Viajes

Isla Tortuga: el paraíso de Costa Rica que ni es una isla ni tiene tortugas

Isla Tortuga. (Foto: Lucía Lera)

Dicen que sólo viajando conoces la realidad de un sitio, por encima de sus expectativas. El sentido de esta frase se materializa al llegar a destinos como Isla Tortuga. Su nombre no engaña, eso es cierto: un gran islote volcánico cuyo contorno dibuja el caparazón y la cabeza de quelonios que le da nombre. Pero la idea preconcebida que la ficción os deja sobre este lugar situado en en el Golfo de Nicoya, en la Costa del Pacífico de Costa Rica difiere mucho del encanto turístico de este lugar. 

Sólo aquellos que se han asomado al universo cinematográfico de Piratas del Caribe sabrán a lo que nos referimos con idea preconcebida de este lugar. En la ficción, se representa como un destino más bien decadente, donde piratas y litros de ron reinan su alterne. E intentar buscar algo de ese universo en la verdadera Isla Tortuga puede llevar a más de uno a sorprenderse.

Frente al universo Disney, lo que te deja Isla Tortuga es uno de los paisajes más contrapuestos y naturales del Golfo de Nicoya, al sur de la Península de Nicoya. Un paraje singular, único y completamente diferente al resto de paisajes costeros de esta costa del Pacífico. Ojo no confundirla con sus casi tocayas, Isla La Tortuga en Venezuela e Isla de la Tortuga en Haití. De hecho, esta última sí que puede asemejarse más a las historias de piratas, ya que ellos asentaron esta isla como lugar de paso.

Isla Tortuga. (Foto: Lucía Lera)

Ni es una isla, ni hay tortugas

Si hay algo que tener claro nada más pisar este paraje es que, lo mejor, es acudir sin ideas preconcebidas, ya que Costa Rica es eso, un lugar donde dejarte sorprender. Como buena isla, sólo se puede llegar a ella en barco. Con algo de suerte, el paseo en barco te regalará imágenes marinas únicas, como ver a las tortugas disfrutando del sol o a las ballenas acompañando a sus crías a las zonas más próximas a la costa. Este espectáculo puede verse entre julio y octubre, momento en el que los cefalópodos eligen las aguas cálidas del Pacífico para aparearse y tener a sus ballenatos.

Isla Tortuga. (Foto: Lucía Lera)

Y nada más verlo de lejos llega la primera sorpresa: Isla Tortuga no es una isla, son dos. Concretamente Alcatraz y Tolinga; la primera es la que tiene la forma de tortuga que, como curiosidad, no tiene uno sino tres cuellos, algo que solo puede verse a vista de pájaro y que permite que la forma de tortuga pueda verse desde diferentes perspectivas.

Alcatraz visto desde Tolinga. (Foto: Lucía Lera)

Por su parte, Tolinga es la que recibe a los visitantes porque, otro de los falsos mitos de Isla Tortuga (o Alcatraz, hablando con propiedad), es que no se puede visitar. Entonces, ¿qué tiene de especial este lugar?

Isla Tortuga. (Foto: Lucía Lera)

Haciendo alusión al nombre de este país, la costa es su encanto. Concretamente, la playa: ahí es donde se concentra todo lo que el turismo ofrece, con hamacas, hileras de mesas para disfrutar de la comida y una red de playa. Aquí el plan es sencillo: cócteles bajo el sol, sabores tradicionales en el plato y actividades acuáticas, como el snórkel, que te permiten ver todo el encanto que envuelve su biodiversidad. Y, como no, una excursión por la isla para poder subir a los miradores que te regalan un perfil único de la tortuga.

Isla Tortuga. (Foto: Lucía Lera)

Así podemos ver el contraste de colores con la playa de la que partimos, ya que el perfil de playas de la costa del Pacífico costarricense, dado su origen volcánico, es de color oscuro. Todo lo contrario que en Isla Tortuga, donde la arena es blanca y el agua es cristalina.

Agua cristalina de Isla Tortuga. (Foto: Lucía Lera)

Viéndolo con perspectiva, tendríamos que desandar el viaje para situarnos en el complejo de Los Sueños, desde donde sale el barco y donde encontramos ese perfil de playas de arena oscura. Ahí conviven espectaculares propiedades privadas y una de las mejores opciones de la costa para poder alojarte y disfrutar de la excursión a Isla Tortuga, el hotel Los Sueños Marriott Ocean & Golf Resort, porque otra de las cosas es que no se puede dormir en Isla Tortuga, sólo se ofrecen excursiones de ida y vuelta en el mismo día.

