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Guía de cómo cuidar los lunares y qué hacer para prevenir su aparición

cuidado lunares
(Foto: iStock)
Lucía Lera
  • Lucía Lera
  • Periodista especializada en viajes, belleza y estilo de vida. Al salir de la universidad de Periodismo decidí hacer de mi vocación algo más que mi pasión: mi profesión. Desde entonces he podido compartir mis historias en varias cabeceras. Reafirmando a cada artículo que elegí el camino correcto.
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Los lunares han estado en el punto de mira de la industria de la belleza durante años. Entendidos como elemento de caracterización e incluso como símbolo de belleza a través de personajes como Marilyn Monroe. Pero lo cierto es que su aparición, aunque en muchas ocasiones es común, requiere de ciertos cuidados y atenciones durante el verano. Y nunca está de más tener una guía de cómo cuidar los lunares y qué hacer para prevenir su aparición.

Entender el cuidado que requieren los lunares parte por familiarizarnos con la definición que desde las instituciones médicas nos dan. Si nos asomamos en la página web del National Cancer Institute, podemos ver como los definen como una «lesión en la piel«, dándonos una primera pista de que su naturaleza no es principalmente sinónimo de salud en la piel. 

Manchas en la piel
Foto: Unsplash

Vale que sea algo común ver pieles con lunares, puesto que la mayoría de los adultos tienen entre 10 y 40 lunares comunes generalmente ubicados en partes del cuerpo expuestas al sol. Pero eso no exime a quienes los tienen de padecer enfermedades cutáneas graves. Y aunque su aparición puede estar condicionada a factores genéticos, también puede ser consecuencia de la exposición a los rayos UVA. 

Durante la exposición al sol (para prevenir melanoma)

Volviendo al origen, hay una realidad relacionada con el daño que el sol puede hacer a este tipo de lesiones en la que muchos expertos señalan su origen en las quemaduras infantiles, volviendo a retomar la importancia de la memoria de la piel. En una entrevista con Andina al día, la Dra. Rosalía Ballona, jefa del Servicio de Dermatología del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) en Breña, señaló la importancia de la fotoprotección frente a la exposición solar acumulada por las quemaduras en la infancia. Aunque ya no las vemos y nos hayamos olvidado de ellas, la piel tiene en la memoria cutánea ese daño que puede llegar a ser un factor de riesgo de manchas o el melanoma.

cuidado lunares
(Foto: iStock)

¿Es entonces el sol un condicionante a la hora de incrementar el cuidado de la piel? Lo cierto es que sí. «El cáncer de piel que aparece sobre los lunares previos es un pequeño porcentaje del total, por tanto, no tiene sentido proteger nuestros lunares y no el resto de nuestra piel», afirmaba La Dra. Sara Burillo Martínez, dermatóloga Clínica Dermatológica InnDerma de Zaragoza, en una publicación de InnDerma sobre el melanoma.

En ella defendía que enfermedades como el melanoma (el cáncer de piel más peligroso) puede desarrollarse sobre lunares ya existentes. Una cifra que según datos publicados por Skin Cancer Foundation, aproximadamente un 20‑30 % de los melanomas se originan en lunares ya existentes, mientras que entre un 70 y 80 % aparecen en piel aparentemente normal.

Protector solar físico
Foto: Maminat

Al igual que no debemos caer tampoco en la existencia de falsos mitos, como que hay que tapar los lunares con tiritas o esparadrapo para evitar completamente la exposición solar. En estos casos, la Clínica Lucía Pérez recoge en su entrada dedicada al cuidado de lunares que lo ideal para proteger los lunares es exponerse al sol con moderación, usar protector solar de amplio espectro (SPF 50+) y evitar las horas de máxima radiación.

Lo que sí debemos tener en cuenta a la hora de exponernos largas jornadas al sol es lo siguiente:

  • Aplica protector solar e incide en los puntos en los que haya lunares
  • Revisa la fecha de caducidad del fotoprotector: Los filtros solares se degradan y esto hace que el protector solar pierda eficacia o incluso que pierda su función por completo, exponiéndose a daños y quemaduras.
  • No olvides volver a aplicar la protección cada 2 horas y acudir siempre a un SPF 50+.

Tras la exposición de sol

Volvemos a la entrada de la Dra. Sara Burillo Martínez para encontrar una de las razones por las que el cuidado de la piel se vuelve importante tras la exposición solar. Especialmente en lo referente a la aparición de nuevas manchas o nuevos lunares llegado el otoño. 

observar lunares
(Foto: iStock)

Siendo la aparición de nuevos lunares el verdadero foco de preocupación a la hora de prevenir enfermedades como el carcinoma basocelular y el espinocelular o el melanoma. En estos casos, el primer paso cuando localizamos uno de estos nuevos lunares es acudir al dermatólogo y someternos a un tratamiento de identificación y análisis de manchas cutáneas.

Podemos hacer una primera revisión en casa siguiendo la regla del ABCDE que nos ayuda a detectar anomalías en los lunares: 

  • Asimetría: los lunares deben ser simétricos.
  • Bordes: observa si los extremos son irregulares, ya que esto podría ser una mala señal.
  • Color: presta especial atención a si los lunares tienen uno o varios colores, siendo esta segunda realidad un motivo de alerta. 
  • Diámetro: los lunares malignos suelen medir más de seis milímetros.
  • Evolución: con todo esto, observa la evolución de los lunares para ver si mantienen la forma. En caso de no ser así, acude al dermatólogo.

Uno de los métodos más efectivos y recomendados por expertos como Pedro Jaén es el mapeo de lunares. En su clínica, emplean el sistema Vectra 360, la tecnología más certera a la hora de detectar el cáncer de piel.

mapeo de lunares
Sistema vectra 360. (Foto: Grupo Pedro Jaén)

Este sistema permite analizar la piel de forma integral y tridimensional, identificando cambios mínimos que podrían pasar desapercibidos en exploraciones convencionales. Llegando a mapear todo el cuerpo en cada sesión. Además, permite realizar un seguimiento de calidad gracias a su capacidad de registro y almacenaje de imágenes 3D que permite establecer comparativas en revisiones sucesivas para detectar cambios sospechosos, incluso en sus fases más incipientes.