La mansión victoriana convertida en hotel en una isla privada de Escocia
Si pensamos en un hotel en el paraíso, seguramente nuestra mente nos traslade a algún destino como las Maldivas. Rápidamente, imaginamos agua turquesa, paisajes exóticos y altas temperaturas. Sin embargo, no todos los paraísos tienen playas deslumbrantes. El que te presento hoy está en la isla privada de Argyll & Bute, en Escocia. Un lugar verdaderamente mágico atado al continente a través de un estrecho puente de madera. ¿Quieres descubrirlo? Sigue leyendo…
Hay algo extremadamente romántico y mágico en escapar a una isla privada para pasar unas vacaciones, y las 120 hectáreas de tierra que tiene Isle Of Eriska ciertamente no decepcionan. Para llegar a esta isla privada en la costa oeste de Escocia tienes que cruzar un puente traqueteante cubierto de madera durante la marea baja. Pero merece la pena. Tiene una hermosa costa, vida silvestre que incluye ciervos, nutrias y tejones, y una mansión victoriana que fue renovada para convertirla en un hotel y spa de lujo. Mímate en el spa, haz deporte, desconecta, pasea por los terrenos que rodean al Isle Of Eriska Hotel & Spa y disfruta de Escocia.
En 1973, la propiedad fue comprada por la familia Buchanan-Smith, que se embarcó en un programa continuo de remodelación y mejora hasta convertirlo en un destino de lujo que ofrece paz, tranquilidad y actividades al aire libre a sus huéspedes. Todo ello, con un toque de lujo.
El hotel consta de 34 habitaciones y el restaurante principal es famoso por su cocina, siendo el carrito de quesos un tema de conversación entre los huéspedes habituales. Los tres ingredientes clave para una experiencia escocesa, son: castillos, lagos y whisky. Los tres disponibles en el Isle Of Eriska Hotel.
Este hotel de Escocia tiene impresionantes vistas al lago Linnhe y las montañas Morvern. Asimismo, la isla de Eriska se encuentra en la desembocadura del lago Creran, en el corazón de West Argyll. Pese a que la temperatura media en verano es de unos 19 grados, no hay que olvidar que estamos en Escocia. Por eso, el Isle Of Eriska ofrece un spa en el que desconectar, una piscina climatizada para entrar en calor y varias salas comunes donde poder charlar con otros residentes (algunos de los huéspedes más habituales son de Estados Unidos y Nueva Zelanda).