Son muchas las marcas y proyectos que surgieron durante la pandemia. Son la luz en esos días de oscuridad. Mientras todos estábamos en nuestras casas, hubo quien fue capaz de sacar algo bueno emprendiendo, buscando sus sueños, dándole forma a eso que llevaba mucho tiempo dando vueltas. Es lo que ocurrió con MA, una firma de alta joyería que nació esos días, de la mano de Marta Aristondo, directora de arte y joyera artesana. Unos meses antes de la pandemia, después de muchos años en agencias de publicidad es a principios del año 2020 cuando decide dar un giro a su vida. Y es en la pandemia cuándo cambia todo. Así es MA, una firma de joyería artesana nacida en Asturias.
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MA, significado japonés: lugar de calma para crear belleza
«En medio de un turbulento 2020, MA nace con el objetivo de hacer una pausa, un lugar de calma desde el que poder crear belleza. De origen japonés, la palabra ‘MA’ en sí misma significa eso: la búsqueda de un espacio consciente, no vacío, que aporte valor y equilibrio a las partes que lo conforman», explican desde la marca.
No hay mejor nombre para una firma que apuesta por la joyería artesanal… Y además, son las siglas de su fundadora. «En MA, construimos ese espacio con nuestras manos: creamos joyas y pañuelos hechos a mano, con diseños pensados al milímetro y apostando por una producción sostenible y de cercanía. En un mundo en el que cada vez se valora menos el trabajo cuidado, el tiempo y lo hecho a mano, nosotros vamos con orgullo contra la corriente».
Las joyas están realizadas en Asturias, en un taller en la ciudad de Gijón, al que Marta se traslada a finales del año 2020. Es aquí cuando surge el proyecto como lo conocemos hoy en día.
¿Y por qué es alta joyería? Porque utilizan materiales reciclados, naturales, de gran calidad, y las colecciones están formadas por joyas limitadas. Todo se realiza bajo reserva y el packaging, además, está libre de plástico. Se trabaja sin stock, de manera lenta, en función de lo que demanda el mercado. Si alguien se enamora de unos pendientes, los encarga y Marta en el taller los hace. Así de simple. Defienden que no han inventado nuevo, pero es su forma de defender este punto de encuentro entre lujo y sostenibilidad.
Como Marta trabajaba de creativa en las agencias de publicidad, y siempre ha querido hacer cosas con las manos, no solo hace alta joyería: también fabrica pañuelos de seda y joyería. Pero es lo primero lo que le aporta un aire diferente, es lo que la diferencia, valga la redundancia, de otras marcas. Aquí encontramos joyas más especiales realizadas con diamantes, esmeraldas… Y por supuesto, oro de 18 quilates. Anillos, alianzas, pendientes o colgantes son las joyas que realiza. Todas con un aire vintage, todas parecen reliquias del joyero.
«Artesanía en oro, plata y seda», así se definen desde MA. Ahora acaban de lanzar una colaboración junto a Teresa Patiño, inspirada en nueve mitos griegos y realizada con piedras preciosas y semipreciosas. «Un viaje a la Grecia Clásica a través de diez joyas únicas personalizables, inspiradas y representadas cada una de ellas por un mito griego. Una a una, han sido creadas para trasladarnos hasta la base de nuestra cultura y así recorrer, en su compañía, un camino de sabiduría y emoción. Cada joya y cada mito, son un relato memorable que viaja de generación en generación», me explican. La creatividad de MA no para.