Menorca Experimental, el hotel ‘slow life’ para disfrutar de la isla
Londres, París, Nueva York, Ibiza… y ahora Menorca Experimental. Detrás del grupo Olivier Bon, Pierre-Charles Cros y Romée De Goriainoff. Amigos de la infancia y fundadores de The Experimental Group, artífices del hotel más cool de Menorca.
No es su primera vez en Baleares, son los dueños del ya icónico Experimental Beach. Menorca es otro concepto, un oasis de relax en la zona sur de la isla. Un hotel de agroturismo de lujo, uno de los alojamientos más cool de Menorca.
Ubicado en mitad de la nada, pero en la zona sur de la isla, es una de las grandes novedades hoteleras de la isla, que apuesta por alojamiento de agroturismo y hoteles boutique para conservar el encanto de la isla. Porque Menorca poco tiene que ver con Ibiza, Mallorca o Formentera. Menorca es una isla con personalidad propia, con un estilo de vida muy marcado… Unas características que los dueños de Menorca Experimental sabían desde el principio.
La inspiración
Se encuentra en una finca del siglo XIX reformada. Lo que muchos menorquines conocen como el antiguo cartel de Llucalari, de ahí la esencia de la arquitectura clásica menorquina. Aunque eso sí, Menorca Experimental nace, como ellos mismos dicen: «Un hotel diseñado con alma de una casa de vacaciones para artistas».
Esa parte artística se palma gracias al diseño gráfico en muchos detalles de la diseñadora de interiores Dorothée Meilichzon, que ha restaurado la finca con un equipo de artesanos locales. Se nota en las paredes encaladas, en las tejas y piedras de marés, en ese espíritu mediterráneo que se palpa en cada rincón… Podríamos decir que tiene hasta un poco de Dalí y de otros pintores mediterráneos en sus paredes. Es una casa donde existe, claramente, la inspiración.
El hotel
La finca cuenta con 43 habitaciones y 9 de ellas tienen su propia piscina. Cada una de sus habitaciones respiran ese aire gráfico del diseño de Meilichzon.
Todas, con su propia personalidad, se inspiran en lugares icónicos de Menorca: Alaior, Son Bou -la playa más larga de la isla-, Mahón, Sant Llorenç… Pequeños refugios para dejarte por ese slow life que se respira en la isla. Menorca tiene su propio estilo de vida.
Comer y dormir
Reserva de la Biosfera por la UNESCO, Menorca es un auténtico paraíso y Menorca Experimental el mejor lugar para dormir. También para comer o cenar. Su carta está llena de productos frescos y de temporada, muchos de ellos provenientes de la huerta de la finca. También se pueden brindar con sus cócteles en el Experimental Cocktail Club. ¿Un consejo? Reservar al atardecer para cenar para poder ver cómo cae el sol y se iluminan las luces de Menorca Experimental. Para comer o cenar lo mejor es dejarse mecer por las recomendaciones de los camareros. Todo es fresco y tiene toques fusión.
Menorca Experimental es ese hotel de lujo que tenemos cerca, es ese rincón preparado para ser retiro. El lugar al que llevarte todos esos libros que no has podido leer en todo el año. Ese sitio con el que sueñas cuando estás de vacaciones… Porque es el sinónimo de vacaciones de lujo.
¿De qué lujos se pueden disfrutar, además del propio hotel? Su deliciosa piscina, de su tienda de souvenirs, un baño en la playa de Son Bou, muy cerca de Menorca Experimental.
De otro baño en Macarella y otro en Macarelleta, disfrutar de Mahón, en la otra punta… Y también de Ciutadella. De disfrutar del atardecer de Cavallería, en la otra punta de la isla, de sentirse encadilado por Benibéquer Vell… En definitiva, Menorca es un lujo.