Es bien sabido que Gabrielle Chanel, alma máter de la maison francesa, era una «dama de las camelias». Y sí, la novela de Vicente Alexaindre tiene mucho que ver por su fascinación por la flor, ya que se enamoró de ella al ver a Sarah Berharndt en la adaptación al teatro de la novela. Adaptación cuyo cartel realizó el icónico Alphonse Mucha. Grandes iconos intelectuales de la época llevaban una camelia en la solapa, como Marcel Proust -qué icónico es su cuestionario-… Y posteriormente fue ella que empezó a usarla a modo decorativo en sus estilismos, así nació la camelia de Chanel. Fue en este momento cuando la camelia era un símbolo de la ambigüedad y el refinamiento. Unos valores intrínsecos en la casa Chanel en aquella época, cuando Gabrielle cambió la forma de vestir de las mujeres y les relajó el look. Eso sí, siempre sofisticado.
La camelia de Chanel es la favorita de la diseñadora: «en color blanco, iluminando cualquier entorno como un ramillete de luz», como explican en el documental Inside Chanel. Y la primera que colocó sobre uno de sus diseños fue en 1923, sobre un vestido de gasa. Desde entonces la hemos visto en numerosos tejidos y diseños, convirtiéndose en una floral atemporal y en parte de la esencia de la casa Chanel. Y no solo en tejidos, también en materiales como en cerámica, ónice, coral, ópalo, rubí, zafiro, nácar. Y por supuesto, también en diamantes. Precisamente hay una joya icónica en la maison que tiene a la camelia como protagonista: el anillo Bouton.
La historia del anillo
Existen muchas opciones dentro del anillo Bouton, en el que la camelia de Chanel es protagonista. Todas son en oro blanco y diamantes, pero en cada modelo encontramos diferentes peculiaridades. Porque no todas las camelias son iguales. Podemos encontrar el anillo doble, con dos pequeñas camelias, en una versión más contemporánea de otras joyas más clásicas de la maison. También encontramos el modelo clásico, más grande, dándole protagonismo a una camelia sola, perfecto para tenerlo en el joyero como algo único. Y por otro, una camelia más pequeña, más sutil para las que no se atreven con joyas tan llamativas. Y todas realizadas las camelias en oro blanco de 18 quilates y diamantes.
Todos los modelos, y no solo el anillo Bouton-encontramos camelias en los anillos Fil de Camélia o Camélia Préciux-, son un claro homenaje a esa camelia blanca que tanto le gustaba a Gabrielle Chanel. La camelia de Chanel ha estado presente en la alta costura de la casa durante mucho tiempo -inolvidable el vestido de novia de camelias que diseñó Karl Lagerfeld-, en las joyas se convierte en una exaltación atemporal. Podríamos decir que este anillo era la joya favorita de Gabrielle Chanel.
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