Las grandes casas relojeras se encuentran en época de innovación y, aunque en sus creaciones sigan abrazando el clasicismo, vemos que se están divirtiendo bastante. Las coronas se visten de diamantes de colores y las esferas juegan con el tourbillon, incluso figuras que nos reproducen escenas de películas como El Padrino. Aunque parezca que esté todo inventado, el mundo del lujo siempre nos sorprende y hay una relojera independiente que nos demuestra lo contrario. Así es la nueva propuesta del vanguardista de la industria Richard Mille.
Los relojes de esta casa que nació en 2001 son rara avis y consiguieron romper la imagen de la industria con su personal figura alargada, además de los diseños que radican en la esfera. No es del gusto de todos y los puristas de este exquisito universo no la igualan a otros clásicos suizos, pero sus complicaciones se han hecho un hueco en el mercado, ganándose a una generación que reclama diseños más actuales. Si hay algo de lo que puede alardear la marca es de las virguerías mecánicas que han supuesto un punto y aparte en la industria.
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Entre sus muchas características positivas, destaca su gramaje y es que los relojes Richard Mille no pesan. Es uno de los motivos por los que varios deportistas lo llevan y si no, miremos el claro caso de Rafa Nadal. El tenista nunca vestía nada en la muñeca en sus juegos, hasta que llegaron a su vida estas creaciones y la imagen cambió. Su calibre es grande y parecen pesados, pero la fibra de carbono, por ejemplo, aligera el resultado.
La firma fue la primera en dar vida a una caja de reloj completamente de cristal de zafiro en 2012, por lo que el material es una especie de especialidad en la casa. Crear cristal de zafiro coloreado es una capa adicional de dificultad en un proceso ya de por sí desafiante y tiene un coste más alto de lo que pensamos. En esta ocasión ha lanzado varios modelos sobre el que destaca uno poco visto en color rosa, que estamos seguros de que sería el favorito de Paris Hilton.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el zafiro coloreado es aún más complicado porque lograr consistencia en el tono es muy difícil y aumenta el tiempo de producción. Una caja puede llevar más de 1000 horas solo para el mecanizado.
Los diamantes y los zafiros azules se combinan entre sí en la esfera, aportando un toque de brillo sutil. Bajo la llamativa superficie se encuentra el movimiento automático CRMA5, esqueletizado, con rotor de geometría variable, lo que significa que el reloj se da cuerda según la actividad del usuario mediante el ajuste de dos pequeñas pesas. Cuenta con 50 horas de reserva de marcha y presenta platinas y puentes en oro rojo o blanco de 18 quilates pulidos a mano y biselados. Incluso la masa oscilante está ornamentada con diamantes.
Este se termina con una correa en negro, la cual aporta elegancia y ese toque sobrio que muchos buscan. Es verdad que el modelo puede ser ostentoso, pero al igual que pasa con los libros, para conocerlo mejor hay que ir más allá de la portada y ver el contenido de su interior. El precio de los diseños de la marca oscila bastante y el de este estamos seguros de que supera los 200.000 euros.
