Hay lugares mágicos donde el tiempo se detiene. Oasis de paz donde parece que hayamos dejado atrás todo rastro de vida humana y nos sumerjamos en un remanso de tranquilidad propio de otra época. A Quinta da Auga se encuentra en un antiguo molino de papel del siglo XVIII, delicadamente restaurado por los propietarios, y colmado de detalles antiguos y modernos que se entremezclan en un elegante estilo europeo. No hay nada elegido al azar, cada pieza es única y cada rincón exclusivo. Lejos de parecer un hotel, es lo más similar a un hogar fuera de casa. Bienvenidos a este escondite en Santiago de Compostela.
La arquitecta María Luisa García, su marido José Ramón Lorenzo, y su hija Luisa, lo dejaron todo para embarcarse en 2003 en su proyecto más personal: A Quinta da Agua. El resultado, fue crear un hotel mágico fruto del cariño y la pasión depositados por la familia, en un paraje envidiable lleno de vegetación. La finca privada del hotel, de 10.000 metros cuadrados, hacen de A Quinta da Auga un refugio natural para los que lo quieren explorar.
A Quinta da Auga cuenta con 51 habitaciones distintas, todas exteriores y luminosas. También dispone de 3 suites con amplios salones, despacho y jacuzzi, diseñadas para proporcionar el máximo confort en un ambiente de lujo y exclusividad.
Un lugar lleno de rincones cuidados al detalle y muy acogedores, tanto interiores como exteriores, en los que practicar el arte de no hacer nada. En el exterior discurren el río Sar, arroyos, fuentes y canales. Un auténtico placer el escuchar el sonido del agua en cada rincón de este reconvertido hotel, que además de spa y restaurante, cuenta con sala de lectura o salón social y bar al estilo de un bistrot francés.
Para descansar, A Quinta da Agua ha puesto toda la calidad y cariño en sus habitaciones. La lencería de las camas, la insonorización del espacio, el suelo de madera de roble, la climatización con suelo radiante, los mullidos edredones, el sonido del agua y las vistas al bosque al abrir la ventana, todo para disfrutar de un maravilloso descanso. Habitaciones con encanto que combinan la tradicional piedra, el papel pintado, las antigüedades y los muebles contemporáneos con un ambiente de paz y tranquilidad para un descanso reconfortante y reparador.
El restaurante Filigrana del hotel se ha convertido en una referencia gastronómica en la región. Un almuerzo de negocios, uno de familia o uno romántico, todos encuentran su sitio en este rincón tan acogedor de Santiago de Compostela. Su terraza con vistas al jardín del hotel o sus coquetos y elegantes espacios interiores ofrecen una comida actual con el mejor producto de nuestra tierra.
