Motor

‘God bless America’, por Rafael Chelala

  • Rafael Chelala
La mítica Harley Davidson del 90/Foto: Harley Davidson

La primera vez que la conduje, también fue la primera vez que había llevado una Harley en mi vida. Siendo todo lo anterior motos japonesas o europeas, me parecía algo completamente distinto. El aplomo era espectacular, se sentía el peso y parecía que iba a sostenerse en parado sobre las dos ruedas.El depósito de combustible me pareció enorme, las piernas van muy abiertas al conducirla, y sobre todo un tacto de acelerador muy distinto. La reacción del motor lenta pero el sonido y las vibraciones espectaculares. Montado en ella, se siente todo lo que pasa en el motor. Me enamoré de la sensación que daba conducir esta moto, era la primera serie de la Fat Boy.

La historia de Harley Davidson con motos custom es más tardía de lo que podemos pensar. La marca de Wisconsin, que fue fundada en 1903, no produjo su primera moto de este tipo hasta el año 1971. El término ‘custom’ proviene del ingles ‘to customize’ que significa, personalizar. En 1971 el jefe del departamento de diseño Willie G. Davidson, nieto del fundador cedió por primera vez al deseo de sus díscolos clientes ante unas tendencias que éstos consideraban anticuadas del fabricante. Porque Harley Davidson hasta entonces se empeñaba en hacer motos conforme a su filosofía, y no a del público, tan condicionado por las modas pasajeras que nada encajaban con la doctrina marca. Surgió así la sugestiva Super Glide, la ‘super planeadora’, nueva Harley y punto de inflexión.

Foto: Rafael Chelala

La Harley rebosaba de símbolos patrióticos y que cambiaría para siempre las tendencias de la marca norteamericana por excelencia, hasta liderar lo más alto de este segmento de motocicletas. Diría que con la excepción de Indian todas las demás motos estilo customs parecen ser copias de la norteamericana. Harley se transformó en el referente. Con más de sesenta años de historia anterior, comenzaba así una nueva y rentable etapa para el fabricante de estas motos tan distintas a las demás. Motocicletas que son, únicas.

La moto de ‘Terminator 2’

Comenzando la década de los 90 surge un modelo especial, la Softail Fat Boy. La moto más patriótica de todas defendiendo la tradición americana, entiendo que ante la potente ofensiva de motocicletas japonesas de la época. Una moto absolutamente nueva y fascinante, también diseñada por el nieto del fundador. La moto que pronto conduciría el T800 encarnado por Arnold Schwarzenegger en ‘Terminator 2′.

‘Fat Man’y su rasgos bélicos

Debe su nombre softail (cola suave) a un basculante patentado por la marca que oculta sus amortiguadores de gas traseros en los bajos, pareciendo así que la rueda trasera fuese montada sobre una estructura rígida al resto del chasis. Su nombre es controvertido ya que proviene de las bombas atómicas que fueron lanzadas sobre Japón, que si bien pusieron final a una guerra mundial, también es cierto que causaron miles de muertos civiles borrando del mapa a dos ciudades. Fat Man fue la bomba lanzada el 9 de agosto de 1945 sobre Nagasaki y Little Boy cuatro días antes sobre Hiroshima, de aquí viene el nombre, ‘Fat Boy’. De hecho la primera serie de la Fat Boy venía pintada en un gris plateado que imita el avión militar Boeing B-29 Superfortress. El primero en lanzar la bomba atómica que fue bautizado como “Enola Gay”, en honor a la madre del piloto de la aeronave que así se llamaba. Al bombardero que el compositor Andy McCluskey del grupo musical británico Maniobras Orquestales en la Oscuridad (OMD) le dedicaría un single antibelicista unas décadas después.

Otros rasgos bélicos indiscutibles además del color y que enlazan con este ataque, son sus ruedas lenticulares sólidas imitando las de aquellos aviones y que además sólo son posibles en una motocicleta de este peso porque cualquier otra sería arrastrada por vientos laterales. En su motor además lleva una bandas amarillas similares a las que tenían las bombas, y así también en otras partes de la moto. Un logo de Harley Davidson en su depósito exclusivo del modelo Fat Boy imita al escudo de la fuerza aérea de los Estados Unidos (USAF).

También característico de la motocicleta son sus escapes con forma de escopeta, guardabarros acampanados y su asiento muy bajo, lo que contribuye a una gran estabilidad para una motocicleta que monta los motores más grandes del fabricante, por supuesto refrigerado por aire, lo que hace sentir el calor que desprende el motor como parte de la experiencia de conducir este icono americano. En sus primeras versiones llevaba el motor Evolution de 1984 con sus dos cilindros en V en 45 grados que cuentan que se llama así porque salvó a la marca de una mala racha anterior. Posteriormente, pese a las mejoras, se mantiene la configuración en una motorización brillante y única.

La Fat Boy es una moto que pese a su peso, de más de 300 kilos, es fácil de conducir. Evidentemente con su único disco delantero no frena como otras, pero no lo hace nada mal, y sobretodo es una moto con pocas sorpresas. En viajes es para no ir rápido y disfrutar del sonido de las detonaciones de su motor y de todo lo que nos rodea desde un comodísimo sillón, también exclusivo del modelo. Los viajes pueden hacerse eternos porque no se quiere llegar. La experiencia es el viaje más que el destino, una palomilla en
el acelerador bloquea la velocidad para disfrutar. En mi caso en la primera travesía larga que hice con una Fat Boy me dio la sensación de que su sonido de motor se asemejaba al de un helicóptero militar y su posición de conducción a la de los tractores de cortar el césped. Comodidad absoluta en
esta cruiser sin protección al viento.

No creo que Harley Davidson buscase ofender a nadie con la denominación y los rasgos de su Fat Boy. Más bien es un tributo patriótico en una motocicleta completamente distinta a las anteriores, de líneas muy futuristas en su momento y como algunos decían que la hace parecer una pequeña nave espacial sobre ruedas salida de algún comic de Flash Gordon.