La elegancia y la pureza de sus piezas son algunas de las características con las que mejor la podríamos definir. Isabel Sanchís ha planteado para la próxima primavera una colección que se basa en la simbiosis de la moda y la artesanía.
Como desde la marca cuentan, para la creación de estos diseños se ha tratado de conocer las labores artesanas que marcan la diferencia en cada pieza. Bordadores, artesanos del metal y plisadores han tenido un papel esencial, ya que sin ellos no sería posible conseguir los impresionantes acabados de los que hemos podido disfrutar en la MBFW Madrid.
Los diseños aparecen como drapeados, plisados, estructurados y volumétricos. Y, como no, vestidos mini y de alta costura en los que se refleja a la perfección el sello de la diseñadora.
Entre las tonalidades encontramos una amplia paleta de color que convierte esta pasarela en una de las más alegres y sofisticadas hasta ahora de la edición. Desde el blanco puro, pasando por el pistacho, y el azul, hasta el amarillo y el rojo vivo.