La Comunidad de Madrid es muy especial por muchas cosas. Por su ocio, sus tabernas y casas de comidas, sus bodegas y sus huertas, su pasión por el fútbol, sus parques en pleno centro de la urbe y sus deslumbrantes pinacotecas, pero también por el amplísimo patrimonio cultural relacionado con la Corona Española, cultivado como un mecenas cuidadoso a lo largo de los siglos.
Gracias a ese mimo de los Reyes y ese gusto por las artes, la arquitectura y la cultura en general, tanto nacional como internacional, la región madrileña tiene en su haber, además de una inalcanzable colección de obras de arte, espacios tan fascinantes como la Galería de las Colecciones Reales, el Palacio Real–que ha visto alegrías y dramas regios–, los Jardines del Campo del Moro y Sabatini, el Teatro Real, la Catedral de la Almudena, el Monasterio de las Descalzas Reales, donde se esconde cuidada con esmero una rica colección de pintura, o la preciosa iglesia de San Francisco ‘El Grande’. entre otros.
De alguna forma, podemos afirmar que en Madrid los anfitriones no son sólo los madrileños, con su calor y simpatía, sino también los diferentes miembros de la Familia Real de España, los cuales han disfrutado de la región desde que Felipe II, un monarca apasionado del arte y de la arquitectura, instalara en la ciudad su Corte de manera definitiva en el S. XVI. Un momento muy importante, ya que desde ese instante Madrid comenzó su camino regio hasta convertirse en uno de los destinos del mundo al que millones de personas desean venir.
En Madrid tenemos la oportunidad de recorrer los barrios castizos, como el Barrio de las Letras, por los que se entretenían los pícaros, los nobles, los cortesanos, los artistas y los escritores de todo estilo y pelaje, ya sean del Siglo de Oro, como Cervantes, Lope de Vega, Quevedo o Góngora; de la Generación del 98 y las tertulias en los cafés –algunos de los cuales también podemos visitar hoy en día– de Unamuno, Valle Inclán y Pío Baroja; o de la revolucionaria Generación del 27, con Lorca, Dalí o Maruja Mallo a la cabeza, entre otros.
Además, también tenemos la opción de meternos de lleno en el corazón de Madrid recorriendo el Barrio de los Austrias y hacer los mismos recorridos que, posiblemente, hicieron decenas de veces los Reyes y sus cortesanos. Esta zona destaca, sobre todo, porque es el espacio donde comenzó a desarrollarse Madrid como capital y porque tiene una serie de monumentos y arquitecturas que nos hacen viajar en el tiempo y conocer, por ejemplo, dónde vivían los miembros de la Casa Real, qué zonas eran las predilectas de Alfonso XII –sobre todo cuando hablamos de ambientes castizos como las tabernas, que le encantaban–, el balcón donde se ubicaba Felipe IV en la Plaza Mayor a ver las obras de teatro mirando de frente a su amante, La Calderona, los jardines del Palacio Real por los que paseaban los monarcas o los espacios conventuales donde se retiraban las reinas y mujeres de la Familia Real.
Por todo ello, por su belleza, autenticidad y algarabía, más de 11 millones de visitantes vinieron a Madrid en 2024 y más de 23 millones de personas pernoctaron en la ciudad, lo que tiene un impacto económico de más de 16.000 millones de euros. Todos estos visitantes, que este 2025 serán más según las previsiones, tienen la oportunidad de disfrutar de Distrito Real de Madrid, la iniciativa creada por la Comunidad de Madrid, junto con la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM), y el apoyo de Patrimonio Nacional y el Ayuntamiento de Madrid que invita a redescubrir el esplendor de la zona más regia de la ciudad y sus alrededores.
A través Distrito Real de Madrid, que nos brinda la oportunidad de conocer un enclave de más de 400.000 metros cuadrados y uno de los atractivos culturales e históricos más relevantes de Europa y del mundo, la capital busca impulsar la imagen nacional e internacional de Madrid como destino cultural y patrimonial de primer nivel.
