A pesar de las largas temporadas que pasa en Madrid, Marta Ortega no olvida sus raíces, pues es en Galicia donde quiere que sigan creciendo. El pasado año se compró un pazo como segunda residencia, el cual reformó de manera casi integral, respetando el diseño original pues es, al fin y al cabo, una vivienda histórica. Se trata del pazo de Aián, una propiedad que data del siglo XVI y se encuentra en Sigrás, en el municipio de Cambre, en La Coruña. Pagó por él tres millones de euros y cuenta con 1.500 metros cuadrados construidos sobre una parcela de 16.000 m2.
Marta Ortega, que acaba de ser madre por tercera vez, disfrutará aquí de grandes momentos en familia. El pazo se encuentra a tan solo diez minutos del pazo de Anceis, la casa donde pasan largas temporadas su padre, Amancio Ortega, y su madre, Flora López. La zona se encuentra a tan solo 12 kilómetros de La Coruña.
Un pazo histórico con protección especial
De sobra es conocida la pasión de Marta Ortega por el arte, pasión que la llevó a crear su propia fundación para impulsar la carrera de artistas gallegos junto a la Fodazione Sozzani de Milán. Así que no es de extrañar que a la hora de adquirir un pazo en su Galicia natal haya buscado uno histórico que cuenta incluso con una protección especial. Esto supone que a la hora de reformarlo ha tenido que respectar el diseño y estructuras originales.
Antiguos propietarios aristocráticos
El pazo perteneció a Herminia Rodríguez-Borrel Feijóo y también a la familia de Amalia Fariña Torres, quién le vendió a Marta Ortega la casa. Presenta ornamentos neoclásicos con elementos clásicos de la arquitectura gallega como escudos heráldicos y galerías. La propiedad supone un oasis de tranquilidad y un vínculo con la naturaleza, convirtiéndose en un refugio alejado de la vida urbana.
La restauración de este pazo supuso todo un reto. Devolver a la vida una propiedad histórica, cuidando sus características originales, solo puede ser llevada a cabo por restauradores y expertos en historia del arte.
Tres viviendas en un terreno de 16.000 m2
Se compone de tres viviendas y la principal cuenta con unos 1.000 m2 distribuidos en tres plantas. Dispone de diez dormitorios en total y seis cuartos de baño. Las otras dos casas son la casa de invitados, de unos 300 m2, y la del personal, de 200 m2. Como es de imaginar, al pazo tampoco le falta una capilla de estilo neorrománico.
La fachada es majestuosa, de piedra y mampostería. Incluye balcones, galerías y terrazas. El interior de los pazos suelen contar con amplios salones, habitaciones muy ornamentadas y techos altos. Pero lo que más les caracteriza es la zona de entrada, ya que esta solía reflejar la importancia social de la familia propietaria.
