Gastro

Oriol Balaguer lanza 12 monas de Pascua: «Están hechas con la misma ilusión que cuando era niño»

Oriol Balaguer haciendo una Mona de Pascua / Foto: Ana Márquez.

«Bienvenidos a un mundo sin límite de aroma y sabor, cuyo principal protagonista es el chocolate». Con estas palabras nos recibe Oriol Balaguer en su tienda de Ortega y Gasset, en Madrid, para presentarnos su última creación: 12 monas de Pascua. A lo largo de su carrera, ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su innovación y excelencia en el mundo de la repostería. Hablamos con el prestigioso pastelero sobre el proceso creativo de sus nuevas piezas, que son auténticas esculturas dulces, del libro Oh La La Chocolat, que acaba de salir a la venta, y de su pasión: el chocolate.

Aunque Oriol Balaguer reconoce que la época que más le gusta es la Navidad porque «la creatividad no tiene límites», con cada acontecimiento en el calendario nos sorprende. Además de sus torrijas hechas con brioche, para estas fechas ha creado doce monas de Pascua, cuyos diseños son auténticas obras de arte. De hecho, hay un modelo en concreto (el que se puede ver en la foto inferior) que Balaguer ha creado en colaboración con el artista multidisciplinar Marc Jesús, que se inspira en su pieza más icónica, las Dones Blaves.

Foto: Ana Márquez.

El pastelero recuerda, mientras decora en directo una mona de Pascua, la de veces que su padrino le regaló una cuando era pequeño. «Veo a los niños asomándose al escaparate para ver las monas de Pascua y sus miradas no tienen precio».

Foto: Ana Márquez.

Además de las esculturales monas de Pascua, ha creado diseños infantiles «hechos con la misma calidad de chocolate». Oriol explica que desde pequeños hay que enseñarles a distinguir lo que es un buen chocolate. «Ahora existen muchos más matices que cuando yo era niño, por suerte ha mejorado el producto y ellos se lo merecen».

Foto: Ana Márquez.

«El chocolate nos hace felices a pequeños y mayores»

«Un buen chocolate en paladar tiene que ser muy fino, no arenoso, y el postgusto ha de ser largo, es decir, que perdure», detalla Oriol. Acaba de sacar a la venta Oh La La Chocolat, un libro donde desvela las recetas de sus dulces favoritos, incluido el Panettone que, según él, «es lo más difícil de hacer en este oficio». Salvo esta receta, Oriol puntualiza, que las demás son muy sencillas de elaborar por amateurs. Galletas, bizcochos, postres, tartas, trufas… «todo bajo el hilo conductor del chocolate».

Foto: Ana Márquez.

Para Oriol, el chocolate es un producto mágico «que hace felices a pequeños y mayores, que genera energía positiva y nos hace sonreír». El pastelero reconoce que este mundo, el de la repostería, le permite seguir teniendo la ilusión que cuando era pequeño «y jugaba a hacer pasteles con plastelina». Todo lo que hace, lo crea con pasión, «con esa felicidad y sonrisa que desprende un niño cuando abre una tableta de chocolate, pone el dedo en una crema de avellanas o come una mona de Pascua».

La creatividad es el ADN de Oriol Balaguer, pero también el sabor. «Me gusta diseñar cosas hermosas no para alimentar nuestro ego, sino para seducir a las personas», concluye Balaguer.