Por qué deberías decir más veces ‘NO’
Es sin duda una pregunta que a todos nos ha ocurrido alguna vez: ¿por qué cuesta tanto decir no? Ceder en cosas que no queremos nos termina generando malestar y un conflicto con nosotros mismos y afectando tanto a la propia persona como a la relación con los demás. Es hora de aprender a negarse de vez en cuando.
Te piden algo. En tu cabeza resuena un rotundo ‘no’ pero por tu boca sale ‘sí’. ¿Por qué tendemos a ceder con tanta frecuencia? Aplicable tanto al ámbito personal como al laboral, aceptar cosas que se tiene claro que no se quiere hacer a medio plazo resulta contraproducente. Es necesario trabajar la comunicación asertiva, la autoestima, el equilibrio interior y, sobre todo, aprender qué batallas merece la pena librar, pues no hacerlo conlleva un exceso de carga mental innecesario y contraproducente.
Un comportamiento común a todo ser humano es el buscar ser querido y aceptado, pero pensar que el camino está en decir que sí a todo no es el correcto. Olvidarse de tus propias necesidades e intereses conduce a un desgaste innecesario. Porque se puede ceder, pero es importante mantenerse firme en aquellos momentos en el que poner límites es importante para uno mismo para que el autoconcepto y la autoestima no se vean afectados.
Cuando querías decir ‘no’ y termina sonando un ‘sí’ suele terminar apareciendo un aumento del estrés, peor rendimiento y concentración y, por supuesto, consecuencias emocionales. Es completamente normal sentir miedo a rechazar algo en el entorno laboral, a poner límites o a negarnos a peticiones de los demás. Pero el mundo no se termina. No hay que ponerse siempre en lo peor. Puede que en algunas ocasiones esa negativa conlleve un resultado nefasto para nosotros, pero normalmente lo que ocurre es: nada.
En el ámbito laboral, por ejemplo, alguien con asertividad, esto es, saber cuándo y cómo decir no, suele ser un perfil valorado. Con amigos y familiares la confianza suele funcionar cuando se es sincero, y no hay nada como explicar por qué no quieres hacer algo. De hecho, la clave de aprender a decir ‘no’ radica en eso: en que no hay que aceptar o negarlo siempre todo. La clave, como todo en la vida, radica en saber encontrar el justo equilibrio.
¿Cómo encontrar el equilibrio?
Piensa antes
Así, antes de decir sí o no, una herramienta clave es someter la propuesta a evaluación. La regulación emocional y darse un tiempo para pensar suena fácil, pero no suele seguirse a rajatabla. Consulta con familiares, amigos o con la almohada si merece la pena hacerlo o no.
Sé asertivo
Si has decidido decir ‘no’, es importante encontrar la mejor forma de comunicarlo. Ser respetuoso, sin dañar a la otra persona y ser claro del por qué de la decisión es clave a la hora de hacerlo.
Trabaja tu autoestima
Muchas veces cuesta decir no por miedo a la respueta del otro. Es importante entender que será completamente normal que al otro lado la reacción no sea la esperada ante la negativa. Es importante trabajar por adelantado la autoestima para estar preparado a nivel emocional de posibles malas contestaciones o conductas. ¿Cómo hacerlo? Existen herramientas sencillas para el día a día pero un pensamiento que nunca debe faltar es el tener claro que las personas que nos quieran realmente serán aquellas que nos acepten tal y como somos.