Las casas pasivas, también conocidas como casas passivhaus, representan un enfoque revolucionario en diseño y construcción que priorizan la eficiencia energética y la sostenibilidad. Estas viviendas están diseñadas para minimizar su huella ambiental y ofrecer un ambiente interior confortable y saludable. Hoy te enseñamos una muy especial que se encuentra a las afueras de Madrid. Eñe, que así es como se llama, ha sido diseñada por Estudio Albar y construida en tan solo seis meses. Hablamos con sus responsables para conocer más de cerca cómo es y las ventajas que presentan esta casa prefabricada frente a las convencionales.
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Estudio Albar nació en 2013 de la mano de Irene García y Daniel Lozano «para poder ofrecer una arquitectura personalizada y adaptada a cada familia, necesidad y entorno con la misión de apostar por la sostenibilidad, minimalismo y la alta eficiencia energética», señalan los fundadores.
Fusionando el interior con el exterior
Casa Eñe sigue los principios passivhaus, centrados en la eficiencia energética. Esta casa prefabricada goza de un diseño orientado al sol para maximizar el aprovechamiento de la luz solar y, así, reducir la necesidad de iluminación artificial. Además, cuenta con un excelente aislamiento térmico que minimiza las pérdidas de calor en invierno y evita el sobrecalentamiento en verano.
«Su estética minimalista y natural se traduce en espacios fluidos que se entrelazan armoniosamente, fusionando el interior con el exterior, encarnando la esencia del minimalismo y sencillez», señalan desde Estudio Albar.
Construida en sólo seis meses
Otra de las grandes ventajas de esta casa prefabricada es que el tiempo de construcción ha sido menor que las convencionales, pues se construyó a las afueras de Madrid en tan sólo seis meses.
«La elección de la madera en la construcción ofrece importantes ventajas», nos explican Irene García y Daniel Lozano. «Es un recurso renovable que promueve la sostenibilidad, brinda un excelente aislamiento térmico que mejora notablemente la eficiencia energética y es capaz de crear ambientes acogedores y saludables».
Los propietarios de esta casa prefabricada pasiva experimentan grandes beneficios, como facturas de energía más bajas, mayor comodidad térmica y una calidad del aire interior notablemente mejorada. Además, contribuyen a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero al utilizar menos energía para la calefacción y la refrigeración.
Madera y corcho
En una parcela de 1.800 m2 se levanta Casa Eñe, con 250 m2 de superficie. Presenta una estructura de madera, fachada de corcho y pavimentos de cal. Su interior tiene un esquema muy sencillo, cuyo perímetro queda libre de cualquier tabique o columna.
Cuenta con certificado Passivhaus, reconocimiento internacionalmente que evalúa la eficiencia energética y el confort interior. Para obtener esta certificación, la vivienda ha cumplido con criterios rigurosos en términos de consumo energético y calidad del aire interior.
Un elemento clave de las casas pasivas es su sistema de ventilación controlada, que asegura un suministro constante de aire fresco sin sacrificar la eficiencia energética. Estos sistemas recuperan el calor del aire viciado que sale de la vivienda para precalentar el aire fresco que entra.