Un hotel palacio en el ‘countryside’ británico con espíritu minimalista
Entre otoño y Reino Unido hay una conexión especial. La lluvia, sus paisajes verdes, esos árboles que se tiñen de ocre, sus preciosos castillos… Es un país para, sin duda, visitarlo en esta época del año. Ya no sólo por sus fantásticos paisajes, también por sus fabulosos alojamientos. Hoy vamos a viajar a uno muy especial, con todo el carácter y la personalidad de un castillo pero con una decoración más minimalista. Una combinación ganadora y que, sin duda, es difícil de encontrar. Abrimos las puertas de Heckfield Place.
Una antigua mansión del siglo XVIII
Primero nos tenemos que trasladar al condado de Hampshire, a solo una hora de Londres. Una antigua mansión del siglo XVIII que se ha reconvertido en un hotel de lujo, uno de esos lugares coquetos y con encanto que ha tenido, entre sus huéspedes más ilustres, a Meghan Markle y el Príncipe Harry. Cuenta con 47 habitaciones y suites, dos restaurantes y un spa, The Little Bothy, en el que poder relajarse. En este edificio de arquitectura georgiana encontramos de todo.
A sus alrededores cuenta con 160 hectáreas para poder disfrutar de grandes paseos, y además del spa y de sus dos restaurantes -Marle y Hearth-, cuenta con una impresionante sala de cine además de multitud de lugares para leer un buen libro o simplemente tener una buena conversación. Y también tenemos cerca el río Whitewater si lo que nos apetece es escar. Poco más se necesita para disfrutar de la campiña inglesa en pleno otoño.
Decoración minimalista y acogeadora
Las habitaciones están decoradas en tonos naturalezas, mezclando multitud de texturas que hacen de ellas estancias acogedoras, y aunque no lo parezca, en ellas se respira cierto minimalismo que se aleja de la decoración que suelen tener los cottages. Los tonos neutros y la luz que entra por los ventanales son los verdaderos protagonistas de todo. Lo que hay dentro de Heckfield Place se mimetiza, sin duda, con el paisaje de fuera.
Dos restaurantes, una estrella Michelin verde
Hemos hablado de sus restaurantes de refilón pero, sin duda, hay que volver a ellos. Este hotel de lujo en el campo cuenta con dos proyectos gastronómicos Marle, con una estrella Michelin verde, se basa en cocina sencilla con producto local. Sus platos hacen que los comensales sean conscientes de que lo que comen procede directamente de la tierra. Muchos de ellos de sus vecinos de la granja Fern Verrow. Por otro lado, Hearth, utiliza producto de temporada del día cocinando a fuego lento. Detrás se encuentra la dirección gastronómica de Skye Gyngell.
¿Y si queremos una copa? ¿Y si queremos otro tipo de propuesta? El Moon Bar, en el centro del hotel, un lugar íntimo y recogido perfecto para disfrutar de una copa. Cuentan con una interesante propuesta de cócteles y bebidas espirituosas. No puede faltar su Afternoon Tea, ese momento del día en el que se disfruta de la bebida por antonomasia de las tardes británicas. ¿Qué tal una escapada a la campiña inglesa?