Nos adentramos en uno de los clubs más selectos de Madrid tras ser renovado
Siempre nos han gustado los clubs. De hecho, es una palabra que nos evoca algo singular. Distinción, intelectualidad, buenas copas, buena conversación, ambiente, decoración… Son muchas las cosas que se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en el concepto de club. Son las mismas, aunque habría que incluir alguna más cuando hablamos del Club Matador. Uno de los clubs más selectos -y COOL- de la capital.
Ubicado en plena calle Jorge Juan, a él pertenecen escritores -como Javier Aznar-, periodistas -como Jesús Terrés-, empresarios de todo tipo, emprendedoras… Un club creativo que nació gracias a una revista -Matador, creada por Alberto Anaut– y que reúne a personalidades con un mismo perfil. Socios con inquietudes. Por eso además de tomar una copa, puedes acudir a la presentación de un libro, a un coloquio, a un concierto de jazz… Esos planes en los que sabes que vas a entablar una buena conversación o vas a llevarte un aprendizaje bajo el brazo.
«El Club se puso en marcha en 2013 siguiendo el espíritu de la revista Matador. Es un lugar de encuentro donde profesionales de distintas edades, procedencias, formación y culturas disfrutan de un espacio extraordinario. Un punto de reunión con otras personas donde la cultura y las ideas son los pilares del proyecto«, nos explican. Y como suele pasar, y por eso hablamos del club, se han renovado.
Este centro de unión ha sufrido una maravillosa remodelación que le ha otorgado aun más sofisticación al ambiente. Y más calidez, por qué no. La primera reforma estuvo dirigida por Íñigo Güell, que dejó patente la esencia del edificio. De esta no se sabe mucho -el club volvió a abrir sus puertas días después del inicio de la primavera-, ya sabemos que en este tipo de clubs la discreción es lo primero.
Pero… ¿qué respiramos o qué hemos conseguido averiguar? Una magnífica escalera que será el photocall de los eventos, mobiliario de inspiración años 50, minimalismo, detalles cálidos… Nos encanta la barra de bar del Jazz Club, las mesas de madera, los sofás y los sillones en el siempre elegante gris -nos encantan los de la sala de cine-, y las obras de arte en lugares inesperados… Y esa sensación de casa fuera de casa que solo hay en lugares especiales.
¿Cómo sabemos todo esto…? Es secreto. Ya se sabe que a los clubs solo se puede acudir si uno está invitado -y eso, en este club tan COOL, no es tan fácil….