Aston Martin DB12, conocemos la última joya de la marca británica
Si preguntamos a Carl Benz en 1886 sobre la evolución del motor hasta el siglo XXI, no daría crédito al avance que supuso su patente. Hablamos de Benz, ya que es el creador del primer vehículo a motor que fue patentado por él mismo, un triciclo a motor. Su avance permitió que las demás casas acometieran la misión de desarrollar creaciones de motor que, hoy en día, se consideran elementos de poder, exclusividad y movimiento dinámico. Sólo 27 años más tarde nacería un referente del motor en Inglaterra, la casa Aston Martin, uno de los reyes de los vehículos a motor que nos ha enseñado el arte de la creación a través de líneas curvas y la estética sobre el diseño. James Bond nos ha enseñado, a través de los años, que la dinámica de los vehículos de la casa es todoterreno y que son dignos de los hombres con más clase. Uno de sus éxitos fue el modelo DB11 y ahora, nace el Aston Martin DB12, la continuación de un referente y que la propia marca denomina el primer ‘Super Tourer’. Supone el primer modelo de una nueva familia de deportivos que llegarán durante los próximos años.
El diseño de este nuevo modelo está de estreno, con unas líneas curvas más pronunciadas y proporciones habituales de los GT de la casa. Las dimensiones resultan casi idénticas, ya que con 4,73 metros de largo, apenas un centímetro más corto que su predecesor. Su carrocería es de tipo cupé, con dos puertas y con el motor colocado en posición central delantera, unas características que casan a la perfección con el planteamiento de modelos de tipo Gran Turismo, es decir, vehículos con unas prestaciones muy buenas pero pensados para viajar en un ambiente lujoso y confortable.
Cuenta con un motor V8 biturbo de 4,0 litros, fabricado por Mercedes-AMG, el mismo que también tenía su predecesor pero con un rendimiento superior. En el DB12 desarrolla 680 caballos y 800 Nm de par, 70 CV y 115 Nm más que en el DB11, gracias a los cambios que se han llevado a cabo tanto en el propio motor como en el sistema de refrigeración de este, con tomas de aire más grandes e instalación de radiadores e intercooler adicionales. Además, va asociado a una caja de cambios automática de ocho marchas.
Las prestaciones del DB12 son muy positivas, a pesar de que se trata de un coche bastante pesado con 1788 kilos de peso. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 325 km/h. Frente a otros modelos de características similares se queda en un punto intermedio en este sentido, puesto que acelera igual que un Bentley Continental GT Speed de 659 CV y tiene una velocidad punta inferior.
Uno de los grandes cambios del DB12 se ha dado en el chasis, para que la experiencia de conducción sea más intensa y precisa en todo tipo de condiciones meteorológicas. La estructura general es un 7 % más rígida a la torsión gracias a los refuerzos que se han instalado en varios puntos de la carrocería. Además, los amortiguadores son nuevos y siguen siendo unos ajustables electrónicamente, la dirección tiene un ajuste diferente y los neumáticos han sido diseñados, en exclusiva, para este coche.
El control de estabilidad tiene cuatro modos de funcionamiento (Wet, On, Track y Off), además de haber cinco modos de conducción (GT, Sport, Sport+, Wet e Individual). Este último permite ajustar diversos aspectos relacionados con la conducción de manera independiente.
Según Aston Martin, con este rediseño se ha intentado buscar un correcto equilibrio entre mandos físicos, que se siguen empleado para las funciones más habituales, y los táctiles, que se emplean para las que lo son menos. El sistema multimedia es innovador e incluye una pantalla de 10,25 pulgadas con alta resolución. Según la casa británica, ésta responde en solo 30 milésimas de segundo a las pulsaciones con los dedos y tiene un sistema operativo desarrollado en exclusiva para este modelo. Como es habitual hoy en día, dicho sistema está conectado a internet de manera permanente, por lo que puede recibir actualizaciones de forma automática y permite localizar y llevar a cabo algunas acciones en remoto, desde una aplicación móvil, todo ello sin necesidad de usar cables.
