Siempre ha habido conexión entre la moda y la arquitectura. Ya decían de Cristóbal Balenciaga que era el arquitecto de la moda. Precisamente, muchas veces la moda se ha inspirado en arquitectos y en proyectos arquitectónicos, y otras la industria ha elegido un edificio glorioso para presentar sus propuestas. Ya hablamos de la Casa Cruylles y su vinculación con Victoria Beckham. Hoy toca hablar de Le Corbusier y la maison Chanel. Una relación que viene de lejos, aunque ahora hablamos de un edificio muy especial de la ciudad de Marsella, elegido por la casa para su último desfile Crucero.
Hay que recordar que Chanel, cuando estaba Karl Lagerfeld al frente, ya se inspiró en el arquitecto en una colección que presentaron hace justo diez años. Una década después, se cierra el círculo con esta elección. Y es que la maison ha desfilado en la conocida Unité d’Habitation de Marsella, también conocida como la Cité Radieuse. El show ha sido realizado en su azotea, gracias a las vistas de pájaro de algunas partes del desfile ha sido fácil adivinar el lugar.
Una ciudad en forma de jardín vertical, así lo llamaba el arquitecto, que supuso uno de sus primeros proyectos. Se construyó entre 1946 y 1952, justo después de la Segunda Guerra Mundial. La idea era terminarlo en menos tiempo, pero hay que imaginarse que en esos tiempos tanto presupuesto complicaba las cosas.
Lo interesante de este edificio es que las zonas lúdicas del mismo se encuentran en los pisos más altos, estando la piscina en la azotea. En uno de estos pisos hay una guardería, y algunas de las prendas de la maison Chanel tenían dibujos infantiles.
Ver esta publicación en Instagram
La elección de esta construcción para la presentación no era baladí, el arquitecto franco-suizo inspiraba el desfile. «Inspiradas en la arquitectura modernista de la Cité Radieuse, las líneas gráficas y los bordados geométricos cautivan en un conjunto de tela tipo waffle de corte entallado y un vestido corto, combinado con las pantuflas estilo buceo de charol brillante de la temporada», explicaban desde la firma francesa.
Pero seguimos hablando del trabajo de Le Corbusier, porque aunque fue criticado en su momento, ha inspirado a otros arquitectos con proyectos similares. E incluso a él mismo, porque este proyecto tenía algunos atisbos de experimentación.
Según explican los expertos, Charles Édouard Jeanneret-Gris -nombre original- quería huir del estilo de vivienda que se realizaba en aquel momento: urbanizaciones con viviendas unifamiliares. La idea es que todos los servicios que necesitaran los vecinos estuvieran en el mismo edificio, a modo de rascacielos, y al construirse hacia arriba, hubiera el suficiente espacio para disfrutar de zonas verdes. Y así construye el arquitecto Unité d’Habitation de Marseille en el Boulevard Michelet, una de las zonas más acomodadas de la ciudad, en el distrito 8.
Ver esta publicación en Instagram
¿Lo que más destaca? Los módulos, que podemos encontrarlos en cada piso. Ojo, porque siguen la proporción áurea. Esos cuadrados, esos módulos, también los encontramos de manera decorativa en el edificio. En total 337 apartamentos, en un edificio de 140 metros de largo, 24 metros de ancho y 56 metros de altura. En algunas de las plantas, como hemos dicho antes, esos servicios lúdicos para hacer la vida más fácil a las más 1.600 personas que pueden vivir allí: bar, restaurante, club, guardería, enfermería, hotel, lavadero…
El hormigón armado y el vidrio son los materiales por antonomasia en el edificio, y en él hay que destacar también algunos atisbos de color. «Los primeros habitantes de la Cité Radieuse son familias modestas y de clase media.
Hoy, en vista del éxito de la residencia, son los altos ejecutivos y las profesiones intelectuales quienes desean vivir allí«, explican desde Turismo de Marsella. Este edificio de Le Corbusier, uno de los primeros del arquitecto, no olvidemos- fue catalogado como monumento histórico en 1995. Y ahora ha sido escenario del show Crucero de la maison Chanel.
Ver esta publicación en Instagram