Cada persona que contempla los frescos de Goya, no sólo disfruta de nuestro legado, está también generando empleo cultural y activando una cadena de valor que beneficia a muchas pequeñas y medianas empresas».
En este sentido, el presidente de la AEHM, Gabriel García Alonso, ha subrayado que Distrito Real «es una pieza central dentro de la oferta turística de Madrid y de España. Estamos convencidos de que la competitividad de nuestro destino pasa por ofrecer productos turísticos de calidad y con identidad propia, como este».
Aquellos que se animen a disfrutar del Distrito Real de Madrid van a tener la oportunidad de descubrir algunas curiosidades y secretos muy interesantes sobre el Palacio Real, también conocido como el Palacio de Oriente; la Real Armería, una de las más importantes de Europa, junto con la Imperial de Viena; la Galería de las Colecciones Reales, donde se ofrece a los visitantes una selección representativa de las 170.000 obras de arte que conforman el mayor conjunto artístico de origen real del mundo.
Y es precisamente aquí, en esta Galería de las Colecciones Reales, cerca del Palacio Real y la Catedral de La Almudena, donde nos recomiendan comenzar nuestra ruta del Distrito Real de Madrid. Este espacio, de más de 40.000 m2 proyectado por los arquitectos Emilio Tuñón y Luis Moreno, es el proyecto museístico más importante en España, no sólo por sus espléndidos montajes artísticos, sino también por la modernidad de su arquitectura e infraestructura, ya que el edificio está excavado en la roca, desde el Campo del Moro hasta la Plaza de la Armería.
A través de sus diferentes salas, podemos ver la riqueza y la diversidad de las Colecciones Reales, a la vez que se hace difusión de los trabajos de Patrimonio Nacional, como la restauración, conservación, difusión y cuidado del importante legado de la Corona Española.
En el recorrido artístico que proponen desde la Galería de las Colecciones Reales, destacan obras de artistas tan importantes como Juan de Flandes, Pantoja de la Cruz, Tiziano, Rafael, Lavinia Fontana, El Bosco, El Greco, Caravaggio, Rubens, Velázquez, Carreño de Miranda, Watteau, Mengs, Tiepolo o Goya, entre muchísimos otros. Eso sin contar, además, con todas las piezas de alto valor artístico e histórico como las columnas salomónicas de 600 kilos de la entrada procedentes de la desaparecida iglesia del Real Patronato del Hospital Virgen de Montserrat; el Arcángel San Miguel venciendo al demonio de Luisa Roldán La Roldana; piezas visigodas, la armadura de Carlos I de España, una primera edición de El Quijote de Cervantes, la Silla de mano de Bárbara de Braganza o la Carroza negra de Mariana de Austria, la esposa de Felipe IV.
De hecho, relatan los cronistas que en el Real Alcázar, que fue la casa de la Monarquía hasta el S. XVIII y estaba ubicado frente al actual Palacio Real en la Plaza de Oriente, era como una pequeña urbe donde había todo tipo de artesanos, artistas y orfebres que trabajaban día a día en proyectos, objetos religiosos y profanos de gran valor y cientos de pinturas que hoy forman parte de la colección, como es el caso de Las Meninas de Velázquez o Carlos V a caballo de Tiziano, entre otras muchas.
Este Real Alcázar está hoy desaparecido. El día de Nochebuena de 1732 se declaró un aparatoso incendio que lo destruyó por completo, aunque por fortuna en la actualidad podemos disfrutar de las muchas pinturas y otros objetos que se salvaron de las llamas. De aquellas cenizas reales nace el maravilloso y actual Palacio Real con su contundente patio de armas, y rodeado de los espectaculares Jardines del Moro y de Sabatini, dos rincones históricos y tranquilos de gran belleza que merece la pena visitar.
El Palacio Real, residencia oficial del Rey de España, aunque hoy en día sólo se usa para ceremonias de Estado, es la arquitectura regia más grande de Europa, además de llamar la atención por sus miles de habitaciones. La construcción comenzó en 1738 bajo el reinado del primer Borbón, Felipe V, una razón que podría explicar algunos aspectos en común con el estilo barroco del Palacio de Versalles, y terminado con Carlos III, que fue el primer monarca que vivió en él.
