Gastro

Omar Montes comercializa la receta del kebab de Michael Jackson, ¿realidad o fantasía?

(Foto: Getty)

Omar Montes nunca ha sido un artista discreto. Su carrera, su discurso y su manera de estar ante los medios de comunicación se mueven entre el carisma de barrio y una imaginación sin complejos que convierte cualquier anécdota en titular. Ahora, el cantante suma un nuevo capítulo a su particular universo narrativo con la apertura de su primer restaurante de kebabs en Madrid… y una historia que incluye nada menos que a Michael Jackson.

Según ha contado el propio Omar, la receta que da sentido a este nuevo proyecto gastronómico tendría un origen casi mítico: sólo la conocían su padre y el Rey del Pop. Un secreto compartido, una conexión improbable y una fórmula que, con la desaparición de Jackson, habría quedado custodiada por la familia Montes.

¿Estamos ante una revelación histórica o ante otro episodio de ese realismo mágico tan propio del artista?

El kebab como legado familiar

Más allá del relato, lo cierto es que Omar presenta su restaurante (bautizado como Orijin) como algo profundamente personal. No habla de un negocio al uso, sino de herencia, de memoria y de continuidad. El kebab, dice, forma parte de su historia familiar y este local sería una manera de modernizar ese legado, adaptándolo a nuevos tiempos y a una idea más cuidada del producto.

En su discurso aparece también un giro interesante: la reivindicación de un kebab de calidad, incluso fitness, alejado del estereotipo de comida rápida descuidada. Carne seleccionada, receta afinada y una intención clara de elevar un plato popular a otra categoría.

Omar Montes en la inauguración de su restaurante, Orijin. (Foto: GTRES)

Michael Jackson entra en escena

Y entonces aparece Michael Jackson. No como icono musical, sino como guardián de una receta secreta. El impacto del nombre es inmediato, casi cinematográfico. No hay pruebas, no hay contexto histórico ni conexión conocida entre el artista estadounidense y el universo del kebab madrileño, pero eso tampoco parece importar demasiado. En el relato de Omar Montes, la veracidad no siempre es el objetivo principal; lo es la potencia de la historia.

(Foto: Adobe Stock)

Las historias más increíbles de Omar Montes

No es la primera vez que el cantante juega con este tipo de afirmaciones. Al comienzo de su carrera, también habló en más de una ocasión de supuestas colaboraciones con grandes marcas deportivas internacionales que, al contrastarlas, nunca llegaron a materializarse ni a confirmarse oficialmente.

La falsa pelea viral como promoción

En 2020, Montes difundió en redes un vídeo de lo que parecía una pelea callejera, que más tarde se supo que era una performance promocional para el lanzamiento de una canción. La escena no había ocurrido realmente y generó polémica.

Colaboraciones con marcas (Puma y SikSilk)

Ese mismo año, Montes publicó en redes que era nuevo embajador de la marca deportiva Puma, implicando que se codearía con estrellas como Neymar. Aunque hizo publicaciones promocionales vinculadas a marcas, este tipo de anuncios en redes sociales a veces estaban más cerca de postureo personal que de acuerdos comerciales formales, y no siempre se confirmaron oficialmente.

Colaboraciones musicales sin confirmación oficial

En una conversación sobre su aparición en Supervivientes y su carrera, Montes mencionó posibles colaboraciones con grandes nombres del reggaeton como Ñengo Flow, Cosculluela o Lil Pump, sin que ninguna de esas colaboraciones se materializase en lanzamientos oficiales.

¿Exageración o estrategia de Omar Montes?

En el caso del kebab “de Michael Jackson”, el patrón se repite. Omar construye un relato que mezcla orgullo familiar, mito y cultura popular. El resultado es una historia irresistible para titulares. ¿Es real? Probablemente no en un sentido literal. ¿Funciona? Sin duda. Omar Montes no vende solo música o comida: vende personaje.

Así que la pregunta no es tanto si la historia es verdad o inventada, sino si importa realmente. En el universo de Omar Montes, la línea entre realidad y ficción nunca ha sido un problema, sino una herramienta.