Toda historia se puede contar de mil formas diferentes, tantas, que la misma historia, «al cambiar de persona, no dice lo de siempre, cuando dice lo mismo», como dice la canción de Travis Birds. Hay historias que se cuentan con palabras, las hay que lo hacen con los ojos, hay incluso contadas con los pies… La de hoy es una historia contada con, por y para el paladar. De corazón cremoso y textura auténtica, la protagonista de hoy es la tarta de queso. Pero no cualquiera, la de Luna & Wanda, ganadora del Tercer Premio a la Mejor Tarta de Queso de Madrid. Y pensarás, ¿qué historia nos puede contar una tarta de queso? Todo empezó con un horno eléctrico de Lidl de 60 euros, lo demás es historia, una historia que nos cuenta con el paladar Sergio Arjona, quien ni es cocinero ni se dedica a la cocina, como él mismo nos explica, sino un amante de las tartas de queso, de lo artesanal y de hacer las cosas como se han hecho ‘toda la vida’, con base de galleta María. Si quieres descubrir la historia de Luna & Wanda y algunos de sus secretos para hacer ‘la mejor tarta de queso’, dale al PLAY.
De consultor a repostero
«Ni soy cocinero ni me he dedicado nunca a la cocina. Ni certificados, ni másteres, ni ‘Cordon Bleu’ (aunque este último reconozco que me encantaría hacerlo)», cuenta entre risas Sergio Arjona. «Más bien todo lo contrario: me licencié en ADE y Marketing y tengo un MBA especializado en negocios digitales».
Sin embargo, independientemente de todo lo que Sergio aprendió en el mundo de la consultoría, su fuerte ha sido y será siempre la creatividad y los pequeños detalles, algo que durante el confinamiento le llevó a experimentar.
«Si me tengo que remontar a los inicios, digamos que mis primeros pinitos en la cocina empezaron cuando me independicé hace ya cinco años con dos compañeros de piso (a los que mencionaré más adelante). En ese entonces, mi tío, siempre tan acertado, me regaló una olla exprés, instrumento que hasta ese día yo siempre había asociado con una bomba atómica a la que mejor no acercarse».
«Pero que no haya cocinado nunca no significa que no me guste comer bien. De hecho, me declaro fan incondicional de los platos de cuchara. Así que, para sacarle el máximo partido a dicha olla, decidí darle una oportunidad a través de unas recetas de videos en YouTube. Y os puedo decir que a día de hoy, junto con la tarta de queso de Luna & Wanda, hago las mejores lentejas estofadas y el mejor cocido de Madrid. Fuera bromas».
«Y hasta este punto os estaréis pensando que mi tarta de queso la hago en una olla exprés, pero no os asustéis. Resulta que en 2020 llegó el confinamiento y mi trabajo como consultor en Accenture pasó a ser 100% en remoto. Se cerraron proyectos y todo se paralizó, algo que dio paso a tener mucho tiempo libre en casa. Tocaba desempolvar la olla de mi tío».
«Y aquí es donde entra en escena Carlos, uno de mis compañeros de piso, abogado en uno de los despachos más prestigiosos y amante de la buena comida como yo. Así que un día, entre aburrimiento y llamadas, nos proponemos hacer una tarta de queso al horno, un postre en auge y que nos llamaba mucho la atención. Pero, ¿por dónde empezamos? Lo primero: comprar un molde por Amazon. Lo segundo: ponernos a buscar recetas. Y es que el Covid, independientemente de todo lo malo que tuvo, sí hizo que muchos chefs importantes se lanzaran a compartir sus recetas en redes sociales para que la gente pasase el confinamiento de una manera más entretenida en la cocina».
Y ahí estábamos Carlos y yo, con nuestro molde y el portátil abierto con la pestaña de YouTube. “Tío tengo una de Dani García que es top”, “¿Has visto esta? Se parece a la de Cañadío”, “¡Tú, tú, tú! ¿Y esta con queso azul?”, “Pero le ponemos base de galleta o no?”. Y así todo el día hasta que decidimos coger lo mejor de algunas de ellas y, sobre todo, de tres chefs a los que no puedo estarles más agradecido: Dani García, Nandu Junaby y Manolo Franco».
