Pablo Hermoso de Mendoza nos recibe en su campo y nos cuenta cómo le pasa el testigo a su hijo Guillermo
Después de 40 años de carrera, el número uno de los rejoneadores del mundo, Pablo Hermoso de Mendoza, cree que le ha llegado la hora de retirarse y despedirse del toreo. Su hijo Guillermo Hermoso de Mendoza toma el relevo. Ambos torean juntos este domingo en la Feria Fallas en Valencia. En COOL entrevistamos en su finca de Estella, Navarra, a Pablo Hermoso de Mendoza y a su hijo Guillermo para celebrar el Día del Padre.
- Hablamos de toros con Cayetano Rivera: «No tardaré en retirarme»
- Fermín Bohórquez Domecq: «El toro es mi animal preferido «
«Nunca sabes si es un buen momento para retirarte; pero ahora que veo a Guillermo encaminado, creo que me ha llegado la hora de disfrutar con sus triunfos y ya puedo darle el testigo», confiesa orgulloso de dar continuidad a su legado.
Pablo Hermoso de Mendoza inicia en octubre en México (un país que es su segunda casa) su gira de despedida. Es el único torero a caballo que ha abierto las seis puertas grandes más importantes del mundo: Madrid Sevilla, Bilbao, México, Bogotá y Nimes. Ha revolucionado el arte del rejoneo y se va cuando está en lo más alto de su carrera.
Cuarenta años de carrera
Pablo Hermoso de Mendoza debutó en 1983 en un tentadero con vacas de Antonio Pérez. Salió a hombros cuando tomó la alternativa en Tafalla en 1989. El tesón y el esfuerzo diario le llevaron a encabezar por derecho propio el escalafón de los toreros a caballo.
Zarapuz es su casa familiar, su finca, su lugar de trabajo y de ocio y su sueño cumplido. Cientos de hectáreas de pastos, un enorme picadero cubierto y una plaza de tientas son el ‘despacho’ donde acuden a diario padre e hijo para sus entrenamientos. Crían caballos -también los doman- y toros de lidia.
«El mundo del toro sobrevive, pero tengo confianza porque ha sufrido todo tipo de ataques a través de la historia y aquí sigue. El ataque animalista, yo hasta lo entiendo; pero el populista, no«, revela Hermoso de Mendoza padre cuando preguntamos por el futuro de la Fiesta.
«Más de 2.500 corridas, 40 años… toda una vida llena de satisfacciones y de momentos trágicos, pero me quedo con lo bonito», cuenta Pablo Hermoso de Mendoza mientras detrás de él corretean los potros a campo abierto durante esta entrevista.
La saga continúa
Guillermo, su único hijo varón, continúa la dinastía consciente de su responsabilidad. Desde niño creció entre caballos y toros. Debutó en 2016 y «como estuvo bien, decidió dedicarse a esto». El apellido le pesa, pero también «le ilusiona y le motiva la idea de seguir con la saga familiar».
El listón está muy alto. Su padre fue número uno indiscutible durante décadas y él toma su ejemplo. Va poco a poco labrándose su propio camino. Lento pero seguro. La pasada temporada abrió la Puerta del Príncipe y la Puerta Grande de Las Ventas.
Pablo, ¿usted no se iría si no viera a su hijo consolidado?, le preguntamos. «Hombre, la dinastía pesa, pero creo que ahora Guillermo con dos con Puertas del Principe, una en Las Ventas, y su triunfo en México…, ya es, ya vemos una realidad… El relevo está bien servido», cuenta con una sonrisa de padre satisfecho.
«En muchos lugares está mal visto, lo sé, pero a mí sí que me gusta que me llamen torero», confiesa Guillermo. «A Guillermo le gusta más que a mí torear a pie porque lo hago peor… Pero al final somos todos toreros, los que nos ponemos delante del toro», añade Pablo.
«Hay sitios donde el torero a pie tiene supremacía sobre el toreo a caballo, pero en cambio en Portugal, por ejemplo, es al revés. En España hay un buen ambiente y es que el toreo a caballo sirve como un trampolín para quien quiera entrar en la fiesta de los toros, y para que la gente se integre más fácilmente», opina Pablo Hermoso, el único torero que toreó en los Estados Unidos, en California.
«¿Lo más difícil?, pues… madurar a un ritmo alto y torear en las plazas importantes. Saber estar en la plaza y acoplarte con los caballos, eso es lo más difícil», responde Guillermo.
«Nuestro día a día, es cierto que durante el invierno es más tranquilo. Y es cuando preparamos a los caballos más jovenes. En temporada nos centramos más en cada festejo y planificamos qué caballos van a ir a cada plaza y distribuimos las cuadras de los dos cuando toreamos juntos», cuenta Guillermo en presencia de su padre que asiente mientras le observa .
«Consejos muchos, pero la enseñanza fundamental es el ejemplo del día a día. Respetar y amar la profesión y la dedicación, sin eso, no hay éxito. Es una carrera de fondo», revela Pablo .
Detrás del éxito hay horas y horas de entrenamientos a caballo diario. «Lo complicado es entrenar a todos los caballos. Enseñarles el lenguaje y que sea una prolongación del jinete, que sea como un atleta. Se trata de vivir una fusión con el animal. Hay que estar muy concentrados en los entrenamientos, eso es fundamental», explica Pablo. «Hay que montar escuchando al caballo».
Son los mismos caballos para padre e hijo y el mismo camión, una joya sobre ruedas con cabina articulada que lleva de plaza en plaza a las 11 estrellas de la prestigiosa cuadra PH, como es por ejemplo»Berlín, el Cagancho actual». Padre e hijos los comparten y reparten. Aunque reconocen que «cada uno tenemos nuestros caballos los especiales», precisa Guillermo.
Guillermo sabe y es consciente de que sus inicios no son duros como fueron los de su padre, quien tuvo que esforzarse mucho, -todo lo imaginable y más- para hacerse un hueco y un nombre propio. Él nació ya con una cuadra de caballos consolidada y con la sabiduría de una figura del toreo, su padre, que le guió en su camino de aprendizaje.
Un sueño
Pablo Hermoso de Mendoza lo ha conseguido todo, pero, aún así, dice parafraseando a García Márquez, «que hay que seguir escalando la montaña» y lo cierto es que los triunfos de mi hijo me trasladan a mis principios. Es como una segunda juventud».
«¿Valores?, Valores muchos... Pues, desde cómo nos han educado mi madre y mi padre, hasta la constancia y el sacrificio que hemos visto diariamente en casa», confiesa Guillermo . «Me gusta soñar a corto plazo. Triunfar este domingo 19 de Marzo en fallas, es un sueño, por ejemplo».
Una última pregunta para finalizar la entrevista, ¿qué animal prefieren: el toro o el caballo?. «Él el toro, de hecho lleva la ganadería de bravo, y yo el caballo», concluye sonriente Pablo Hermoso, una leyenda viva del toreo a caballo que anuncia su despedida y cede el paso a Guillermo, su hijo de 23 años.