Porsche se pone los ‘esquíes’ y se dirige rumbo a la Antártida
Llega con 2 años de retraso, pero Renée Brinkerhoff ya está en la Antártida para cumplir así la última etapa de su Proyect 356 World Rally Tour al volante de su siempre Porsche 356 A de 1956. Se trata de una expedición filantrópica. Brinkerhoff ya ha pasado por seis continentes y sólo le queda la última frontera, la Antártida.
Esta conocida piloto de rallies ya ha competido con su Porsche en seis continentes y en todo tipo de terrenos diferentes. Ahora, ha llevado a su clásico deportivo de 65 años al continente más frío. Su objetivo es recorrer 587 kilómetros. Durante todo ese trayecto, Brinkerhoff está acompañada de Jason De Carteret, un guía polar experimentado que ya estuvo con ella en su carrera récord en el Polo Sur. Ahora, sin embargo, no buscan ningún récord. Llevarán un ritmo lento y constante para que no haya contratiempos.
Estos 2 años de retraso han permitido que el Porsche Project 356 se someta a una reingeniería completa para adaptarse al terreno de la Antártida. Los neumáticos traseros se han sustituido por orugas para la nieve y en la parte delante se han colocado unos esquís. «El esquí que hemos creado debe realizar entre el 40 y el 50% del trabajo, de modo que compacte y prepare la nieve para que la unidad de oruga la siga, con la hoja inferior guiando la dirección. Esto garantiza que las orugas no se sumerjan bajo la nieve ligera», explica Kieron Bradley, ingeniero jefe del diseño de chasis del proyecto.
Cuando Brinkerhoff llegó a la tienda de Bradley para explicarle lo que quería hacer, a él no le pareció una buena idea. «Plantea muchos problemas. En primer lugar, la antigüedad del vehículo y, en segundo, la cantidad de incidentes que ha sufrido. Además de eso, solo tiene tracción en dos ruedas». Bradley explicó a Robb Report que consideraron una gran variedad de opciones para que el Porsche hiciera el viaje, incluidos neumáticos gigantescos que a menudo usan otros automóviles que conquistan terrenos helados. Pero considerando la geometría del automóvil y el objetivo de mantener la identidad visual del 356, no fue práctico».
Así que, manos a la obra. Bradley empezó a hacer mejoras en el coche para que pudiera enfrentarse al reto de competir en los siete continentes.