Síntomas por falta de vitamina D, el ingrediente del sol y la felicidad
Ya hemos hablado de la importancia de comer bien, de evitar los productos procesados y de apostar por los frescos. La tabla periódica de los alimentos es una buena fórmula para conseguir un organismo equilibrado, sin embargo, siempre hay algo que se nos escapa, sobre todo en los meses de invierno, y esa es la vitamina D. Más conocida como la vitamina de la felicidad, esta se produce en la piel en respuesta a la exposición solar y, claro, ahora que los días son más cortos y hace mucho frío, es más que probable que apenas recibas la luz necesaria. Si te sientes algo triste, cansado y con ciertos dolores óseos, quizás sea porque tengas déficit de esta vitamina. Te contamos cuáles son los síntomas y cómo reponerla.
Influye al sistema inmunológico y el estado de ánimo
La vitamina D es fundamental para tener un buen sistema inmunitario así como unos huesos fuertes, y es que esta vitamina es la que se encarga de absorber el calcio. Pero aún hay más, un reciente estudio del Journal Of Internal Medicine señala que la vitamina D afecta al estado de ánimo y, por tanto, esta puede evitar o combatir la depresión.
Síntomas de déficit de vitamina D
Lo mejor para dar nombre a cualquier síntoma es ponerse en manos de un especialista, pero siempre hay ciertos signos que indican déficit de esta vitamina: Falta de energía, fatiga y cansancio, más de lo normal. También sentir apatía y cierta irritabilidad, así como tener insomnio y dolor en los huesos y articulaciones.
Alimentos ricos en vitamina D
Para alcanzar los niveles adecuados, los médicos recomiendan exponerse al sol a diario, al menos durante diez minutos, pues más del 80% de esta vitamina se obtiene a través del sol. Como en los meses de invierno resulta difícil, hay que poner especial atención en la alimentación.
La Universidad de Navarra ha elaborado una tabla de alimentos ricos en vitamina D y destaca que la anguila y la angula son los que más tienen, seguidos del atún, bonito y caballa, tanto frescos, como en conserva en aceite.
Los lácteos tiene bastante vitamina D, sobre todo la mantequilla y los quesos grasos como el emental o el parmesano.
Los huevos también destacan por su alto contenido en vitamina D, y se concentra en la yema.
Según un estudio de la Universidad de Bostón, las setas se recomiendan poner al sol antes de consumirlas, ya que transforman los rayos del sol en vitamina D.