Concebido con la idea de ‘ciudad jardín’, este impresionante rascacielos biofílico se encuentra en el corazón del distrito financiero de Singapur. Tiene una altura de 280 metros, 51 pisos y 93.000 m2. Es de uso mixto, por lo que en su interior, además de oficinas, hay residencias, restaurantes y comercios. Sin embargo, lo que realmente llama la atención de CapitaSpring, que así es como se llama, es su jardín vertical, el frondoso parque y la huerta que se halla en la azotea. En diferentes alturas, los elementos verticales que dan forma al exterior del edificio se separan para permitir vislumbrar el oasis que florece desde el interior.
Rascacielos biofílico
El jardín vertical que crece en el interior y que asciende en espiral hasta rozar el cielo, alberga más de 80.000 plantas, alcanzando los 8.300 m2 de zonas verdes, lo que equivale al 140% de su área.
«Nuestro diseño busca continuar con el urbanismo vertical pionero de Singapur… Decidimos hacer del diseño una exploración vertical del urbanismo tropical», señala uno de los socios fundadores del estudio de arquitectura Bjarke Ingels Group, responsable del rascacielos.
Zona residencial y de oficinas premium
Los primeros ocho pisos de CapitaSpring están destinados a viviendas con servicios que incluyen una amplia gama de instalaciones, desde espacios wellness, gimnasio, piscina, zonas comunes…
Los siguientes 29 pisos son oficinas con impresionantes vistas.
‘Green Oasis’
Se trata de un refugio tranquilo de senderos y áreas de descanso al aire libre, a unos 100 metros sobre el suelo.
El parque de la azotea
Es considerado el parque más alto de Singapur con huerto incluido, donde se cultivan más de 150 especies de frutas, verduras, especias y flores distribuidas en cinco pacerlas que abastecen a los restaurantes del rascacielos.
«CapitaSpring es como una visión de un futuro en el que la ciudad y el campo, la cultura y la naturaleza pueden coexistir, y los paisajes urbanos pueden expandirse sin restricciones», concluye el socio fundador de GIG.