Eve Goldberg: «La talla ‘Ashoka’ parece un 30% más grande que un diamante esmeralda del mismo peso»
Para entender la belleza de un diamante Ashoka hay que ir más allá de su talla, de sus quilates o de su claridad. Hay que dejarse llevar por la emoción. Así lo cree Eve Goldberg, hija del legendario William Goldberg, fundador de la mítica casa joyera neoyorquina que lleva su nombre y propietaria de los derechos exclusivos para cortar y distribuir los diamantes Ashoka, considerados como «los diamantes de leyenda». Hoy, Eve continúa el legado de su padre junto a su hermano Saul, y lo hace con una premisa muy clara: los diamantes no sólo deben brillar, deben hablar.
- Una experta nos da las claves para elegir la joya perfecta para regalar y acertar
- Ángel Mouton, Wempe, nos da las claves para regalar un reloj y acertar: «Este año destaca Cartier»
El diamante Ashoka está disponible en España sólo en Wempe. La colaboración entre William Goldberg y Wempe Nueva York dio origen a la exclusiva colección Wempe x Ashoka. Desde su creación en 1999 y registro en 2019, esta talla ha fascinado durante 25 años por su capacidad de transmitir felicidad.
Para celebrar este aniversario, se presenta un anillo único en oro rosado con un diamante Ashoka de 2,50 quilates. El diamante Ashoka está disponible en España sólo en Wempe.
«Mi padre, William Goldberg, pensaba que un diamante bello es mucho más que quilates o claridad»
«El legado de nuestro padre nos inspira e influye de muchas maneras», comienza Eve con admiración. «Nos enseñó cosas que no se aprenden en la escuela. Creía en la formación y en la experiencia, sí, pero también pensaba que un diamante bello es mucho más que quilates o claridad. Para él, tallar diamantes era un arte, y por eso incorporó a los mejores maestros cortadores a su taller».
Ese enfoque emocional hacia la gema se refleja incluso en cómo trataba con sus clientes. «Siempre les pedía que miraran la piedra antes de leer el certificado. Les preguntaba: ¿Te habla?«, recuerda Eve. Para William Goldberg, un diamante tenía que tener alma.
«La talla Ashoka da la ilusión óptica de ser un 30% más grande que un diamante talla esmeralda del mismo peso»
Una de las contribuciones más emblemáticas de la firma ha sido la recuperación de una talla histórica: el Ashoka. Esta piedra toma su nombre del emperador budista indio del siglo III, Ashoka, y significa «el que elimina la pena» en sánscrito.
¿Qué hace que esta talla sea tan especial? «Tiene 62 facetas que capturan y dispersan la luz con una brillantez extraordinaria», explica Eve. Su forma alargada respeta las proporciones de la sección áurea, lo que da la ilusión de ser un 30% más grande que un diamante talla esmeralda del mismo peso. Sin embargo, su rareza es tal que menos del 1% de los diamantes en bruto del mundo cumplen con las exigentes condiciones para poder convertirse en un Ashoka.
«El nombre de Ashoka, que significa eliminar el sufrimiento en sánscrito, fue algo muy significativo para mi padre… y lo sigue siendo para nuestra familia hoy», confiesa Eve y añade: «Siempre creyó que un diamante bello tiene la capacidad de traer una enorme alegría», cuenta Eve con emoción. Y aunque fue su hermano Saul quien lideró el complejo proceso de reinterpretar este diamante legendario, ella reconoce que «fue un trabajo de amor que les llevó diez años de perfección técnica y sensibilidad artística».
«La mayor dificultad es encontrar piedras en bruto que cumplan los parámetros exactos de esta talla, sólo el 1% de los diamantes en bruto del mundo pueden convertirse en un Ashoka«
A diferencia de otras tallas rectangulares, como la esmeralda o la radiante, el Ashoka destaca por su elongación, que no sólo estiliza la mano, sino que, según Eve, «convierte al diamante y al dedo en uno solo, es muy sensual”.
Pero esa perfección tiene un precio: «La mayor dificultad es encontrar piedras en bruto que cumplan los parámetros exactos de esta talla. Suministrarlas es el mayor desafío». Por eso, el valor final del Ashoka está influido no sólo por la escasez de la materia prima, sino también por su exclusividad: sólo William Goldberg puede cortar y distribuir esta talla en el mundo, un control férreo que garantiza belleza y calidad sin concesiones.
Respecto al precio de estas joyas excepcionales, Eve prefiere no dar cifras: «No hay un rango típico. Cada pieza es única».
«Hoy se habla mucho de la energía de las piedras o de su poder sanador. Para mí, primero está quitar el dolor»
Cuando se le pregunta qué simboliza para ella un diamante que supuestamente tiene el poder de eliminar el dolor y traer alegría, Eve responde con profundidad: «La eliminación del sufrimiento es un concepto muy poderoso para mí. Hoy se habla mucho de la energía de las piedras o de su poder sanador. Para mí, primero está quitar el dolor. Todos hemos pasado por momentos difíciles, y sin antes liberar ese sufrimiento, no hay sanación posible”.
Ese sentido casi espiritual del diamante lo convierte en algo más que una joya: en un símbolo de transformación.