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La nueva Clase S de Mercedes, por Rafael Chelala

El nuevo Merecedes Clase S/Foto: Mercedes Daimler
El nuevo Merecedes Clase S/Foto: Mercedes Daimler
  • Rafael Chelala
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Si tuviese que elegir un coche, contando con un presupuesto importante para poder mantenerlo al menos para los próximos quince años, sin duda elegiría un Mercedes Clase S, automóvil del que voy a hablar a continuación. Es posiblemente la mejor berlina de la serie, el escaparate de la innovación tecnológica de lo último en automoción. En esta ocasión, aunque también hablaré de la evolución de la Sonderklasse del fabricante alemán, me gustaría compartir las primeras impresiones de la nueva generación denominada W223. Siguiendo el código de denominaciones técnicas de la marca germana.

El Mercedes Clase S

Cada vez que Mercedes lanza una nueva Clase S, y van siete de las series así denominadas, el fabricante pone toda su tecnología y acervo en el nuevo modelo. Con desarrollos de millones de euros de inversión previos al lanzamiento. El precio del coche no baja de 110.000 euros y puede llegar a más de 300.000 euros en sus versiones Maybach. Pero es que, como he dicho, se trata de probablemente el mejor coche de serie del mundo. De hecho, es muy difícil conseguir coches actuales con niveles de acabado, confort, seguridad y prestaciones que igualen a la clase S. Aunque sea de un par de generaciones atrás compitiendo con vehículos actuales. Casi todo lo que se puede pedir de un coche suele estar en la berlina S, cuando está bien equipada, claro está.

Mercedes Benz S-Klasse/Foto: Mercedes Benz
Mercedes Benz S-Klasse/Foto: Mercedes Benz

La nueva versión es un coche con línea continuista sobre la anterior, pero con diseño exterior más robusto. El coche parece indestructible, muy macizo, aunque con rasgos deportivos. A mí, su línea exterior me gusta mucho sin suponer ningún cambio radical como lo fue el W140 en 1991. De hecho, sigue las tendencias de modelos más pequeños y parece simplemente ser más grande que los otros. Eso sí, desde ahora será el único modelo del fabricante digno de mantener la emblemática estrella erguida sobre su capó. Desde luego, es un coche tan bonito como las primeras generaciones, y en especial la primera de ellas que surge en 1972, la W116 de una estética inconfundible y atemporal. Pero se ve a la legua que es un cochazo y que el listón se lo ha puesto muy alto al A8 y al Serie 7, sus competidores alemanes.

Su interior

Interior de la nueva Clase S de Mercedes/Foto: Rafael Chelala
Interior de la nueva Clase S de Mercedes/Foto: Rafael Chelala

El interior del coche es sobretodo última tecnología, con un sistema de
inteligencia artificial al que no sólo le podemos dar órdenes, sino que también pedir soluciones a necesidades concretas. Si le decimos que tenemos frío, seguramente nos proponga poner la calefacción y si le decimos que nos queda poca gasolina, nos dirija a la estación de servicio más cercana. Cuando responde el coche, la iluminación interior vibra, muy al estilo “KITT”. De la serie anterior adopta soluciones mejoradas como los asientos con varios programas de masaje o el ambientador en la guantera con distintas fragancias. Y por supuesto, los sistemas de conducción autónoma y de control de velocidad cada día más sofisticados y que permiten que el vehículo conduzca autónomamente. Sólo a cambio de tocar, aunque sea ligeramente el volante, para cumplir con la legalidad.

