No todos los días un coloso del lujo náutico queda atrapado en el paraíso. Este martes, el yate Attila, de 64 metros de eslora y valorado en 130 millones de euros, quedó encallado en la zona de es Pujols, en Formentera. La imagen del gigante atrapado en el azul turquesa corrió como la pólvora en redes sociales. Te contamos a qué magnate perteneció.
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Mauricio Filiberti, el propietario original
Construido en 2019 por el prestigioso astillero italiano Sanlorenzo, el Attila es un símbolo flotante del exceso y la sofisticación. Aunque hoy su figura impone desde la orilla por motivos accidentales, su historia es tan opulenta como sus acabados interiores. Hasta hace poco, pertenecía al empresario argentino Mauricio Filiberti, magnate del sector electroquímico con la firma Transclor y accionista de la energética Edenor. Según fuentes del sector náutico, Filiberti lo habría vendido hace menos de un año por una cifra cercana a los 130 millones de euros.
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Mauricio Filiberti, conocido como el rey del cloro, cuenta con un patrimonio estimado en 300 millones de dólares. Su fortuna se basa en su empresa Transclor, proveedor dominante de productos químicos para el tratamiento de agua en Argentina por más de 40 años, y su participación accionaria en Edenor, junto a José Luis Manzano y Daniel Vila.
Tiene un jet privado, un Dassault Falcon 900 y un Learjet; también participa en Patagonia Jet con socios como Alejandro Macfarlane. En su garaje se encuentra un Porsche 911 Carrera 4S y, anteriormente y Ferrari California.
¿Quién es el nuevo propietario del yate?
Oficialmente, se desconoce. Sin embargo, las especulaciones no han tardado en aparecer: algunos apuntan a un jeque árabe, posiblemente emparentado con la realeza de Emiratos Árabes o Catar. No sería raro, considerando que en sus cubiertas de teca se sirven cenas firmadas por chefs con estrella Michelin y que cuenta con helipuerto, spa, gimnasio, jacuzzi y una bodega climatizada para vinos de coleccionista.

El yate, diseñado por Officina Italiana Design y con interiores de Francesco Paszkowski y Margherita Casprini, el Attila está pensado para el disfrute de hasta doce invitados repartidos en seis camarotes. La suite principal es un apartamento flotante con terraza privada, chimenea y un baño con mármol blanco de Carrara. Los detalles no se improvisan: maderas nobles, iluminación inteligente, muebles de diseño italiano y obras de arte contemporáneo componen una atmósfera digna de un palacio.
El incidente del yate en Formentera ha reavivado el debate sobre la saturación de embarcaciones de gran tamaño en las aguas más paradisiacas del Mediterráneo.