Disfrutar de la mejor gastronomía malagueña dentro de un palacio del S. XVIII
Balausta ofrece postres clásicos del recetario andaluz, como el tradicional Bienmesabe malagueño
Desde su ubicación privilegiada en el patio interior de un palacio del S. XVIII (Hotel Palacio Solecio) en pleno corazón de Málaga, Balausta presenta elaboraciones que sintonizan la alegría que desprende la llegada de la época estival y la picardía andaluza con la temporalidad del producto local.
El chef Sergio Solano, con el asesoramiento de José Carlos García, hace un guiño a la gastronomía malagueña manteniendo siempre la esencia tradicional y cultural que caracteriza a Balausta. Para comenzar, elaboraciones inspiradas en platos clásicos andaluces que invitan a compartir, como las croquetas de gambas de Málaga al ajillo; el steak tartar de vaca madurada, tuétano asado y brioche tostado; o productos de la región como el jamón ibérico de bellota “Dehesa de los Monteros”, entre otros.
Los entrantes están protagonizados por fusiones de producto de temporada de la huerta y el mar. Así, la nueva carta presenta elaboraciones como el icónico ajoblanco malagueño con tartar de cigala de la Caleta de Vélez, remasterizado esta vez con gel de vino Pedro Ximénez y frambuesas; salmorejo con ventresca de atún rojo confitada y ahumada, huevo de codorniz y jamón ibérico; ensalada de espinacas con kale, garbanzos tostados, anacardos, naranja y vinagreta cítrica con tahini y especias; la ensalada de tomate, pepino, rabanillas y jurel marinado en cítricos; ensalada templada que rinde homenaje al Mediterráneo, elaborada con cogollos, vieiras a la brasa, espárragos verdes, vinagreta de tomate seco, cebolleta fresca y piñones tostados; y, por último, tartar de lubina con manzana verde, crema de aguacate de la Axarquía, espuma acevichada y huevas de tobiko yuzu.
La propuesta continúa con una selección de recetas traídas directamente de la costa, como el suculento corte de atún a la brasa, jugo de sus espinas, cremoso de hinojo y mojo de algas marinas; pulpo asado en papillote y judías verdes del terreno escabechadas; lomo de bacalao confitado con fritada de tomate y habas de Cartama; tacos de rape en salsa verde de almejas con guisantes de la huerta de Coín; o lomo de pargo a la malagueña con espuma de gazpachuelo de cangrejo de mar.
Por otro lado, para los más carnívoros, la nueva carta de Balausta cuenta con platos provenientes de las dehesas, prados y pastos malagueños, entre los que destacan el solomillo de cerdo ibérico de bellota “Dehesa de los Monteros” con espárragos verdes a la brasa, cremoso de almendras tostadas y jugo del ibérico a la pimienta verde; magret de pato desgrasado al sarmiento con salsa de naranja, berenjena asada y compota de frutos rojos; solomillo de vaca Simmental con salsa Café de París, milhojas de patata frita y boletus; y entrecot de lomo bajo de vaca a la brasa, jugosidad en su máxima expresión.
Como broche final dulce, Balausta ofrece postres clásicos del recetario andaluz, como el tradicional Bienmesabe malagueño; la torrija de pan brioche caramelizada, con leche merengada, compota de limón del Valle del Guadalhorce y fresas de Huelva, que brilla por su esponjosidad; tiramisú de bizcocho savoiardi calado con café con crema de queso malagueña; o el festival de sabores exóticos y locales: piña asada y osmotizada con fruta de la pasión y sorbete de mango de la Axarquía.
Las elaboraciones de Balausta vienen acompañadas de los mejores vinos de la región, con un total de 100 etiquetas, tanto nacionales como internacionales. Esta carta líquida se completa con la coctelería, donde la importancia recae en el sabor y el equilibrio de las creaciones, entre las que se encuentran cócteles tradicionales que conviven con una nueva línea de cócteles, caracterizados por el minimalismo y la simplicidad de su decoración, otorgando así todo el protagonismo a la propia mezcla del producto y a la búsqueda de nuevos sabores.
Balausta se convierte así en un punto de encuentro muy especial para disfrutar a cualquier hora del día desde el interior de Palacio Solecio, un espacio en el que se respira la tranquilidad y la calidez propias del proyecto.