La insólita petición de Jeff Bezos y Lauren Sánchez a sus invitados sobre el regalo de boda
Ni listas de boda, ni obsequios de lujo, ni sobres con cheques millonarios. Jeff Bezos y Lauren Sánchez han sorprendido con una petición clara y contundente a los invitados de su gran boda en Venecia: «Por favor, nada de regalos». En una ceremonia rodeada de lujo extremo megayates, estrellas de Hollywood y despliegue de seguridad— la pareja ha querido enviar un mensaje con conciencia: en lugar de recibir, han optado por dar. En nombre de sus invitados, han realizado donaciones a tres instituciones dedicadas a preservar el futuro de Venecia, ciudad elegida para su sí, quiero. ¿Filantropía sincera o estrategia de imagen? El debate está abierto. Pero la invitación, bellamente ilustrada, no deja lugar a dudas: esta boda también quiere dejar huella en el planeta.
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La petición de Jeff Bezos y Lauren Sánchez a sus invitados
El enlace más mediático del año, la boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez en Venecia, no sólo ha acaparado titulares por su exclusividad, los megayates o el desfile de famosos, sino también por un gesto inesperado: en su elegante invitación, la pareja ha pedido expresamente a sus invitados que no lleven regalos.
En un momento donde lo habitual en bodas millonarias son las listas de obsequios de lujo, Bezos y Sánchez han decidido darle un giro: donar, en nombre de cada asistente, a varias instituciones dedicadas a preservar Venecia. Y lo han expresado con estilo en una preciosa tarjeta decorada con mariposas, plumas, estrellas y góndolas, donde se lee:
¡Estamos encantados de que nos acompañes! Tenemos una petición anticipada: por favor, nada de regalos.
En su lugar, estamos haciendo donaciones en tu honor y con gratitud por haber hecho el viaje para celebrar con nosotros en Venecia.
En tu nombre, se están realizando donaciones a la Oficina de la UNESCO en Venecia para salvaguardar el patrimonio cultural irreemplazable de esta ciudad, a CORILA para restaurar los hábitats vitales de la laguna que protegen el futuro de Venecia, y a la Universidad Internacional de Venecia para apoyar la investigación y la educación en soluciones sostenibles.
Este lugar mágico nos ha regalado recuerdos inolvidables. Nuestra esperanza es que, a través de estos esfuerzos y con tu presencia, Venecia continúe inspirando asombro durante generaciones.
El mensaje no puede ser más claro: ni relojes, ni cuadros, ni cheques. En su lugar, donaciones para proteger la ciudad anfitriona. Un gesto que mezcla responsabilidad social, estrategia de imagen y un intento (noble o calculado) de contrarrestar el aluvión de críticas que ha recibido su opulento evento.
Porque, si algo ha generado polémica, es la contradicción entre el lujo extremo desplegado, megayates como el Koru, más de 90 jets privados, invitados como Kim Kardashian, Leonardo DiCaprio, Ivanka Trump o Oprah Winfrey, y una agenda de tres días, y el hecho de que todo ocurra en una ciudad como Venecia, símbolo mundial del turismo masificado y de la fragilidad ecológica.
La boda de los contrastes
Mientras unos aplauden la iniciativa de Bezos y Sánchez por canalizar parte del impacto económico de la boda hacia causas sostenibles, otros la tildan de maquillaje verde. Y no sin razón. Según fuentes italianas, las autoridades locales han tenido que reorganizar servicios públicos y cerrar calles y canales para garantizar la seguridad del evento.
La elección de Venecia no es casual. La pareja ha declarado que es un lugar que les ha regalado memorias inolvidables, y por eso quieren contribuir a su preservación. Con su invitación, no sólo buscan evitar regalos innecesarios, sino convertir a cada invitado en parte de una causa mayor. Como dice la nota:
«Nuestra esperanza es que, a través de estos esfuerzos y con tu presencia, Venecia continúe inspirando asombro durante generaciones.»