Tres expertos en joyas vintage: «Si compras un Rolex, que sea de los 80 y con cristal de zafiro»
Mientras lo nuevo se sigue creando y atrae nuestra mirada, el tiempo nos ha traído el pasado de vuelta y nos comenzamos a fijar en aquellos elementos a los que denominamos como vintage. Desde Tiffany’s, pasando por Cartier o Boucheron, durante décadas nos han enseñado que el mundo de la joyería evoluciona según las tendencias, pero hay ocasiones en las que surgen piezas que son inmortales y da igual cuánto tiempo pase, ya que su belleza se vuelve eterna. En la entrevista de hoy hablamos con el templo de las joyas con historia, donde las piezas clásicas cobran vida propia: Del Páramo Vintage.
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Con una nueva pop-up en el barrio de Salamanca, en la que el terciopelo y los colores vivos se mezclan con piezas con vida propia, los hermanos Del Páramo han sentado cátedra sobre un tipo de joyería única. En la charla de hoy, aprendemos un poco más de estos accesorios y conversamos con Sheila y Rafa, dos de los tres hermanos que conforman el alma de este interesante proyecto que, cuando se conoce bien, no se debe a lo masivo. Algo que vamos a aprender en las siguientes líneas.
«A la hora de comprar un Rolex, es mejor apostar por los de los 80 con cristal de zafiro. A diferencia de los actuales, que son de plexi, con los de zafiro tienes un reloj para toda la vida»
Siendo un referente en el mundo de la joyería tradicional, a base de esfuerzo, constancia y trabajo, han conseguido conquistar hasta a las figuras más influyentes del panorama nacional e internacional y personalidades como Sara Carbonero, María Pombo, Amaia Salamanca o Chiara Ferragni han llevado algunas de las piezas que lucen en sus vitrinas. Comenzamos hablando con Sheila, la mujer presente en el negocio que, para llevarlo a cabo, se formó en marketing de lujo, además de estar en constante ampliación de sus conocimientos sobre este tipo de piezas.
«Mi padre nos presentó una idea de negocio con mucho futuro y decidimos apostar por ella», algo que llegó en un momento ideal en una España donde las joyerías vintage eran escasas y las que había no presentaban una elegancia y calidad que convencieran al público. Con ella comenzamos a entender un poco más este tipo de joyas. «Somos tercera generación de familia joyera tradicional. Yo trabajaba en recursos humanos de Loewe y decidí apostar por este negocio».
«El sector estaba poco profesionalizado y dejamos todo para seguirlo. Yo me formé en marketing de lujo y ya comenzamos a buscar las piezas a través de viajes, contactos con anticuarios en Francia o ferias alrededor del mundo». A diferencia de la joyería actual, la cual la desarrolla un orfebre a través de un boceto, esta búsqueda es más complicada, puesto que no todas las piezas son válidas.
«En la actualidad, el ticket medio más alto de Rolex se encuentra en Asia, Miami, Emiratos Árabes»
Desde una primera tienda en Valladolid, pasan al comienzo de la actividad en las redes sociales y llegan a 2024, donde se abre el primer espacio en la capital. «La tienda está diseñada al detalle y, al entrar, puedes ver una composición que es como ver la maquinaria de un Patek Philippe, perlado y con círculos entrelazados. También tenemos un despacho que aporta esa privacidad que muchos requieren, donde se realizan las tasaciones y somos los únicos en Madrid que las hacen gratuitas. Asimismo, hay una biblioteca y un bar, para que los clientes puedan sentarse a leer o tomar algo. Estos son nuestro mayor tesoro», afirma Sheila Guerrero del Páramo.
«La gente busca Cartier, Rolex y cuatro marcas más. Ya no quieren esos relojes de antes»
En su espacio no hay colecciones estructuradas bajo una inspiración, sino que recorrer sus vitrinas es como hacer un repaso a la historia de la joyería, pero en clave de excelencia. El punto de inicio es complicado, porque se busca algo concreto. «Somos de los únicos en el sector que recorremos todas las ferias mundiales especializadas. Las joyas que se exponen pasan un tribunal super estricto, lo cual otorga la certeza sobre su calidad. El calendario empieza en septiembre con Hong Kong, Nueva York o París, para luego pasar a Miami y, entre medias, también asistimos a subastas, trabajamos con anticuarios y cliente final».
«La gente quiere exclusividad y eso lo consiguen con la joya antigua»
La calidad es algo que se busca en estas y el público prefiere que las piezas no estén pulidas, es decir, sobre los diseños antiguos, el oro envejecido tiene una belleza intrínseca que atrae al ojo y se deja tal como está. Aunque este destacado metal nos atraiga, a veces hay que permitir que envejezca de manera correcta para que gane personalidad. «Los clientes quieren la joya con su esencia, sin modificar», nos reafirma Sheila. Mientras vemos constantemente las nuevas colecciones de grandes casas joyeras, lo ‘vintage’ está de moda, puesto que ahora se crea con técnicas novedosas como el 3D y antes se les daba forma de manera artesana. «La gente quiere exclusividad y eso lo consiguen con la joya antigua».
