Nos gustan los sitios especiales en los que dormir. Nos gusta lo exquisito, y solemos dormir en los mejores alojamientos del mundo. Pero a veces el lujo no consiste en tener lo último en tecnología en la habitación o una magnífica infinity pool con unas vistas increíbles. A veces el lujo está en lo pequeño, en el simple hecho de dormir en un lugar donde ha dormido un grande. Es el caso de esta bellísima residencia de artistas en Florencia en la que ha dormido hasta el mismísimo Miguel Ángel.
Estamos hablando de Numeroventi, un lugar mágico en una ciudad en la que se respira arte en cada esquina. Un proyecto que se ubica en el icónico Palazzo Galli Tassi, un magnífico palacio con frescos originales, grandes ventanales por donde se cuela la luz, altísimos techos… Estamos hablando de un edificio del siglo XVI con uno de los patios más bonitos del centro de Florencia. Más concretamente en la Via dei Pandolfini, entre la Santa Croce y el Duomo. Mejor barrio imposible.
En su día durmió hasta el mismísimo Miguel Ángel -seguro que aquí surgió la inspiración-, pero desde 2016 Numeroventi es el proyecto de Andrew Trotter y Martino di Napoli Rampolla, que querían crear un espacio donde se respirara arte, un espacio en el que poder dormir pero también disfrutar de exposiciones. Y lo han logrado. desde que abrió sus puertas han pasado artistas como Levi de Jong, Benjamin Clementine, Daniel Faro, Natalia Swarz, Yoon-Young Hur, Duccio Maria Gambi, Albert Moya…
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Un proyecto similar al de la Academia Española en Roma, donde es fácil que vengan las musas. Hay frescos de Fabrizio Boschi, elementos decorativos de Baccio del Banco, obras de Francesco Furini y Matteo Rosselli. El palazzo, desde que se construye, va sufriendo algunas remodelaciones hasta lo que encontramos hoy en día. Fue en 1630 el año que sufrió más expansiones, y fue un poco antes –en 1623– cuando fue comprado por los Galli Tassi. Es un edificio que también ha formado parte del Ministerio de Agricultura y fue ahí cuando, para lograr más espacio, el arquitecto Paolo Comotto se amplió la sala más grande y se recuperó la terraza para conseguir más habitaciones. El resultado es un edificio bellísimo donde ahora podemos dormir. No es sencillo hacerlo en el mismo lugar donde lo hizo Miguel Ángel. En Numeroventi si.