Puedo decir que me ha sorprendido y decepcionado la estética interior en dos aspectos. Primero, porque no se distingue excesivamente del resto de la gama, le falta calidad en sus acabados, no es comparable al acabado interior de un Bentley o de un Rolls Royce, se queda por debajo. Es más tecnológico que lujoso. Y, en segundo lugar, las pantallas que puede ser de cualquier coche además de las de un Mercedes Clase S. De hecho, parece una copia de Tesla, si no fuese por la estrella del volante, no sabríamos ante lo que estamos. Una pena no haberlas integrado mejor en el salpicadero y haber mantenido una estética Mercedes que durante tanto tiempo ha sido inconfundible. Que no se me entienda mal, el coche tiene de todo y es comodísimo, pero ¿por qué esta perdida de personalidad? Me parece hasta un poco frío. Eso sí, las nuevas pantallas tienen de todo hasta efecto tridimensional, y muchas configuraciones. Yo sin duda hubiese incluido al menos algún elemento analógico o distintivo de lo más alto de la gama, no todo debe de ser tan digital a estos niveles. Los motores por ahora son de seis cilindros, gasolina y diésel, pero vendrán todos e incluso nuevas versiones híbrido enchufables de gran autonomía.

Interior del Mercedes S W140/Foto: Sergio Fernández Mate
Interior del Mercedes S W140/Foto: Sergio Fernández Mate

Los detalles del coche

Me pregunto si también una deseable versión 100% eléctrica, aunque no muy práctica para viajar, pero para que la clase S también pueda presumir de ser cero emisiones. Por poner un pero, me parece un desacierto en las versiones que he visto del nuevo Mercedes las tapas de plástico que cubren el motor. Se oculta todo el corazón, no se ve nada, sólo plástico. En su día, a Mercedes sus competidores en el segmento de lujo F le hicieron un feo: introducir motores de 12 cilindros sin avisar. Cuando la clase S no los tenía, pero resolvió con uno de los mejores V12 del mundo, con el motor M120, y problema resuelto. El imponente motor se exhibía bajo el capó desnudo, presumiendo del logro, y no había un motor estéticamente tan bonito en su categoría, tan alemán. Las tapas de plástico en cambio no dicen nada, debajo puede haber cualquier cosa. Es como ocultar una bonita complejidad de un reloj: no tiene sentido cuándo se puede presumir.

Motor 6 cilindros W223
Motor 6 cilindros W223/Foto: Rafael Chelala

Sí me han gustado mucho los tiradores de las puertas que se integran en la carrocería, como ya han hecho otras marcas. Y por supuesto las puertas con el mecanismo de absorción de Mercedes que desde los años 90 sella suavemente el habitáculo, lo blinda del exterior, y se viaje en el asiento que sea del coche se disfruta y mucho. Las luces también son nuevas, delanteras y traseras, de una sofisticación tecnológica sin igual. Las delanteras se integran en un sofisticado sistema de navegación con realidad aumentada, son más que luces proyectores.

Apertura de puertas/Foto: Rafael Chelala
Apertura de puertas/Foto: Rafael Chelala

Confianza en la carretera

En el apartado seguridad también es el coche más avanzado, por ejemplo con unas cámaras que literalmente escanea la carretera y adapta a ésta la suspensión y la mecánica . Dispositivos que siguen la mirada del conductor para saber qué hacer e incluso un sistema de previsión de impactos. Éste prepara el habitáculo antes de que se produzca para así preservar la vida de los ocupantes. No hay solución técnica en el mercado relativa a la seguridad que este coche no tenga. Por ejemplo, se eleva la carrocería en caso de un golpe lateral y antes de que este se produzca evitando así lesiones de los ocupantes. Y su conducción, sí se asemeja a la de su antecesor, será la de un coche enorme, pero con mucho juego en sus modos de conducción sport, disfrutable en todo tipo de carreteras con unas suspensiones que hacen imposibles. No sé si las llevarán todas las versiones, pero un consejo imprescindible si somos los conductores es que, las levas al volante, son otra historia.

En definitiva, la berlina es fantástica, como digo con algunos aspectos que no me convencen seguramente porque se ha primado la tecnología sobre la personalidad del fabricante, error en el caso de Mercedes. Tengamos en cuenta también que el que escribe es muy purista en cuanto a lo que se espera de marcas y modelos tan emblemáticos. Por lo demás, un avión sobre ruedas y, si queremos las seis estrellas siempre nos quedará la versión Maybach por encima, para competir con el Rolls Royce del grupo BMW.