Si nos adentramos en el exclusivo universo de las casas de lujo, siempre hemos visto que hay diferentes categorías. Sus interiores están preparados con el objetivo de vivir auténticas experiencias y las celebs de referencia las preparan para poder hacer una vida completa en su interior. Hemos hablado de las mansiones de Catherine Zeta-Jones, Justin Bieber o incluso de la de Jennifer Lopez y Ben Affleck, y todas tienen algo en común: su magnificencia. Sobre estas líneas hablamos de Orchid House, una mansión cinematográfica que fue propiedad del actor Pierce Brosnan.
Desde encarnar a James Bond hasta el personaje de Sam Carmichael en Mamma Mia con Meryl Streep, el actor es uno de los grandes galanes de Hollywood y cada título en el que aparece su nombre es sinónimo de éxito. En su mente estaba muy instaurada la idea de que el hogar es esa burbuja en la que debes disfrutar, y es lo que él creó en el corazón de Malibú. A pesar de todo, la construcción sigue estando bastante arriba en el ranking de las mansiones de los personajes de Hollywood más imponentes que han existido.
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Inspiración asiática
A pesar de tener un espacio con todas las comodidades posibles, con el apoyo de su mujer, Keely Shaye Brosnan, decidieron dejar atrás su vida en Los Ángeles y vender la propiedad para mudarse a la isla de Hawái. La historia de Orchid House arranca a comienzos de los años 2000, cuando Pierce Brosnan y su esposa adquirieron dos parcelas contiguas frente al mar en Broad Beach, uno de los enclaves más deseados de Malibú.
Lo hicieron por alrededor de 7 millones de euros. Lo que vino después fue una década de diseño, arquitectura y ejecución cuidadosa. Ambos querían crear una casa con espíritu zen, inspirada en los templos tailandeses que tanto les impactaron durante el rodaje de Tomorrow Never Dies en Asia.
Una casa de película digna de Pierce Brosnan
La construcción principal cuenta con cinco dormitorios, 14 baños y una lista interminable de amenidades que hacían del espacio la competencia perfecta de un hotel de cinco estrellas gran lujo. La planta baja es digna de las mansiones de Hollywood. Cuenta con un cine privado para 20 personas, sala de música, bar completo, bodega en la que caben 200 botellas y un gimnasio acristalado que da a los jardines tropicales. También se puede disfrutar de un spa japonés, con sauna, ducha frío-calor, bañeras de inmersión y zona de masajes, que te regala ese momento de relajación diaria que todos necesitamos.
La suite principal, la cual cuenta con 370 metros cuadrados, estaba diseñada a capricho de ambos. Destaca una doble chimenea, terraza privada frente al océano, zona de estar, amplios vestidores, un estudio de arte y un baño inspirado en los spas de lujo de Kioto.
Jardines verdes y una playa privada
El interior de la casa impone por su cuidado diseño, pero el exterior también destaca con personalidad propia. Frente a la propiedad se extienden más de 35 metros de playa privada, con arena blanca y vistas panorámicas del océano Pacífico. Palmeras, hibiscos, orquídeas y estanques de koi rodean la vivienda como si se tratara de un hotel boutique escondido en un lugar recóndito de Bali.
También cuentan con una infinity pool de agua salada, chimeneas exteriores para disfrutar de noches idílicas, sofás circulares, cocina al aire libre, zonas de comedor acristaladas y senderos de piedra para caminar descalzo que completan el escenario. Cada rincón invita a desconectar, respirar y reconectar con el entorno.
Para Pierce Brosnan, esta casa fue algo muy importante, puesto que sus paredes fueron testigo de los años más prolíficos del actor. De hecho, confesó que la idea de construir esta casa nació justo después de su participación en el largometraje de James Bond, Die Another Day, cuando dijo a su esposa: «Has sido mi roca, construyamos tu casa de ensueño». A pesar de haberla puesto en el mercado, cuando pasó un año, la pareja decidió conservarla por motivos emocionales.
