A la hora de entender qué define un viaje de lujo, basta con fijarse en destinos como Ibiza. La isla posee el secreto del éxito en lo que a turismo se refiere. Podemos verlo en Can Lluc, que recientemente se ha alzado como el Establecimiento turístico independiente más exclusivo de España en los Premios Mencey Futurista. Una de las embajadas del lujo en hospitality de la isla que engloban todo ello a servicio de los visitantes: aúna paisaje, gastronomía, actividades y carácter isleño. ¿Entramos?
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Hacer frente a un título como el de mejor establecimiento de España supone algo más que simplemente tener un buen servicio. Conlleva ser capaces de englobar factores que van más allá del servicio, como el entorno, la autenticidad, el carácter… Y poco más podemos decir cuando hablamos de exclusivo y lo que realmente conlleva esta palabra: que no hay nada igual.
Haciendo esta primera reflexión creo que es más fácil entender la magnitud del premio otorgado por el XII Foro Nacional para Empresarios y Profesionales del Turismo de España (Futurismo 2025) a Can Lluc Country Hotel & Villas. El alojamiento boutique ubicado en Ibiza se alzó como el favorito en la categoría «Establecimiento turístico independiente más exclusivo de España» con un 37% de los votos. En él, encontramos precisamente ese alma isleña que traduce los códigos del turismo balear en lujo.
Un proyecto familiar
Can Lluc abrió sus puertas en 2003 como un proyecto familiar, un sueño hecho realidad de Tina Soriano y Lucas Prats, que buscaba rendir homenaje al abuelo de este último, José Prats Costa, creando un hotel que mostrase la Ibiza más auténtica. Y se fueron para ello a una antigua casa de labranza de 10 hectáreas, rodeada de bosques y que aún preservaba el edificio principal, los corrales y los almacenes. De esta forma, el proyecto surgió con la intención de crear en él una cápsula temporal que mostrará la Ibiza más auténtica, alejada de la contemporaneidad.
Conserva para ello elementos originales y todo el encanto de parecer escondido entre la frondosidad de un valle. Sin renunciar a las ventajas de la conectividad, al encontrarse a sólo 2,8 kilómetros de San Rafael, centro geográfico de la isla, y a escasos diez minutos de Ibiza y de San Antonio.
Historia en sus cimientos
La estructura que da forma a Can Lluc no siempre albergó la «vibra mediterránea» que hoy le caracteriza. Un facto reflejado en el hecho de que el origen del edificio original se remonta a hace 300 años.
Fue en el año 2000 cuando el arquitecto José Torres comenzó a trabajar en la reforma del complejo, dotando al edificio de las cualidades arquitectónicas típicas de la arquitectura ibicenca. Sin embargo, ese diálogo entre tradición y vanguardia se mantiene gracias a la labor de restauración que realizó el restaurador José María Velasco. Piezas que acompañan todo el paseo por el interior del hotel a través de baúles, paseos de labranza, puertas y ventanas.
Aunque sus firmas no son las únicas que han dado forma al interior de este establecimiento. El diseño del interiorismo corrió, en un primer momento, a cargo del estudio de decoración Aixut Alvarado, y fue culminado por los interioristas de Farré & Costa. Firma que también podemos ver frente al interiorismo de grandes templos del lujo pitiuso, como el Edificio Onyx.
Hoy, el interior de Can Lluc refleja la Ibiza más auténtica a través de una paleta de colores con una clara predominancia del blanco, como no podía ser otro. Y contrastes generados con materiales y tonos típicos de las construcciones mediterráneas, como el ratán y la madera savina. Lo mismo se extiende a las áreas exteriores, que encuentran elementos tradicionales de la cultura ibicenca como los muros de pedra en sec y el porxo entrada rectangular que articula el resto de las estancias del complejo de lujo.
Entre villas privadas y suites de lujo
El núcleo central de Can Lluc es una casa payesa, que encuentra en su interior un total de 7 habitaciones, las cuales fueron el inicio del proyecto. Poco después, con la intención de sumergir las suites en plena naturaleza, Can Lluc sumó otras 18 villas privadas extendidas por las 10 hectáreas que abarca el complejo.
Todas ellas rodeadas de bosques de pinos, algarrobos y olivos milenarios, que recorrer en tan sólo 30 minutos por un camino que recorre la finca. Los precios abarcan desde los 150 euros hasta los casi 700 euros por noche.
Can Lluc también posee una piscina de diseño con cascada, con su propio bar, y que incorpora las camas balinesas del solarium. El bienestar encuentra su sitio en este refugio, a través de actividades como el yoga, o los masajes inolvidables en su zona wellness. También cuenta con un restaurante basado en la cocina mediterránea con producto de km0.
La guinda del lujo es la Deluxe Villa, con más de 180 metros cuadrados, dos dormitorios de gran capacidad, ambos con una cama de matrimonio king size (200×200) y la posibilidad de configurarlas como camas separadas. Su encanto se extiende en la terraza exterior, que cuenta con zona de relajación, ducha exterior y, la joya de la corona. Una piscina infinita con agua climatizada, que permite ubservar desde las alturas una panorámica inigualable de la isla.
