, también se adaptó a los nuevos tiempos. Para quien no lo sepa, esta casa está construida con muchos elementos reciclados.
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¿Algunos de los elementos que se transformaron? El tejado, que en este caso está formado por escamas y muchas veces puede parecer un animal. Hay una torre que sobresale que anteriormente no estaba. Los balcones han sido transformados y las barandillas tienen forma de máscaras. Encontramos formas óseas y floras, típicas de la arquitectura modernista. En definitiva, muchos elementos fantásticos que surgían de la imaginación de Gaudí.
Hasta Salvador Dalí habló de esta casa: «Gaudí ha construido una casa según las formas del mar, representando las olas en un día de calma. Verdadera escultura de los reflejos de las nubes crepusculares en el agua, de las que emergen las formas de agua extendida, formas de agua que se extienden, formas de agua estancada, formas de agua espejeante y formas de agua rizadas por el viento». El arquitecto nunca explicó el por qué…
La casa dejó de pertenecer a la familia Batlló en los años 50. Desde los años 90 pertenece a la familia Bernat, que abrió las puertas al público en 1995. Una casa que tenemos la suerte de poder disfrutar si estamos caminando por esta zona emblemática de Barcelona. Actualmente el edificio es Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por algo será.