Playa de arena negra del complejo Los Sueños. (Foto: Lucía Lera)

Los Sueños Marriott Ocean & Golf Resort es el resort de playa más cercano al aeropuerto internacional Juan Santamaría. Toda su extensión ofrece una ventana a la grandeza de alto standing de esta ubicación. Comenzando por sus espacios comunes, donde no podrás ver puertas o ventanas cortando la fluidez entre el exterior y el interior del complejo. Hasta caminando por los pasillos de las habitaciones, donde bien puedes cruzarte con algún huésped inesperado como iguanas o mapaches.

(Foto: Los Sueños Marriott Ocean & Golf Resort)

Y, aunque posee seis puntos gastronómicos, la verdadera sorpresa viene cuando entras en 18 & Greene, que recuerda a uno de los tradicionales steakhouses de los 1960s, y te encuentras una foto de Seve Ballesteros colgada de su pared entre tantas glorias del golf. Porque este restaurante ofrece unas vistas únicas al campo de golf de 18 hoyos, La Iguana Golf Course, desde cuyo recorrido puedes ver algunas de las propiedades que forman parte del complejo.

Más allá de la costa

Su propio nombre indica: Costa Rica tiene su encanto en su costa, valga la redundancia. Pero tambiénes este lado del Pacífico pueden observarse algunas de las mayores reservas naturales del país, como el Parque Nacional Manuel Antonio, famoso por su enorme diversidad de flora y fauna tropical, como perezosos de tres dedos, monos capuchinos de cara blanca en peligro de extinción y cientos de especies de aves. Donde también podemos ver algunas de las mejores playas de Costa Rica, que comparten con Isla Tortuga la arena blanca y las playas paradisíacas.

Parque Nacional Manuel Antonio. (Foto: Pexels)

Junto a este, otro de los encantos naturales de la zona es el Parque Nacional Carara Carara, ubicado dentro de los cantones Turrubares y Garabito, de las provincias de San José y Puntarenas. En lengua indígena Huetar significa «Río de lagartos», cuenta con el único bosque de transición del Pacífico Central, es decir, que es mitad húmedo, mitad seco, lo que le profiere una diversidad de flora y fauna excepcionales. Pero lo mejor es que este punto se ha consolidado como uno de los lugares predilectos y más señalados de ornitología de Costa Rica, dada la diversidad de aves que pueden observarse.

Nos permite acercarnos más a la capital de Costa Rica, San José, porque, de igual manera que no puede entenderse un país sin conocer sus núcleos urbanos. En este caso San José, la capital te deja una gran anécdota nada más llegar. ¿Sabes cómo indican los destinos los costarricenses? Desde luego, no por los nombres de las calles. Ahí las indicaciones son algo más complejas y originales que a las que acostumbramos a tener y se organizan en torno a un sistema de jerarquías impuesto por la importancia o visibilidad de los edificios.

Por ejemplo, si preguntas a un local cómo llegar a Costa Rica Marriott Hacienda Belén, donde nos hospedamos, te indicaría que debes tomar la calle principal desde el aeropuerto, andar 700 metros y girar a la derecha. Y el propio Google Maps corrobora estas indicaciones: 700 metros al este de Bridgestone/Firestone, Heredia, 40703, Costa Rica.  Aunque el propio personal te dirá que el propio hotel ya es una referencia en sí. 

(Foto: Costa Rica Marriott Hacienda Belén)

Y no es para menos, porque entrar impone. Y a través de su arquitectura también podemos conocer algo más sobre la ciudad. Ya que fue construido a finales de los 90 sobre un cafetal donde originalmente sólo había construida la iglesia que se observa al fondo de la propiedad, junto al campo de ensayo de golf. De hecho, tras su fachada amarilla se encuentra el equilibrio perfecto entre experiencia, intimidad y proximidad, puesto que trabaja como una finca cafetera, incluso cuenta con sus propias plantaciones de café dentro de la finca.

(Foto: Costa Rica Marriott Hacienda Belén)

Pese a ser un gran complejo con 289 habitaciones y 10 suites, y estar a tan sólo cinco minutos de la ciudad de San José, la tranquilidad reina en toda su extensión. En este complejo puede aprenderse mucho de la gastronomía de Costa Rica, puesto que a diferencia de otros hoteles de la zona, cuenta con cinco puntos de restauración. Ahí puedes saborear todo el espectro de la comida local y aprender sobre su cultura culinaria: hechos como que gran parte surge de la gastronomía de aprovechamiento con el arroz arreglado y las empanadas como protagonistas. O que no hay comida en la que no se sirva sobre la mesa la salsa Lizano; la receta pertenece a una familia y, pese a ser uno de los condimentos estrella de esta gastronomía, todavía su receta continúa siendo un misterio.