Oda a la velocidad, examinamos el nuevo McLaren 750S
Con Inglaterra escribiendo nuevas páginas en la historia, las marcas que la habitan y la componen siguen regalando presentaciones de los productos más exclusivos. En el ámbito del motor, su éxito cuenta con varios años de vida y un relato que incluye muchos de los vehículos clásicos que, en el momento, se han revalorizado como piezas de coleccionista. Varias son las marcas que lo han conseguido y la palabra éxito se la reparten entre pocos, una de esas privilegiadas es la casa McLaren que, fundada en Woking (Surrey), se ha especializado en la fabricación de supercoches con aires deportivos y edición limitada. Con una presencia de sólo 15.000 diseños en el mundo, el que quiere esta creación británica, sabe lo que acarrea y, por ende, sabemos que su poder adquisitivo es alto. Con una ligereza aumentada y una potencia mayor, su última presentación es el McLaren 750S.
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Con unas características avanzadas, con respecto a su predecesor, el 720S, lo supera en todos los aspectos. El nuevo superdeportivo de la casa británica está basado en un chasis monocasco de fibra de carbono (Monocage II) y goza de un sinfín de componentes fabricados en este ligero material. Gracias a ello, es 30 kilogramos más ligero, con 1.277 kilogramos en vacío y una relación peso-potencia de 1,7 kilogramos por caballo. La variante Spider, eso sí, es 49 kilogramos más pesada.
En cuanto a los beneficios, el corazón del 750S de McLaren es el conocido 4,0 litros V8 biturbo de la firma, colocado en posición central y en este caso con 750 CV a 7.500 rpm y un par motor máximo de 800 Nm a 5.500 vueltas. La transmisión es automática, de doble embrague, con siete velocidades, y envía toda la fuerza del motor de ocho cilindros al eje trasero, exclusivamente.
Disfrutar de la velocidad es uno de los objetivos de los compradores y, el nuevo 750S, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos, de 0 a 200 km/h en 7,2 (7,3 el Spider) y su velocidad máxima asciende a 332 km/h. Según el fabricante, el 30% de los componentes del 750S son nuevos o han sido rediseñados y, en el caso del Spider, el mecanismo de techo se puede activar a menos de 50 km/h y tarda unos 11 segundos en abrir o cerrar.
Otra novedad que se aplica McLaren es que estrena la última generación de la suspensión neumática PCC III, con geometría mejorada y nuevos muelles (más blandos delante y más rígidos detrás) y amortiguadores, mientras que la dirección es la misma del 720S, de asistencia electrohidráulica, aunque más rápida, según McLaren.
En cuanto a los frenos, hay discos carbocerámicos de 391 mm delante y 381 detrás, junto a pinzas de seis y cuatro pistones, respectivamente. Además, el 750S goza de un ancho de vías delantero mayor en 6 milímetros. McLaren afirma que el sistema de elevación del tren delantero (para afrontar rampas, por ejemplo) también es mucho más rápido que antes.
Las llantas forjadas de 10 radios son las más ligeras montadas en un McLaren de producción en serie y ahorran unos 10 kilos. De serie montan neumáticos Pirelli P Zero en medidas 245/35 R19 y 305/30 R20, aunque en opción se pueden equipar también neumáticos Pirelli P Zero Corsa o Trofeo R de circuito.
Estéticamente, el 750S evoluciona con un splitter más prominente, nuevas tomas de aire, parachoques rediseñados, pasos de rueda traseros ventilados o un alerón trasero activo también más grande y de fibra de carbono. El interior goza de tapicería de cuero Nappa o bien de Alcantara y cuero, una completa instrumentación digital, mandos para los diferentes modos del chasis y de la respuesta del motor, y están disponibles opciones como asientos de carreras de fibra de carbono o un equipo de audio premium Bowers & Wilkins.