Rolls-Royce Ghost, el brutal diseño para los más elitistas
¿Qué es lo que define la elección de un vehículo? Su motor y su estética. Líneas suaves, curvas y sofisticación, son tres mantras que deben tener los coches. La composición exterior debe ser placentera para la vista y tiene que aportar serenidad, belleza y seguridad. Rolls-Royce, la marca británica de 1904, sabe cómo crear obras de arte sobre cuatro ruedas que roben las miradas allá por donde pasan. Por ello, han creado su último gran hito, el Rolls-Royce Ghost Amber Roads que, con una estética definida, es perfecto para los amantes de lo muy exclusivo.
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La marca británica, propiedad de BMW, terminó el pasado año con colores inéditos y que nunca pensamos que llegarían a vestir la carrocería de uno de sus modelos, la firma sigue ampliando su gama de creaciones únicas de Bespoke Collective. Una oferta destinada a los clientes más exquisitos, exigentes y con fortunas que se pueden permitir las creaciones más exclusivas.
El Rolls-Royce Ghost Amber Roads es la primera gran novedad del año que, con sólo una docena de unidades disponibles, se forma con una configuración interior y exterior única que, como ha confirmado la marca, ya están todas vendidas a clientes europeos. El exclusivo Ghost se presenta con el cuerpo de la carrocería pintado en dos colores completamente nuevos desarrollados especialmente. El frontal y los laterales están pintados en el luminoso Blanco Cornish, mientras que la parrilla, los montantes del parabrisas, pilares, techo, capó del motor y la tapa del maletero están vestidos de un tono especial de marrón brillante, denominado Cobre Lyrical.
La característica línea pintada a mano que se extiende a todo lo largo de la cintura está pintada en ámbar, el mismo acabado que también presenta un motivo decorativo en la aleta delantera y en las tapas centrales de las llantas de aleación elegantes y, al mismo tiempo, con un diseño muy deportivo. Hasta la estatuilla del Espíritu del Éxtasis ofrece reflejos de este color.
El Ghost Amber Roads destaca mucho más el interior. Los umbrales de las puertas dan la bienvenida con unos listones decorativos especiales, aunando hacia el paso de un habitáculo que casi reproduce los colores del exterior. El salpicadero se visualiza revestido en cuero blanco en la parte inferior, como los asientos, mientras que los reposabrazos, volante y paneles de las puertas se presentan en un presumido marrón y, todo ello, intensificado con costuras en naranja mandarina. Además, la placa de negro piano en el lado del pasajero presenta un motivo decorativo especial en la misma tonalidad, a la vez que entre los aireadores cuenta con una esfera de ámbar pulido.
Rolls-Royce también ha impregnado el techo con uno de sus grandes hitos, que ningún otro sabe replicar a la perfección y es el Starlight Headliner, una aplicación en el techo de múltiples LED, que esta vez no representan un cielo estrellado ni tampoco ofrecen una luz completamente blanca, sino que combina este color con diodos de color ámbar, representando las rutas comerciales históricas que conectaban el norte y el sur de Europa. No se puede definir de otra forma, es una verdadera obra de arte rodante que se ofrece con el potente motor V12 de 6.6 litros que desarrolla una potencia máxima de 563 CV.
Se ha especulado mucho con el precio, pero la marca no lo ha querido desvelar y eso será un secreto que quedará entre los selectivos clientes y la casa.