Los relojes también son parte de su mundo y este es uno de los pocos espacios de Madrid en los que se pueden encontrar modelos concretos de marcas como Rolex, además de otras como Patek Philippe o Audemars Piguet. Para saber más de ellos, la pasión de Rafa Guerrero del Páramo, uno de los hermanos que componen este proyecto, nos deslumbra mientras nos da una masterclass sobre las complicaciones más exclusivas.
«Al año podemos llegar a tener más de 200 Rolex en la tienda y son menos de los que se reclaman»
El mundo del coleccionismo y la reventa de relojes ha evolucionado a un nivel en el que los inversores apuestan por ello. Lo hemos visto en pujas de los Rolex de Paul Newman, el de leopardo de Elton John, que casi alcanza los 200.000 € en subasta e incluso el Rolex Cosmograph Daytona referencia 16516, cuya puja se cerró en casi un millón y medio de euros. «Hoy en día hay tres marcas que despuntan: Patek Philippe (rey de reyes), Audemars Piguet y Rolex. Son grupos independientes que no se deben al mercado, es decir, no rinden cuentas a su accionariado. Tienen unos cánones sobre los que se producen menos de los ejemplares que se reclaman», nos relata Rafa Guerrero del Páramo.
Este nos indaga un poco más y nos cuenta que las tres marcas mencionadas, junto a Richard Mille, son de los pocos que siguen los cánones establecidos sobre la alta relojería usando sólo metales nobles en su fabricación, es decir, oro blanco, amarillo y rosa. Esto nos proporciona la aclaración sobre su posición en el mercado y son la clara representación del lujo, además de entender un poco más el motivo de la locura de los coleccionistas por sus complicaciones.
«En la actualidad, el ticket medio más alto de Rolex se encuentra en Asia, Miami, Emiratos Árabes, prefiriendo estos para vender y limitar más su presencia en un mercado europeo en detrimento. Cada punto de venta que cierra en Europa, abre dos en Asia, puesto que los metales preciosos y los diamantes allí se venden mejor. Se lo está dando a mercados más emergentes y potentes». Sobre estas palabras que nos relata el experto, entendemos la escasez de los modelos de la aclamada casa suiza en el continente, por lo que las escasas existencias que hay, muchas de reventa, multiplican sus precios originales.
«Nunca tenemos suficientes [Rolex], hay más demanda que oferta.»
Del año 2000 hacia atrás, el abanico de casas de relojería era más amplio, pero con la globalización del mercado, las firmas que se llevan la mayor cuota son limitadas. «La gente busca Cartier, Rolex y cuatro marcas más. Ya no quieren esos relojes de antes». El marketing influye, pero las tendencias de consumo también, y con las crisis, las marcas que han captado el reducido mundo de la exclusividad son las que se llevan esa cuota de mercado que otras perdieron. «Asia y Emiratos Árabes son los que marcan las tendencias y vemos cómo las firmas se adaptan al tipo de diseño que consumen en esos países, con diamantes, oro rosa y mucho brillo, por ponerte un ejemplo».
Se nos plantea la duda sobre la dificultad de conseguir modelos de Rolex para vender, puesto que en Del Páramo Vintage hemos visto varios ejemplares. «Nos nutrimos del mercado europeo. Tenemos muchos que vienen de Bélgica, Holanda y Francia, por ejemplo, que nos permiten surtirnos de ejemplares para exponer. Al año podemos llegar a tener más de 200 Rolex en la tienda y son menos de los que se reclaman. El mercado español es concreto y reclama los de 36 mm de acero o 40 mm». Una cantidad que parece grande, pero el experto nos confirma que el reclamo que tienen es diario.
«Hoy en día hay tres marcas que despuntan: Patek Philippe (rey de reyes), Audemars Piguet y Rolex»
Han tenido modelos exclusivos como el Daytona Paul Newman expuesto en sus vitrinas, es decir, una de las complicaciones más reclamadas por los coleccionistas. Mientras observamos otros ejemplares, Rafa Guerrero del Páramo nos cuenta que nunca tienen suficientes, puesto que hay más demanda que oferta. «A la hora de comprar un Rolex, es mejor apostar por los de los 80 con cristal de zafiro. A diferencia de los actuales, que son de plexi, con los de zafiro tienes un reloj para toda la vida y es un importante detalle en el que fijarse».
Después de la charla con los hermanos, hemos de puntualizar una cosa: la cercanía. Existen estigmas sobre el mundo del lujo, donde la frialdad y la distancia son los reyes, pero en este despacho de Del Páramo Vintage no es así. Viendo los Rolex, los Audemars Piguet y los Patek Philippe, además de sus joyas históricas, a escasos metros de nuestra mirada, en este espacio lo que se practica es el lujo basado en la experiencia personalizada y cercana.