Dichas estancias y colecciones son visitables para el público en general, siempre que no haya actos oficiales de Estado.
Los visitantes, además, van a poder ser testigos del relevo solemne de la Guardia Real en el Patio de la Armería. Una acción en la que intervienen hasta 400 efectivos, destacando los lanceros y alabarderos, así como caballos y piezas de artillería. El relevo se puede presenciar los primeros miércoles de cada mes, excepto en enero, agosto y septiembre.
En la misma zona los visitantes puedes disfrutar de magníficos espacios ajardinados. Destacan, por ejemplo, los tranquilos Jardines del Campo del Moro, a los pies del Palacio Real, los cuales tienen su origen en el S. XVI, cuando Felipe II adquirió unos terrenos anexos al antiguo Alcázar de Madrid para usarlos como zona de recreo. Ocupan 20 hectáreas de superficie verde en pleno centro de Madrid y se han convertido en un espacio de referencia por su diversidad botánica. Abiertos al público desde 1978, entre sus más de 6.000 árboles hay varias especies singulares de la Comunidad de Madrid.
Desde el Campo del Moro, al cual podemos acceder de forma gratuita por tres accesos (Paseo Virgen del Puerto y la Cuesta de San Vicente y de la Vega, ambas puertas facilitan también la entrada a las Galerías de las Colecciones Reales), podemos disfrutar de unas preciosas vistas del Palacio Real, así como de un picoteo informal y castizo en la Terraza del Campo del Moro. El espacio es perfecto para que podamos sentarnos, tomar un vino o un vermú y probar algunos platos revisados de la cocina madrileña como unas bravas, una ensaladilla o un brioche de carrilleras.
También podemos visitar (y pasear) los Jardines de Sabatini, los cuales destacan por su estilo neoclásico, su armonía y, por supuesto, su elegancia. Tiene un amplio estanque rectangular, enmarcado por fuentes y esculturas de antiguos monarcas españoles, los convierte en un lugar de especial belleza dentro del conjunto palaciego a la vez que nos permite conocer a diferentes miembros de la Casa Real.
Los jardines fueron creados en la década de 1930 del S. XX en el lugar que ocupaban las caballerizas construidas por Sabatini para el Palacio Real, de donde viene su nombre. Este espacio verde es, sobre todo, bellísimo cuando cae la tarde, por ello, es uno de los puntos más visitados con el fin de ver la puesta de sol.
Precisamente, frente a esta escultura hecha a partir de un diseño de Velázquez, está ubicado el Teatro Real, inaugurado en 1850 y hoy en día considerado como una de las principales instituciones de las artes escénicas y musicales de España, así como una de las óperas más importantes de Europa.
Los aficionados a la música tienen la oportunidad de asistir a una programación de altos vuelos y producciones de prestigio, como óperas, ballets, conciertos y recitales con artistas y compañías de primer nivel internacional. Su ambicioso calendario le ha valido varios reconocimientos, entre ellos, el International Opera Award al mejor teatro de ópera del mundo.
También podemos optar por una visita general por el edificio, con el fin de conocer la estructura del edificio, o una visita técnica al backstage para ver desde dentro cómo funcionan los movimientos de plataformas y varas o el montaje y la construcción de decorados de las obras. Los interesados en la ópera, por su parte, podrán optar a una visita artística y conocer cómo se preparan los ensayos conjuntos e individuales, la caracterización y vestuario o saber más del papel de los regidores.
Antes de dirigirnos hacia la Puerta del Sol, nos paramos en la Catedral de la Almudena, el espacio religioso emblemático donde se celebran los grandes momentos de la Casa Real, como fue la boda de los actuales Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia. Pero, más allá de ello, debemos conocer que este templo comenzó a gestarse en 1868 y fue proyectada por el arquitecto Francisco de Cubas y Montes, siendo la primera piedra colocada por el rey Alfonso XII, hijo de Isabel II.
