El exclusivo reloj de Bon Jovi: cuesta 300.000 euros y sólo él puede llevarlo
Hay quienes coleccionan coches, bolsos y hay quienes se hacen con grandes colecciones de relojes. Cuando llevas una gran carrera artística, pero todavía necesitas hacer más cosas, es el momento de poder hacer una colaboración y crear algo único que todo el mundo desee pero que no pueda tenerlo porque está personalizado, o que sea tan exclusivo que sólo exista una pieza en el mundo. Esto es lo que ha hecho el cantante Bon Jovi que, después de 20 años de carrera, ha creado un reloj que sólo él puede usar.
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Sus seguidores se cuentan por cientos de millones, pero ninguno podrá tener su reloj. El Skelet Red Gold Bon Jovi es fiel a la filosofía de la exclusividad de la marca Jaquet Droz, es decir, un reloj hecho por, para y con el cantante, del que él será el único propietario en el mundo, aunque es verdad que los fans podrán crearse uno inspirándose en este pero no llegará a ser el mismo.
La creación no se parece a ninguna otra. Resulta etérea y carece por completo de esfera. El movimiento se fija a la caja mediante una compleja geometría de puentes lineales con tratamiento PVD negro y se enmarca dentro de una arquitectura inquieta, con tensión y muy moderna.
A las 12 h, el tourbillon parece quedar suspendido en el vacío. Se sitúa en vertical a un gran aplique en oro blanco realizado a mano: dos alas que se extienden a ambos lados de una daga y terminan en un corazón grabado con el número 40, que es en homenaje al 40.º aniversario del grupo. Es en este punto, literalmente en el corazón del reloj, donde se engastan las dos agujas de las horas y los minutos, una simbología viva que representa la unión entre el alma y el tiempo, el corazón y la mente, algo que resultaba especialmente importante para el artista. Este logotipo, que está totalmente grabado y pulido a mano, es una creación original que lo acompañará durante toda la gira del aniversario del grupo.
La reserva de marcha asciende a ocho días, lo cual es mucho para un solo barrilete. Y el ejemplar, cuya ejecución estuvo supervisada por el mismo Bon Jovi, se sujeta a la muñeca con una correa de caucho que lo baja al mundo real, si bien la hebilla desplegable es también de oro rojo, y brilla tanto como lo hace la estrella del rock sobre los escenarios.
En el centro de esta composición, lo que parece una sola unidad no lo es tanto. Por un lado, están las alas y la daga, luego el corazón y, por último, el número 4 y el número 0. Al separar los componentes, Jaquet Droz ha podido ofrecerles un acabado específico. Superficies satinadas, pulidas y granuladas se entrelazan de forma fluida y natural, bajo unas alas desplegadas grabadas a mano dentro de un bloque de oro macizo. El aplique que corona el conjunto lleva el apellido del artista. Se trata de un sencillo distintivo, Bon Jovi, que en realidad fue especialmente difícil de ejecutar: la tipografía de las palabras es exclusiva de la banda, y hubo que crearla también a mano para reproducir la altura, la profundidad, el espaciado y los ángulos.
Este ejemplar tiene un precio aproximado de 300.000 euros, un precio más que asumible para una de las mayores estrellas del rock del mundo y uno de los pocos que ha vendido más de 130 discos en toda su carrera.