Las pinturas ocultas de Van Gogh, Klimt y Courbet en el Jaeger-LeCoultre Reverso
El reloj Reverso de Jaeger-LeCoultre está de aniversario. Este 2021 ha cumplido 90 años y desde que comenzó el año no dejan de lanzar ediciones limitadas que nos encantan. El reloj estilo art déco, nacido en 1931, es posiblemente el primer reloj deportivo que se puede voltear para proteger su esfera. Esto se hizo porque era un reloj que utilizaban los jugadores de polo. De este modo, cada vez que había partido, podrían darle la vuelta y proteger la esfera de golpes.
Ahora, en una exposición en París, Jaeger-LeCoultre ha lanzado su Reverso Tribute Enamel Hidden Treasures. Tres nuevos relojes, cada uno en una edición limitada, en los que se ha dibujado su parte oculta con tres impresionantes pinturas. ‘Atardecer en Montmajour’, de Vincent Van Gogh (1888), ‘Retrato de una dama’, de Gustav Klimt (1917), y ‘Vista del lago Léman’, de Gustave Courbet (1876). Pero, ¿por qué estas obras? El Reverso tiene la capacidad única de ocultar o revelar un tesoro artístico, por lo que desde la Maison identificaron tres pinturas que permanecieron ocultas durante décadas y se consideraron perdidas hasta su reciente redescubrimiento y autenticación.
Vincent Van Gogh – ‘Atardecer en Montmajour’ (1888)
Después de mudarse al sur de Francia en 1888, Van Gogh experimentó con nuevos estilos de expresión visual. El artista quiso retratar la naturaleza de nuevas maneras, capturando la vegetación distintiva de la Provenza y los ricos colores de la ‘hora dorada’ justo antes del atardecer.
Gustav Klimt – ‘Retrato de una dama’ (1917)
Se trata de un retrato doble ya que Klimt unió dos mujeres. Pintó a una mujer de la que se enamoró profundamente pero que murió joven, con una pintura de otra mujer en el último año de su vida. La imagen fue robada de una galería de Piacenza en 1997 y no se encontró hasta 22 años después en una bolsa de basura negra en los jardines de la misma galería. Pese a haber estado dos décadas en el exterior, se conservaba en muy buenas condiciones.
Gustave Courbet – ‘Vista del lago de Ginebra’ (1876)
La obra de Coubert permaneció sin ser reconocida durante 70 años después de que fuera trasladada a un armario de almacenamiento al final de la Segunda Guerra Mundial.