Tenemos grandes arquitectos en nuestro país. Rafael Moneo, Fernando Higueras… Son algunos de los nombres de los que hemos estado escribiendo en los últimos meses. Ahora toca hablar de otro gran arquitecto, que en este caso, ha recibido la Medalla de Oro de la Arquitectura, un premio otorgado por el Colegio Superior de Arquitectos de España (CSCAE). Este año se ha otorgado al arquitecto gallego César Portela.
Este premio, otorgado por el CSCAE, se debe a «el esfuerzo de las personas e instituciones que ennoblecen el quehacer arquitectónico con su labor». Este homenaje se debe a muchas cosas, entre ellas, destacan que es un gran ejemplo para las siguientes generaciones, siendo un gran referente además, en su tierra natal, en Galicia. Dicen de él que “es un arquitecto localista que supera su ámbito natal para proyectarse internacionalmente”.
Hay que destacar la trayectoria del arquitecto por muchas razones. El gallego estudió Arquitectura en las Escuelas Técnicas Superiores de Arquitectura de Madrid y Barcelona. Apenas dos años después ya era doctor. Los proyectos que ha realizado a lo largo de su vida están distribuidos por toda la geografía española: desde la Estación de Autobuses de Córdoba, construida en 1999 y por la que recibió el Premio Nacional de Arquitectura; la Estación de Ferrocarril de Cádiz, la Estación Central de Valencia, el Museo de Historia Nacional de Galicia, el plan de intervención del icónico Pazo de Oca, por el que recibió el Premio Nacional de Urbanismo. Y fuera de nuestras fronteras, el Museo Etnográfico de Togamura en Japón o la Torre de Control Sharm El-Sheik de Egipto.
Desde el CSCAE, también destacan todas las charlas y clases como profesor invitado que ha realizado a lo largo del mundo: la Escuela Superior de Arquitectura de Pamplona, Nancy, Caracas, Lisboa o Weimar, por poner algunos ejemplos. También hay que alabar los talleres internacionales que ha realizado en ciudades tan distintas e interesantes como Nápoles, Sevilla, Barcelona, Belfort o la capital de Venezuela, Caracas.
En una entrevista entre Carlos Martí y César Portela, disponible en los archivos de Arquitectura del Colegio de Arquitectos de Almería, hablaba así sobre su obra: «Al final lo que determina una obra es el clima, la cultura y las necesidades de los hombres. Y los hombres somos todos más parecidos de lo que nos creemos. La esencia de la arquitectura también. Una casa en el Valle de Toga-mura, rodeada de nieve frecuentemente es, en esencia, muy parecida a una palloza de la Sierra de Os Ancares en Galicia: en ambos casos todo el espacio gira y se estructura alrededor del hogar, del fuego. Es el ‘espacio del humo’, como lo denomina Yago Bonet. Y en una casa caribeña, lo esencial es su espacio central, el ‘lugar del fresco’ del que nos habla Alejo Carpentier, análogo al de las casas-patio andaluzas y alrededor del cual se organiza toda la vida. En definitiva, que uno se guía por la cabeza pero quién te empuja o te arrastra, quién manda en definitiva, es el corazón. Al menos en mi caso».