Hay formas y formas de celebrar un aniversario. Pero claro, en el caso de Vacheron Constantin, hablamos de que 270 años dentro del mundo de la alta relojería no es una cifra cualquiera. Ni la forma en la que lo han celebrado: lanzando al mercado el reloj de pulsera más complicado jamás elaborado. Su nombre es Les Cabinotiers Solaria, un único modelo que representa una auténtica proeza de la relojería. Conoce los detalles:
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Fue durante la cita anual de la relojería suiza, Watches & Wonders 2025, cuando el mundo pudo ser testigo de cómo el futuro de la relojería se escribía sobre las páginas de Vacheron Constantin. Les Cabinotiers Solaria no es un reloj cualquiera. A grandes rasgos, es capaz de albergar tres sistemas de medición temporal – civil, solar y sideral -, así como 1521 componentes, 13 patentes y muchas más sorpresas. Claro que no ha sido un movimiento aleatorio en el tiempo.
Superando con creces a su predecesor Tour de l’Île, fruto de la celebración del 250 aniversario de la marca. A quien releva la condición como uno de los relojes más complicados hechos hasta el momento, y eso que las 16 complicaciones y 834 piezas que lleva este modelo se quedan en “nada” frente a los detalles técnicos del Les Cabinotiers Solaria. También destacar que de este no fue una, sino siete, las unidades que se crearon.

Lo que sí que hay en torno a este reloj es un misterio respecto al precio. Comparado con otros grandes calibres diseñados por la casa, se estima el precio base en los 2 millones de euros. Aunque todas las cifras publicadas hasta ahora no son más que mitos y especulaciones, sí que se estima que su valor alcance las siete cifras. Eso sí, nos queda esperar un poco más hasta tener más detalles.
8 años de investigación
Todo gran movimiento mecánico requiere de investigación, desarrollo y preparación. Por eso, empecemos hablando de tiempos. Hicieron falta ni más ni menos que ocho años de desarrollo para articular el entramado de 41 complicaciones que incorpora Les Cabinotiers Solaria. Destacar que las complicaciones en relojería denomina a todas las funciones, más allá de la función básica de marcar las horas, los minutos y los segundos, que tiene un reloj.

No en vano, podríamos empezar señalando dos grandes retos en la base de este reloj. Por un lado, la superposición de piezas y elementos en una pieza de muñeca, para hacer que todas y cada una de sus funciones se ejecuten de forma óptima. Y a ello se le añade la necesidad de compactar todo ello en un diseño ligero, funcional y, lo más importante, legible.
Refinamiento en un vistazo
Empezamos con lo que atañe a simple vista. La gran esfera negra que actúa como carta de presentación de esta oda a la mecánica relojera. La legibilidad parte de un juego de escala de grises que permiten diferenciar de forma clara los cuatro contadores de la fecha principal.

Igual ocurre en el movimiento. Las piezas se encuentran en nueve tonalidades diferentes, seleccionadas de forma que puede apreciarse el contraste y la superposición entre las mismas. No frente a cualquier ojo, claro.

Complejidad técnica y mecánica
El corazón del modelo Les Cabinotiers Solaria encierra el calibre 3655. Y este no es un calibre cualquiera. Partiendo con que la premisa más básica la situamos en la complejidad de compactar los 1521 componentes de este movimiento en una superficie de 45 mm de diámetro con una altura de solo 14,99 mm.
Porque, sí, este gran movimiento está encapsulado en un reloj de muñeca de solo 45 mm. Una pieza grande si se compara con el tamaño estándar en relojería, calimetrado en unos 38mm, pero nada sencillo si tenemos en cuenta precisamente las cifras anteriores.

Tal portento mecánico ha supuesto para la casa todo un reto de autoproducción mecánica, que ha dado como resultado el registro de 13 nuevas patentes. Todas ellas incorporadas en el interior de esta pieza, aunque cabe destacar que 7 se encuentran únicamente en la innovadora repetición de minutos Westminster, desarrollada para el modelo.

Haciendo referencia a su nombre, las complicaciones astronómicas también son un punto a destacar de este reloj. Cuatro de ellas calculan baremos basados en la medición del Sol, de modo que indica su posición en tiempo real, su altura, el tiempo de culminación y el ángulo de ejecución. La sorpresa llega en el quinto elemento astronómico. Un aliado para los amantes del cielo estrellado en el reverso del modelo.

Una primicia mundial que combina un cronógrafo con ratrapante – un mecanismo con dos agujas que permite medir tiempos intermedios entre dos fenómenos simultáneos – con una bóveda celeste. De modo que cualquiera que posea este modelo podrá saber, gracias a la posición de las agujas, qué estrella está mirando.