Tiene unas grandes dimensiones y su ubicación, frente al Palacio Real, muestra la unión entre el poder espiritual y el poder civil de la capital. El estilo que posee es peculiar, ya que el interior es de una tremenda modernidad, con respecto a su exterior. La fachada es neoclásica, el interior es neogótico y la cripta, bajo la catedral y con una estructura de 400 columnas, es neorrománica.
La Catedral de la Almudena se puede visitar, ya sea por libre o a través de visitas organizadas y guiadas por el Museo de la Catedral. Merece la pena, además, subir a la cúpula para disfrutar de un atardecer muy especial. Este mirador abre todo el año y el acceso está incluido en la entrada del museo.
Se trata del Real Monasterio de las Descalzas Reales, ubicado en la Plaza de las Descalzas –también con entrada por la calle de la Misericordia–, a pocos pasos de la Calle Preciados y la Plaza de Callao, y creado por el empeño de la infanta Juana de Austria, hija del emperador Carlos V y regente durante el importante viaje a Inglaterra de su hermano Felipe II.
Este monasterio, que es una joya histórica y artística, se funda en 1559 y toma una senda de estilo plateresco. En el corazón de esta arquitectura con sello regio, tenemos una importante colección de arte sacro del S. XVI al S. XVIII, destacando obras de Tiziano, Rubens, Brueghel el Viejo o Bernardo Luini, entre otros, así como piezas espléndidas como tapices flamencos, relicarios o frescos.
Entre sus estancias, destacan el Salón de los Reyes, donde se fusiona la realeza y la vida monacal, y el sepulcro de Juana de Austria con una maravillosa escultura funeraria de Pompeo Leoni donde se representa a la infanta de rodillas con las manos entrelazadas a modo de rezo.
El Real Monasterio de las Descalzas Reales se puede visitar. Podemos disfrutar de sus visitas guiadas que recomendamos adquirir de forma previa por la web de Patrimonio Nacional. Gracias a los guías y al acceso de grupos reducidos, conoceremos a fondo la historia del monasterio, el cual hoy en día está habitado por monjas clarisas de clausura. Abre sus puertas todos los días, excepto los lunes, de modo que es un plan fabuloso para vivir cualquier día de la semana.
Cerrando el ciclo del Distrito Real de Madrid, «una de las propuestas de turismo cultural más importantes de Europa», en palabras del viceconsejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, Luis Martín Izquierdo, nos vamos a dirigir hasta la Real Basílica de San Francisco El Grande, cercana a la Plaza de la Villa y al resto de los monumentos anteriormente citados.
La iglesia es impresionante, aunque es cierto que es menos conocida que otras de la capital. Destacan de esta arquitectura su planta de cruz latina y la cúpula monumental de 33 metros de diámetro, lo que la convierte en una de las más grandes de Europa, sólo superada por la del Vaticano, el Panteón de Agripa en Roma y Snata Sofía de Constantinopla, en Estambul. En el interior encontramos, además, pinturas de Zurbarán o La predicación de San Bernardino de Siena de Goya, entre otras obras de artistas españoles como Menéndez Pidal, Alonso Cano o Lucas Jordán.
De estilo neoclásico, la iglesia puede ser visitada por libre, aunque es recomendable que, si podemos, vayamos de la mano de los guías y, de este modo, conocer todos los secretos de este espacio católico del Barrio de La Latina.
El recorrido del Distrito Real de Madrid cuenta también con visitas guiadas por exteriores con salida desde la Puerta del Sol, pero invita al visitante a descubrir otros lugares tan emblemáticos para los madrileños como el Real Sitio de Aranjuez, el Palacio Real de El Pardo y el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, bajo el epígrafe Reales Sitios cercanos.
Toda la información y detalles que queramos consultar sobre Distrito Real de Madrid están disponibles en la web de Turismo de la Comunidad de Madrid: Visitmadrid.es yen la web de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM): aehm.es
Fotografías
Patrimonio Nacional | Adobe Stock
Texto
María Villardón
Diseño