Al igual que Carlos Sainz padre e hijo, quienes han marcado huella en el mundo del motor, o los actores de las familias Ozores o Larrañaga, que continúan el legado cinematográfico, en el diseño de interiores encontramos una historia igual de especial: la del interiorista Francisco Segarra y su hija Inma. Hoy, Día del Padre, hablamos con ellos para descubrir su historia y cómo es compartir la misma pasión: el diseño.
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En el mundo del diseño de interiores, la figura de Francisco Segarra se ha destacado por su capacidad para fusionar lo antiguo con lo contemporáneo, creando ambientes únicos que han decorado hoteles, restaurantes y otros espacios. A lo largo de más de 20 años, ha cimentado su marca personal, convirtiéndose en un referente en el ámbito del diseño vintage.
Pero lo que hace aún más especial su historia es que, junto a él, camina su hija Inma, quien también se ha unido a la pasión por el diseño, aportando una visión fresca y contemporánea al trabajo que su padre comenzó. «Mi hija Inma ha sido clave para conectar con las nuevas generaciones», señala Francisco.
«La pasión de mi padre es pegadiza. Todo el proceso lo vivimos con mucha ilusión»
Para Francisco, compartir su pasión por el diseño con su hija Inma ha sido una experiencia única. «La verdad es que es muy bonita. Algo que pasa pocas veces», comenta emocionado. Aunque Inma estudió moda en Madrid y trabajó como estilista en series de televisión, su amor por el diseño de interiores ha sido algo que fue surgiendo de manera natural. El interiorista recuerda cómo, debido a la pandemia, su hija se trasladó a Castellón, y fue allí donde comenzó a interesarse por el mundo del diseño de muebles, un campo en el que la sensibilidad y el gusto son fundamentales.

Inma, por su parte, expresa su agradecimiento por poder compartir esta pasión con su padre. «Es una suerte poder compartir la pasión del diseño juntos. Disfrutamos mucho reflexionando, diseñando y creando conceptos de manera conjunta», afirma. La relación entre ambos se ha convertido en una inspiración mutua: «La pasión de mi padre es pegadiza. Todo el proceso lo vivimos con mucha ilusión», dice Inma.
A pesar de sus orígenes y trayectorias profesionales distintas, padre e hija han logrado complementarse perfectamente en el proceso de desarrollo de nuevos proyectos. Inma resalta cómo, aunque sus gustos son similares, cada uno aporta una visión distinta que se fusiona de forma armónica. «Nos complementamos muy bien, nos entendemos prácticamente al 100%», explica Inma. Mientras el interiorista Francisco prefiere tonos más oscuros y un estilo más masculino, Inma le aporta una frescura al incorporar colores más vibrantes, lo que ha dado como resultado una fusión muy atractiva para sus diseños.
El proceso creativo ha sido siempre un reto de cooperación, y aunque ha habido algunas diferencias de enfoque, los desacuerdos nunca han sido significativos. «Lo que hacemos juntos, no ha habido desacuerdo. Lo que sí pasa es que a veces trabajamos sobre una base y cada uno hace su versión, lo que se ve claramente cuál es de cada uno», comenta Francisco. Aun así, ambos coinciden en que el proceso es siempre enriquecedor y lleno de aprendizaje mutuo.

«Llevamos tres años viajando juntos, haciendo las colecciones y la experiencia es maravillosa»
Uno de los aspectos más emocionantes para el interiorista e Inma ha sido la oportunidad de viajar juntos para trabajar en nuevas colecciones. «Llevamos tres años viajando juntos, haciendo las colecciones y la verdad es que la experiencia es maravillosa», dice Francisco. Uno de los destinos recientes fue Indonesia, donde tuvieron la oportunidad de trabajar con proveedores locales para dar su toque distintivo a materiales tradicionales como el bambú. «Lo que intentamos es darle un cambio a lo que es muy tradicional», explica Francisco, refiriéndose a su propuesta innovadora de combinar bambú con cuero y acero.

Sin embargo, el proyecto que más los une es UVA 34, un restaurante propio que están desarrollando juntos en Castellón. «Se va a llamar UVA 34. Es un concepto de bar que vamos a desarrollar aquí en la galería», revelan. La idea de este proyecto les permite poner en práctica sus visiones conjuntas de diseño y decoración, algo que sienten muy personal.
A medida que sus marcas, Francisco Segarra y Ofelia, crecen y evolucionan, la relación entre padre e hija sigue siendo el motor de un proyecto que ha alcanzado un notable éxito en el mundo del diseño. Con tiendas en Madrid, Castellón y Benicasim, las colecciones de Francisco Segarra y Ofelia continúan encantando a los amantes del diseño de interiores. Si estás en Madrid, te recomendamos que te pases por la coqueta tienda de decoración que tienen en la calle Barquillo 33.

Inma destaca que, aunque se enfrentan a los desafíos de trabajar juntos, «lo que hacemos en conjunto es muy especial. Siempre nos escuchamos y estamos alineados en lo importante». Esto refleja cómo la visión y el trabajo en equipo entre padre e hija han logrado crear algo mucho más grande que simplemente una marca: una verdadera tradición familiar.
En este Día del Padre, la historia del inteiorista Francisco e Inma Segarra es un claro ejemplo de cómo la pasión y el amor por el diseño pueden trascender generaciones, creando una alianza profesional que no sÓlo es exitosa, sino profundamente significativa en lo personal.