«Y entonces la suerte del principiante hizo el resto. Porque el horno que teníamos en casa era precisamente eso, de ‘andar por casa’. Un horno portátil y eléctrico de la marca Lidl que nos costó la irrisoria de 60 euros y que marcaba una temperatura máxima de 250º, pero en realidad yo creo que no llegaba a superar los 150º. Pero, contra todo pronóstico, salió la tarta ‘perfecta’ y, lo más importante, a la primera. Una tarta sin tapujos, simple, tostada por fuera, con un corazón cremoso y una base de auténtica galleta María. La de ‘toda la vida’. Todo ello me hizo empezar a replantearme mi continuidad en el mundo de la consultoría».
Una tarta sin tapujos, simple, tostada por fuera, con un corazón cremoso y una base de auténtica galleta María
«Como siempre me ha apasionado todo lo que rodea al ecosistema emprendedor -continúa Sergio- decidí pedir una excedencia, embarcarme en la aventura y crear la que para muchos es ya ‘la mejor tarta de queso de la capital’. Y lo digo de corazón porque creo sinceramente que no existe la tarta de queso ‘buena’ y la tarta de queso ‘mala’, sino que existe la tarta de queso para ‘más queseros’ o para ‘menos queseros’. Para gustos los colores».
Pero, ¿qué tiene de especial la tarta de Luna & Wanda? La respuesta es que gusta a todo el mundo. Es el equilibrio perfecto entre sabor a queso, dulzor y cremosidad.
El equilibrio perfecto entre sabor a queso, dulzor y cremosidad
En muy poco tiempo, este pequeño proyecto recibió una acogida sorprendente en el panorama madrileño. Primero llegó la tarta grande (La Original), a la que siguió una versión más reducida (La Pequeña), para esas ocasiones ‘más especiales’. Y de la noche a la mañana se multiplicaron los hornos de Lidl y las neveras y «antes de que mis compañeros de piso me echasen de casa» Sergio abrió su primer obrador en el barrio de Chamberí, para trasladarse finalmente a Ponzano, concretamente al n.º 3 de la calle Espronceda, donde se encuentra actualmente.
«Quería demostrarme a mí mismo que podía ser mi propio jefe, aportar algo de valor al día a día de la gente, algo que valoren y que cuando piensen en Luna & Wanda les venga una sonrisa a la cara. Un proyecto propio que me apasione, con el que me identifique y con el que, independientemente de todos los agobios que me ha generado y que me sigue generando, todavía no ha pasado un solo día en el que me arrepienta de haber dejado mi trabajo por cuenta ajena».
Tartas
La Mini
Cremosa y coqueta. La Luna & Wanda de siempre en versión reducida para 2 personas y en todos los sabores. Perfecta para tus ocasiones más especiales o tus arrebatos más repentinos.
La Original
Ganadora del tercer premio a la Mejor Tarta de Queso de Madrid. Cremosa por dentro y tostada por fuera. Sus tres tipos de queso (crema, azul y cabra), sobre una original base de galleta María, harán las delicias de cualquier ocasión.
La Rubia
Queso y chocolate blanco. Todo un espectáculo para los sentidos. Una versión que parte de la base de su inconfundible receta original, pero con el chocolate albino como protagonista.
La Mestiza
Queso y dulce de leche. Sin empalagar, equilibrada y donde el primer acento lo pone este dulce amarronado, pero sin olvidarse del sabor a queso.
La Morena
Queso y chocolate con leche. Toda una declaración de intenciones. El equilibrio perfecto de tres quesos salpicados por el sabor inconfundible del auténtico chocolate.
Pack Lunitas
El pecado sin remordimientos. Todos los sabores de Luna & Wanda en un único formato de 4, 8 o 12 tartaletas. Sin cubiertos y directo al paladar.