‘Champ de Bataille’, el castillo-palacio propiedad del icono del interiorismo Jacques García
Los 50 años de carrera del icónico interiorista francés Jacques García nos invitan a descubrir su residencia más característica y última adquisición: un castillo-palacio de estilo ecléctico, el cual el interiorista asegura que será su último hogar. La singularidad y belleza de cada rincón del castillo-palacio ha sido obra de su inigualable imaginación creativa. Esta fortaleza está arropada por cuarenta hectáreas de un espectacular paisaje con preciosos jardines coloridos, que incluyen lagos, fuentes y piscinas. El castillo-palacio llamado Champ de Bataille se encuentra en el corazón de Normandía, en el municipio de Le Neubourg.
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Jacques García supo en cuanto vio Champ de Bataille que era el lugar idílico para él. Una de las cosas que llamó su atención y que el interiorista destaca es que perteneciera al siglo XVII y que en la actualidad la arquitectura se conserve intacta. El diseño André Le Nôtre del jardín, el efecto de palacio que su arquitectura le confiere o las escaleras originales deleitaron al interiorista.
El maestro del eclecticismo asegura que en el interior de este magnífico castillo-palacio se encuentran refinadas obras del siglo XVI, que junto a ellas conviven otras piezas icono de los años 20, 30 y 40 del siglo XX. En sus diseños de interiores, Jacques García siempre ha priorizado la luz natural -cuanta más mejor–, interiores minimalistas con materiales de lujo, dibujos a mano alzada en las paredes con motivos clásicos y pintura contemporánea… Todos sus trabajos de interiorismo tenían una cosa en común: conseguir crear algo muy personal.
Pero, ¿a qué llamamos castillo-palacio? Aún teniendo la forma exterior de un castillo, Jacques García lo denomina castillo-palacio porque un castillo está habilitado para vivir en la planta baja, mientras que en el palacio hay que subir escaleras para disfrutar de las salas de estar, tal y como ocurre en Champ de Bataille. Además, cabe destacar que también cuenta con espacios inmensos y las salas son de techo alto, concretamente de siete metros y medio.
La restauración y decoración de Champ de Bataille es obra del propio Jacques. En esta última residencia el interiorista quiso inspirarse en las casas aristocráticas; un estilo de casa en el que siempre había ansiado vivir. Para ello introdujo materiales como el terciopelo en tono burdeos y colores dorados en mobiliario y paredes. Además del propio interiorista, en el castillo-palacio trabajaron también tapiceros, arquitectos y pintores, entre otros, para crear esta joya royal. Para Jacques fue un gran lujo contar con una escalera en perfectas condiciones hecha bajo el reinado de Luis XV.