Tres restaurantes clásicos en Roma para una escapada otoñal a la ‘Ciudad Eterna’
Todos los caminos llevan a Roma. O eso dicen. Y por eso en cualquiera de los puentes o fines de semana que tenemos por delante, nos apetece escaparnos. La capital italiana se tiñe del ocre de sus atardeceres con la llegada del otoño, y es un buen momento para volver a ella. Para perderse en sus calles, en sus iglesias, en sus museos. Y por supuesto, en sus restaurantes. Porque una de las cosas que se va a hacer a Roma es comer. Como si fuéramos Julia Roberts en Come, reza, ama queremos escaparnos a la capital italiana para disfrutar de sus platos, de su pasta, de las alcachofas. Aquí tienes tres restaurantes clásicos para tu próxima escapada a Roma. No te olvidas de reservar.
Tres restaurantes clásicos en Roma para una escapada otoñal a la ‘Ciudad Eterna’
Pierluigi
Si queremos comer pescado, sin duda, hay que ir a Pierluigi. De hecho, para muchos romanos, es el número uno. Porque siempre hay personajes del mundo del cine o de la música en sus mesas, porque saben que en Pierluigi nunca se falla. Un restaurante clásico que cada vez más apuesta por la innovación pero sin perder el rumbo: porque aquí lo más importante es el producto que llega del mar.
Su ubicación es absolutamente fantástica: en la coqueta plaza de’ Rocci, no demasiado lejos de la Piazza Navona y Campo dei Fiori. Una plaza tranquila en la que disfrutar de su terraza, cuando el tiempo apremia, es una absoluta delicia. ¿Lo mejor? Su tradición: llevan desde 1938 con las puertas abiertas, por lo que no solo saben cocinar. También saben recibir. Y eso no en todos los restaurantes pasa.
Nino dal 1934
Y de 1938 nos remontamos a 1934, año en el que nació el restaurante Nino. Probablemente el proyecto gastronómico romano más famoso por sus deliciosas alcachofas, uno de los productos estrella de la ciudad que, cuando es temporada, jamás falla en las cartas. En Nino dal 1934 saben mucho de alcachofas pero también sabe mucho de pasta. En definitiva, saben mucho de cucina italiana.
Eso sí, además de la cocina romana, está muy presente la gastronomía toscana, raíces del fundador Nino. «Todo empezó cuando Gioacchino Guarnacci, Nino para abreviar, nació en Castelfranco di Sopra, en un hermoso pueblo de la Toscana, e inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial empezó a buscar trabajo; Después de probar diversos oficios que lo llevaron por toda Italia, llegó a Roma, con su hermano Mario, donde trabajaron como empleados en la restauración» explican desde el restaurante. Y de trabajar en otras cocinas a abrir la suya.Por eso es una eminencia en Roma.
Armando al Pantheon
A dos pasos de la Piazza del Pantheon, una de las más bellas de Roma, tenemos otro restaurantes clásicos de la Ciudad Eterna: Armando al Pantheon. Este local no es tan antiguo, es de 1961, pero son un símbolo de la cucina romana y es uno de los imprescindibles de la ciudad. Por supuesto, sus mesas con vistas al templo romano son las más codiciadas.
Quién está detrás es la familia de Armando Gargioli. Primero fue Armando el que abrió el restaurante, al que se le unieron sus hijos Claudio y Fabrizio. Es cuando se pone de moda entre lo más granado de la cultura -algo que continuará porque les han visitado el arquitecto Renzo Piano o el chef Massimo Bottura-. A finales de los 2000 es cuando el gran Armando se retira, pero continúan sus hijos lo que mejor se le da. Es en esta década cuando Armando al Pantheon consigue la fama de la que hoy siguen presumiendo. Y que hace que sigan las mesas llenas.